En una carta ciudadana enviada por María
Angélica Salazar González, se expone cómo los grandes medios de
comunicación comerciales -en este caso Chilevisión y La Tercera-
funcionan como portavoces o relacionadores públicos de los intereses de
los grupos económicos criollos y multinacionales. Se analiza
particularmente el caso del proyecto para instalar una central
termoeléctrica en la localidad de Pichidegua, en el valle del Cachapoal,
lo que afectaría una tradicional zona agrícola del país. El texto
explica que la estrategia mediática ha sido mostrar una supuesta
división de la comunidad frente al proyecto, y tratar de convencer de
que es un modelo de central que no contribuye al cambio climático, con
lo cual se intentaría lavar su imagen y ocultar los perjuicios que a
nivel local provocaría la termoeléctrica.
Señor Director:
Le escribo con motivo de la ofensiva
comunicacional que está realizando el Consorcio Energético Nacional,
empresa hasta ahora desconocida en el rubro, para instalar una planta
termoeléctrica en la Comuna de Pichidegua. Esto comenzó con un
reportaje emitido el día sábado 14 de agosto en el noticiario de las
21:00 de Chilevision, repetido el domingo 15 a las 14:30, y continúa hoy sábado con un reportaje aparecido en La Tercera en la página 52, sección Negocios.
Este reportaje toca un tema que ha
remecido a los habitantes de Pichidegua y cuya preocupación los ha
llevado a a compartir sus planteamientos con las autoridades
representativas de la región, quienes lo han hecho suyo por tratarse de
la posible destrucción de una de las zonas agrícolas más ricas del
país. Estas movilizaciones de defensa agrícola y de territorio han
despertado el interés regional y nacional, y han tenido cobertura en
algunos medios periodísticos (Radio Bío-Bío, canal regional de Televisión Nacional, Diario El Rancaguino, entre otros).
El reportaje emitido por Chilevision y
el de La Tercera adolecen a mi juicio de parcialidades o exclusiones
difíciles de aceptar en nuestra época, en que el respeto a las
comunidades ha ido entrando tanto en la conciencia ciudadana como en los
profesionales que tratan los problemas de sociedad. A mi juicio los
puntos más discutibles en tales reportajes por la parcialidad o por la
falta de información, son los siguientes:
En el noticiario de Chilevisión se
insistió dos veces en que la instalación de la termoeléctrica dividía a
la comunidad de Pichidegua, sin mencionar fuente alguna para tal
aseveración. De hecho esto se contrapone con la asamblea ciudadana
efectuada el 4 de julio en Pataguas Cerro en que hubo una gran
presencia de la comunidad de Pichidegua y en ella se hicieron presente
los representantes por la zona (la Presidenta de la Cámara de
Diputados Alejandra Sepúlveda, el senador Juan Pablo Letelier, el diputado Juan Macaya y el alcalde de Pichidegua Adolfo Cerón. Al senador Andrés Chadwick
lo excusó el diputado Juan Macaya ). Todos estos representantes
ciudadanos manifestaron su oposición a la posibilidad de inatalación
de la termoeléctrica, aún más manifestaron su extrañeza en cómo esta
empresa pudiera haber adquirido los necesarios derechos de agua,
elemento vital y escaso para la agricultura de la región. El alcalde y
diversos representantes de comunidades del valle del Cachapoal,
manifeston en tal asamblea una oposición firme al proyecto. Así pues
la división de la comunidad no es tal, por lo demás esto se verifica
consultando en la web todas las reacciones que el proyecto ha
suscitado entre los habitantes.
En contraposición a la referida
división, en el programa de Chilevisión se mostró una pretendida
unanimidad de los representantes de la comunidad de Benson del estado
de Minnesota, donde se encuentra el modelo pretendido por la
termoeléctrica. Esa mostrada unanimidad en Benson no es tal, prueba de
ello son las demandas ciudadanas que ha tenido la planta y las multas
que ha debido pagar.
Sobre la planta misma, el reportaje de
Chilevisión alabó el que ella no contribuiría al calentamiento global.
