¿Por qué el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas no ha resuelto aplicar medidas coercitivas contra
Israel –por ejemplo- que “se toma la molestia” de bombardear y asesinar
a palestinos, cada vez que le da la gana; o a ocupar militarmente (con
muertos y desaparecidos inclusive) una nave que se dirige a la Franja de
Gaza a tratar de llevar algún alivio a su población (millón y medio de
personas) que está sujeta a un implacable bloqueo; y en cambio, amenaza y
toma medidas cada vez más agresivas contra Irán, por la sola
“presunción” de que está tratando de armar su propia bomba atómica? ¿Por
qué Israel si tiene el derecho a tener un arsenal de bombas atómicas
(cedidas por Estados Unidos) y en cambio, para el tal Consejo de
Seguridad, “no es admisible” que Irán pretenda fabricar la suya propia
(UNA) a pesar de que repetidas veces ha dicho Irán que solo pretende
utilizar la energía atómica con fines pacíficos, lo cual fue certificado
por Turquía y Brasil, dos testimonios que fueron echados al canasto de
la basura?
¿Por qué en el seno de este Consejo de
Seguridad de las NNUU siguen teniendo derecho a veto las cinco
potencias nucleares que, con solo “utilizar” con cualquier pretexto, el
uno por ciento de su potencial nuclear, determinarían el efecto
invernadero y sería el acabose de todo ser vivo en el planeta tierra?
¿Por qué no se les da ese mismo derecho a otros países que llegan a
formar parte de ese Consejo de Seguridad y que no solo están en contra
sino que denuncian a la terrible guerra nuclear como el fin de la vida
en el planeta tierra?
¿Por qué no han sido
enjuiciados y sentenciados a prisión perpetua los 10 presidentes
constitucionales de los Estados Unidos de Norteamérica que han dictado y
han mantenido el bloqueo criminal contra Cuba, durante 50 años (Obama
acaba de reiterarlo) a pesar de que la Asamblea General de las Naciones
Unidas se ha pronunciado, repetidas veces y en forma casi unánime,
contra tan atroz y arbitraria medida genocida?
¿Por
qué, si todo el mundo sabe que Estados Unidos es el principal productor
y consumidor de droga en el mundo, su Departamento de Estado y la
famosa y ultrasecreta DEA se permiten anualmente juzgar a otros países
(como Ecuador y Venezuela) y sindicarlos como “débiles y complacientes”
en el tráfico de estupefacientes (principalmente hacia Estados Unidos)
sin que por lo menos el mundo sepa que hace algo, en su propio país, por
combatir o por lo menos contrarrestar ese infame así como
multimillonario mercado; y por desenmascarar y llevarlos a la cárcel a
los capos que en EEUU manejan a su antojo ese mercado y nos les pasa
nada?
¿Por qué no se enjuicia a la justicia
norteamericana por mantener 12 años en la cárcel, sometidos a durísimas
penas (hasta una doble sentencia a perpetuidad) a cinco cubanos por “el
delito” de haberse infiltrado en la mafia cubano-americana de Miami para
prevenir a su país de complots criminales en su contra; es decir,
exactamente por haber hecho lo que se propusieron (luchar contra el
terrorismo) el señor Bush Jr. y la señora Condoleza Ricce, después del
atroz y el terrible 11-S? ¿O la justicia norteamericana espera que se
mueran en la cárcel los cinco héroes cubanos para “pedir perdón” por la
injusticia cometida, como lo hicieron con los anarquistas italianos
Sacco y Vanzetti?
¿Por qué la SIP (Sociedad
Interamericana de Prensa, que dice que defiende en el continente la
libertad de expresión) no condena y protesta contra la gran prensa
norteamericana (que está en manos de 10 consorcios internacionales) que
anualmente “ignora” para su público decenas de informaciones de interés
mundial (leer la publicación anual “El Proyecto Censurado” que
anualmente edita la universidad de Sonoma, California, Estados Unidos) y
desinforma, de esta manera, al enorme público norteamericano sobre
temas de su absoluto interés? (El público norteamericano ignora, por
ejemplo, que a título de “lobbys” una práctica muy común y aceptada en
EEUU hay un tráfico de influencias que se acerca y rebasa prácticas de
corrupción en sectores legislativos; o que durante 7 años de ocupación
armada en IRAK, fueron asesinados más de un millón de inocentes civiles
iraquíes; o que en los sectores de inteligencia del ejército
norteamericano se cometen, desde hace años, actos contrarios a los
derechos humanos, más ignominiosos que los que la prensa yanqui suele
“descubrir” en nuestros países tercer mundistas)
¿Por
qué los medios comerciales del continente prefieren seguir
autodenominándose “independientes” cuando –todo el mundo lo sabe- son
total y completamente DEPENDIENTES pero de quienes son dueños de sus
patrimonios sociales; y, sobre todo, de la publicidad comercial que,
para mantener la sociedad de consumo, debe gastar anualmente una
costosísima publicidad pagada que, además, impone a los medios sus
propias políticas y directrices? (En Colombia, se comprobó que más de
una transnacional de marketing financiaba y respaldaba a paramilitares
que se apoderaron por las armas de tierras y propiedades de campesinos
colombianos, que hoy deambulan por todo el país y por países vecinos,
como refugiados)
¿Por qué 7 asambleístas
ecuatorianos fueron a “quejarse” en Estados Unidos de un proyecto de ley
de comunicación que está en trámite en la Asamblea Nacional, cuando
saben a ciencia cierta que esa ley debe ser tramitada y aprobada por las
instancias legales pertinentes, ya que es un mandato constitucional? ¿Y
por qué nadie les ha denunciado, por lo menos para que pierdan sus
calidades de asambleístas, o por lo menos les den un certificado de
“chismosos”?
¿Qué tiene que decirnos la señora
Catalina Botero, colombiana y que las oficia de “relatora de la OEA”
respecto de NUESTROS PROYECTOS DE LEY (que todavía no son ley) cuando
ella no ha dicho media palabra respecto de los crímenes y amenazas
“logradas” por el
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/09/preguntas-preguntas-preguntas.html
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