Para la difusión de los cables, Assange estableció una alianza
estratégica con cinco diarios de Europa y Estados Unidos, con el
propósito de que el material disponible contara con impacto mediático.
Posteriormente, Assange tomó la decisión de otorgar archivos de países
específicos a medios locales selectos, a efecto de que se difundieran.
Así, se entregó al diario La Jornada la información relativa a
México, destacándose como ejes rectores: el proceso electoral 2006, el
narcotráfico, el terrorismo, la economía, la seguridad y la migración.
El sistema Wikileaks fue el destinatario de una parte de la
información sensible que generó el personal diplomático estadunidense
utilizando el sistema del Departamento de Defensa denominado
Secret Internet Protocol Router Network(Siprnet), al cual tendrían acceso 2.5 millones de funcionarios de Estados Unidos. Las filtraciones tienen gran trascendencia, debido a que revelan detalles de campañas bélicas y conflictos diplomáticos en curso, así como evidencias prácticas de las embajadas y el Departamento de Estado que hasta ahora permanecían bajo secreto. Esta información, hasta el momento, no ha sido desmentida por ninguna instancia estadunidense, y al respecto, el vocero del Pentágono, Geoff Morrell, señaló que descartaron emplear a las fuerzas del Cibercomando contra Wikileaks, debido a que la revelación de los documentos no impactaría negativamente a Estados Unidos a largo plazo, y adicionalmente declaró en una entrevista para el canal Fox News, el primero de diciembre de 2010:
El mundo no se relaciona con nosotros, porque les gustamos o porque nos tienen confianza. Pactan con nosotros porque no les queda más remedio. Somos el último, el único, poder indispensable que queda.
Como aportación principal, Wikileaks evidencia el fin
de la diplomacia clásica, ya que demuestra que los sistemas de
información e inteligencia pueden ser vulnerados. La información
difundida difícilmente cambiará la política exterior del gobierno de
Estados Unidos; no obstante, generó una crisis de confianza entre su
propio personal diplomático y su interrelación con aquellos con quienes
interactuaron y que les aportaron, en estricta confianza, información
que suponían solamente sería procesada por altos funcionarios
estadunidenses que requieren tener un conocimiento preciso del acontecer
de cada país, a efecto de generar políticas adecuadas para resolver la
problemática existente bajo los intereses de Washington. Al divulgarse
estos cables, se produjo un sentimiento de desconfianza hacia el sistema
y los mecanismos de generación de información para la toma de
decisiones estratégicas y, en consecuencia, al menos en el corto plazo,
todos los interlocutores con quienes se obtenía información por parte de
la diplomacia estadunidense se mostrarán reacios al saber que pueden
ser objeto de venganzas o ajustes de cuentas, de todos aquellos que son
exhibidos en sus actividades ilícitas. Con esto, la política exterior
estadunidense evidenció sus prácticas, mecanismos, fuentes,
preocupaciones, temores, riesgos, amenazas, informaciones, análisis,
planes, estrategias, en una palabra, fortalezas y debilidades;
facilitando así el conocimiento y, en su caso, la comprensión, por parte
de la sociedad respecto de la prospectiva y teoría de escenarios que se
generan a partir de la propia actividad diplomática.
*Analista en temas de seguridad y justicia
Los cables sobre México en WikiLeaks
Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks
Vìa:
http://www.jornada.unam.mx/2011/02/26/index.php?section=opinion&article=021a2pol
*Analista en temas de seguridad y justicia
Los cables sobre México en WikiLeaks
Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks
Vìa:
http://www.jornada.unam.mx/2011/02/26/index.php?section=opinion&article=021a2pol
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