En medio de un renovado
clima de
tensión entre y Rusia y el eje EEUU-OTAN en el Cáucaso,
en un centro estratégico de la "guerra fría" por el control de las
fuentes
y rutas del petróleo en el Asia central, Kirguistán, un país clave en el
dispositivo de ocupación militar de Afganistán, ingresó en un proceso de
violencia y de "guerra civil" que involucra por igual a las dos primeras
potencias nucleares del planeta. Se trata de un nuevo y peligroso frente
de
conflicto en un área explosiva que contiene más del 70% de las reservas
petroleras mundiales.
Por
Manuel Freytas
(*)
manuefreytas@iarnoticias.com
manuefreytas@iarnoticias.com
Un
polvorín: Kirguistán, una ex república soviética de 5 millones de
habitantes, es
un centro estratégico de la "guerra fría" por el control de las
fuentes y rutas del petróleo en el Asia central.
También
conocida como Kirguizistán, Kirguizia, y oficialmente como República
Kirguiza,
es un país montañoso de Asia central, sin salida al mar, que
tiene
frontera con la República Popular China, Kazajistán, Tayikistán y
Uzbekistán. Su
capital es Biskek
El país cuenta con una población de algo más de 5,35 millones de habitantes distribuidos en 198.500 km². Desigualmente repartida, se concentra en la capital, Biskek y las zonas bañadas por el río Naryn y sus afluentes.
El país cuenta con una población de algo más de 5,35 millones de habitantes distribuidos en 198.500 km². Desigualmente repartida, se concentra en la capital, Biskek y las zonas bañadas por el río Naryn y sus afluentes.
Cobija una
base rusa, una base estadounidense, y juega un papel vital en el
dispositivo
de ocupación militar de Afganistán.
Además el proceso de
violencia y de
"guerra civil" desatado en Kirguistán es otro peligroso frente
abierto en
una región petrolera marcada por los conflictos en Pakistán y
Afganistán, que
repercuten directamente por las fronteras de Irán y la guerra latente en
Medio
Oriente.
El país
integra la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) junto
con China,
Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Pero
también, en un doble juego, mantiene acuerdos con el eje EEUU-UE.
Recientemente un gobierno pro-EEUU fue derrocado por otro pro-ruso.
Esa
situación desequilibró la balanza y la inclinó para el lado de la
estrategia del Kremlin, que se encontró con la posibilidad de
recuperar un
enclave estratégico que el "eje occidental" le había arrebatado tras la
caída de
la URSS.
Con el
nuevo conflicto abierto en Kirguistán, Rusia y EEUU vuelven a cruzarse
peligrosamente en una región clave en la disputa estratégica por el
control de
los recursos energéticos que ya tuvo su primer desenlace armado con
la
llamada "guerra de Georgia" en agosto pasado.
Desplazamientos
militares de
la OTAN, la cuestión de la instalación de sistemas misilisticos USA en
el
espacio post soviético, y un reposicionamiento estratégico de Rusia en
Abjasia y
Osetia del Sur, marcan el calendario inmediato de una región de alto
voltaje
conflictivo.
Georgia, puntal de
estrategia USA en
el Cáucaso, continúa rodeada por el aparto militar ruso, mientras que
en
Ucrania (ex aliada de EEUU) tomó el control un gobierno pro-ruso que
restauró
todos los acuerdos estratégicos con Moscú, incluido la permanencia
de la
base del flota rusa del Mar Negro.
Al más
puro estilo de la CIA y de los servicios occidentales, la respuesta
inmediata al
derrocamiento del presidente pro-EEUU en Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev,
fueron las "revueltas populares" conducidas por el derrocado.
Poco a
poco, la situación se fue desmadrando, y finalmente derivó en una "guerra
civil" entre la mayoría kirguis (el 55% de la población) y la
minoría uzbeka
(el 21% uzbekos).
La "guerra
civil", es una metodología que la CIA y los servicios occidentales utilizan
tanto para conquistar como para reconquistar territorios y gobiernos.
La
utilizaron (y la utilizan) en Irak, Afganistán, Pakistán, en Sudán,
Yemen,
Nigeria, y en general donde haya petróleo y recursos para depredar en
nombre de
la "guerra contra el terrorismo".
Kirguistán
es clave, no solamente porque se encuentra en la zona más estratégica y
explosiva del planeta, sino porque representa un área en disputa
entre Rusia
y EEUU, con China en frontera.
La nueva "guerra fría" entre
Rusia y
EEUU, es antes que nada una guerra económica por el control de
recursos
estratégicos, con el petróleo y el gas como los dos objetivos
fundamentales
en disputa.
Se trata de una guerra (por
ahora
"fría") por el control de las redes de oleoductos (corredores
energéticos)
euroasiáticos donde China juega su supervivencia en alianza con Rusia.
Además, en la agenda militar
y
geopolítica del espacio asiático, Pekín, igual que Rusia, se sitúa en
las
antípodas del proyecto estratégico del eje EEUU-UE que militarizó la
región
euroasiática para desestabilizar las redes energéticas de Rusia, de
las
cuales China es la principal beneficiaria.
Moscú y Pekín, en abierto
desafío a
la hegemonía europeo-estadounidense, a su vez trazaron acuerdos
militares
estratégicos y consolidaron un bloque militar y económico común en Asia
en
abierto desafío a la OTAN.
Como
producto de una "guerra civil" activada por los servicios de
inteligencia, hoy
Kirguistán está ardiendo y en situación de catástrofe humanitaria.
En el
Medio, Rusia y el eje EEUU-UE pulsean una batalla encubierta para ver
quien
se queda con el control del país.
EEUU, que
acaba de perder un enclave estratégico con Ucrania, que debió resignar
influencia sobre Georgia en la Guerra del Cáucaso, no puede darse el
lujo de
perder Kirguistán.
Y mientras
la CIA atiza la guerra inter-etnica, Moscú estudia estrategias para
intervenir
militarmente en el país como si fuera una "fuerza de paz". Con
otro dato
anexo que lleva agua a la estrategia del Kremlin: El 11% de la población
de
Kirguistán es rusa.
El
argumento Rusia lo empieza a buscar a partir de la integración de
Kirguistán a
la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), una especie de "OTAN
paralela" del Asia central liderada por Pekín y el Kremlin.
De
cualquier manera, la masacre inter-étnica ya abrió otro frente de
conflicto
en la estratégica zona del "triángulo petrolero" que involucra a
Eurasia y
Medio Oriente y contiene más del 70% de las reservas energéticas
mundiales.
Este es el
punto central que esconde la masacre manipulada que la prensa del
sistema
presenta como una "guerra de etnias" entre kirguises y uzbecos.
fuente, vìa : http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/asia/0015_kirguistan_en_llamas_15jun2010.html
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