Tres años más tarde, con Barack
Obama en la presidencia, Petraeus se convirtió en su hombre en
Afganistán y MoveOn retiró el contenido crítico de su sitio web. ¿Por
qué? Porque la primera guerra de Bush, la de Afganistán, se convirtió en
la guerra de Obama, un atolladero. Estados Unidos tarde o temprano
negociará su retirada de Afganistán. La única diferencia entre hacerlo
ahora o más tarde será la cantidad de muertos de ambos lados, y la
cantidad de dinero (prestado) que se gastará.
La confirmación de Petraeus como
comandante militar en Afganistán nunca estuvo en duda. Reemplaza al
General Stanley McChrystal, que renunció poco después
de que se hicieran públicas sus críticas al liderazgo civil de la guerra
en un reciente artículo de la revista Rolling Stone.
Las estadísticas de Afganistán, el
Vietnam de Obama, están en aumento. En junio se registraron al menos 100
bajas estadounidenses, la cifra más alta de muertes desde la invasión
en 2001. 2010 va en camino a ser el año con el mayor número de muertes
estadounidenses. Soldados de otros países de la llamada “coalición” han
padecido un destino similar. Petraeus se está convirtiendo en el
comandante en Afganistán no solo de las fuerzas militares
estadounidenses, sino de todas las fuerzas, ya que la invasión y
ocupación de Afganistán están a cargo de la Otan.
Los soldados estadounidenses, que se
prevé aumenten a 98.000 este año, son muchos más que los de otros
países. El apoyo público y político a la guerra en muchos de esos países
está en descenso.
El periodista Michael Hastings,
que escribió el artículo de la Rolling Stone, viajó a París para
entrevistar a McChrystal. Lo que no captó tanta atención fue la
descripción de Hastings de por qué McChrystal estaba ahí:
“Se encuentra en Francia para vender su
nueva estrategia de guerra a nuestros aliados de la Otan para mantener
la ficción, en esencia, de que de verdad tenemos aliados. Desde que
McChrystal asumió el mando hace un año, la guerra afgana se ha
convertido en propiedad exclusiva de los Estados Unidos. La oposición a
la guerra dentro de los países ‘aliados’ ya ha acabado con la coalición
de gobierno en Holanda, forzó la dimisión del presidente alemán y
provocó que tanto Canadá como los Países Bajos anunciaran la retirada de
sus 4.500 tropas. McChrystal está en París para evitar que a los
franceses, que han perdido más de 40 soldados en Afganistán, les
tiemblen las piernas y comiencen a dudar”, escribió Hastings en su
artículo publicado en la revista Rolling Stone.
El sitio web WikiLeaks.org, que
recibió atención internacional luego de publicar un video filtrado de un
helicóptero de combate estadounidense que mostraba la matanza
indiscriminada de civiles y de un camarógrafo de Reuters y
su chofer en Bagdad, acaba de publicar un memorando confidencial de la
CIA que detalla posibles estrategias de relaciones públicas para
contrarrestar la disminución del apoyo público a la guerra afgana. El
memorando de la CIA dice: “Si la política nacional obliga a los
holandeses a retirarse, los políticos de otras partes podrían citarlos
como un precedente para ‘escuchar a los votantes’. Los líderes franceses
y alemanes han tomado medidas en los últimos dos años para evitar un
aumento de la oposición, pero su vulnerabilidad podría ser aún mayor
ahora”.
Acabo de regresar de Toronto, donde
estuve haciendo la cobertura de la cumbre del G20 y de las protestas que
tuvieron lugar durante esos días. Los líderes reunidos prometieron,
entre otras cosas, reducir el déficit de los gobiernos en un 50 por
ciento para 2013. En Estados Unidos, eso implica recortar 800.000
millones de dólares, o alrededor del 20 por ciento del presupuesto. Dos
economistas ganadores del Premio Nobel expresaron graves pronósticos. Joseph
Stiglitz dijo: “En muchos casos este tipo de medidas de
austeridad han provocado… que se pasara de una recesión a una
depresión”. Y Paul Krugman escribió: “¿Quién pagará el precio de
este triunfo de la ortodoxia? La respuesta es: decenas de millones de
trabajadores desempleados, muchos de los cuales se quedarán sin trabajo
durante años, y algunos de los cuales jamás volverán a trabajar”.
Para poder realizar los recortes
prometidos, Obama tendría que aumentar impuestos y recortar los
programas sociales como el de Seguridad Social y Medicare. O debería
recortar el presupuesto destinado a la guerra. Digo ‘presupuesto de
guerra’ porque no debe confundirse con el presupuesto de defensa. Las
ciudades y estados de todo el país afrontan crisis presupuestarias
devastadoras. Las jubilaciones están siendo eliminadas. Las ejecuciones
hipotecarias continúan a niveles sin precedentes. Un verdadero
presupuesto de defensa debería apuntalar a nuestras escuelas, nuestras
calles, nuestras ciudades, nuestra red de seguridad. La Cámara de
Representantes de Estados Unidos está presionada para aprobar esta
semana un presupuesto complementario de 33.000 millones de dólares para
la Guerra de Afganistán.
No podemos permitirnos el lujo de estar
en guerra.
Por Amy Goodman
Presentadora de Democracy Now!,
noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y
TV en Estados Unidos y el mundo.
[Denis Moynihan
colaboró en la producción periodística de esta columna. Texto en inglés
traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en
español, spanish@democracynow.org].
Fuente: www.adital.com.br
http://www.elciudadano.cl/2010/07/02/no-podemos-permitirnos-el-lujo-de-estar-en-guerra/
No hay comentarios:
Publicar un comentario