Al repecto puntualizo que el que una planta no contribuya en forma
directa al calentamiento global (con los datos actuales que están
siempre en evolución) no es el enfoque requerido para tratar problemas
que afectan a comunidades establecidas. Hay dramáticos ejemplos en que
no se afectaría el calentamiento global, pero sí hay secuelas en
víctimas o bienes en el entorno de las plantas; un caso dramático es el
caso de plantas nucleares. En el caso presente está en juego la
destrucción agrícola de la comuna, la salud de sus habitantes y el fin
del uso del agua.
De hecho en ambos reportajes el problema
del agua apenas se esboza. Las normas de información exigirían haber
contrapuesto los recursos hídricos de la planta modelo en Minnesota,
estado riquísimo en aguas -lacustre, pluviosidad, nieve, rios- y de
todos los emplazamientos mencionados de otras plantas, con el
equilibrio precario de las aguas de la comuna de Pichidegua, clima
mediterráneo, con sequías severas cada diez años que agotan las aguas
subterráneas y afectan los cultivos y frutos de la zona. Esta misma
situación llevó a que desde hace años no se den permisos de agua en
todo el valle del Cachapoal, agua que la termoeléctrica necesita y en
grandes volumenes, comparables al total que usa la población actual.
Otro de los problemas que el reportaje
no toca es el transporte de las materias fecales y los problemas
viales. En los reprotajes no se menciona comparación alguna entre las
vías de acceso en el rico estado de Minnessota o de otros
emplazamientos con las existentes en Pichidegua (calidad y
disponibilidad vial, velocidad promedio de camiones). De manera similar
alguna mención podría hacerse hecho a un posible estudio de régimen de
vientos en la localidad ya que hay probemas odoríferos involucrados.
En el reportaje de Chilevisión se afirma
que la empresa debiera convencer a la comunidad a fin de que le
proyecto sea entendido. Sin embargo se elude la manera obvia en que
esto debe hacerse, en efecto según la legislación actual, un estudio
de impacto ambiental necesita de la opinión de la comunidad, sin
embargo la empresa viene de acogerse en presentación a la Conama el
día 18 de agosto a la declaración de impacto ambiental, el que no exige
ni estudios rigurosos ni consulta a la comunidad; la excusa dada por
el gerente de la empresa es que esto permite empezar a echar a andar
antes el proyecto (¡elegante manera de consultar a la comunidad!).
Sobre las capacidades técnicas de la
empresa el reportaje de hoy en La Tercera nos revela en forma dramática
sus pocas capacidades, en efecto declaran que se van a “tomar un
tiempo para aprender y ver cómo funciona” la tecnología (y agregamos:
¡Pichidegua y su comunidad serán su campo de expriementación!). Al
respecto es relevante agregar un dato que ya apareció en el condado de
Surry en Carolina del Norte cuando sin éxito pretendía instalarse una
de estas plantas. Estas plantas no son rentables y sólo pueden
instalarse con dineros públicos y es por ello que los reportajes
deberían clarificar si la empresa está solicitando dinero de todos
nosotros para poder instalarse (basado en el slogan que no contribuye
al calentameinto global, sin mencionar que su limpieza es a costa de
ensuciar las comunidades aledañas).
Sabemos que una termoléctrica destruiría
la marca agrícola que la zona de Pichidegua ha labrado durante más de
cuatro siglos y así destruiría la marca agrícola de todo el valle del
Cachapoal. ¿Quién tomaría a su cargo esa responsabilidad? ¿Quién
pagaría la destrucción de la marca que generaciones de campesinos
construyeron desde más de dos siglos antes de que Chile naciera de
manera independiente? Nadie puede pagarlo, ninguna autoridad, ninguna
empresa. Así pues, la planta no debe instalarse.
Reciba Ud. mis saludos más cordiales.
María Angélica Salazar González
fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2010/08/21/termoelectrica-en-pichidegua-y-tratamiento-parcelado-de-la-informacion-en-chilevision-y-la-tercera/
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