domingo, 6 de junio de 2010

Chile : La incontinencia verbal le pasa factura a Piñera Hablar hasta por los codos y hacer de payaso frente a las cámaras de televisión, termina no sólo agotando al público, sino también haciendo el rídiculo internacionalmente Arturo Alejandro Muñoz

POCO A POCO, pero más rápido de lo esperado, el choclo va desgranándose y el novel Presidente de la República de Chile comienza a beber la cicuta que creyó poder evitar. Su principal flaqueza –además de la demagogia burda que emana de sus poros- es, por cierto, su incontinencia verbal. La lengua le traiciona ya que deja escapar ideas que lleva desde siempre en el corazón, pero que la mente (cuando está fría) aconseja encerrar entre los parietales y occipitales de la testa.
En su caso, la lengua triunfa ampliamente, ya que algo dentro de su cerebro de especulador financiero le asegura que más allá del cargo que pueda ocupar temporalmente, todos los chilenos son sus empleaduchos, sus ‘trabajadores’, sus lacayos. Entonces, patina, se da un feroz costalazo, se indigna, explota en ira…pero, luego,se percata que está empantanado en una función pública donde a muy pocos les importa que use una banda tricolor o que en el extranjero le digan “señor Presidente”, pues aquí en Chile –para el 50% de la población (o más)- él es simplemente “el Piñera”, y políticamente su persona puede y debe ser criticada…más allá incluso de los actos gubernativos que efectúe.
Toda persona que por propia voluntad  se inserta en la actividad pública, renuncia obligadamente a su vida privada. Es una de las primeras reglas del juego político, y llorar o indignarse porque alguien le ha sacado al sol algunos trapitos personales o familiares, sólo sirve para acrecentar el volumen y el fondo de las críticas. Contra el murmullo del pueblo, contra el “correveidile”, o contra el correo de la calle, nadie –ni el Papa ni el dictador más feroz- puede luchar ni detenerlo. En estos menesteres es sano y recomendable recordar siempre aquella frase con la que el periodista Volpone encabezaba todas las ediciones del diario Clarín: “Cavernarios, el pensamiento no se multa ni se encarcela”. Incluso el asesino y ladrón Pinochet –dueño de todas las balas y todos los cañones- bebió el amargo ajenjo de esa frase…¡cómo olvidarlo!
En el caso ‘del Piñera’, a la incontinencia verbal ha sumado acciones propias de un payaso, pero de los malos, de los fomes, e incluso de los insípidos. Si hay un caballo, quiere montarlo; si hay un bote, quiere remar; si hay una pelota quiere patear un penal; si hay un Ford ‘T’ quiere conducirlo; si hay un helicóptero, quiere pilotearlo; si hay una nalga quiere ponerle una inyección…definitivamente es demasiado, es too much asegura un lolito vecino de mi casa. Tanto y tanto busca cámara, que llega el momento de la saturación. Cuando esa hora arriba, entonces se produce el patinazo. Y ello fue lo que sucedió en el complejo de fútbol Juan Pinto Durán. Se pasó de revoluciones 'el Piñera'…la lengua le chicoteó y el cerebro se le hizo espuma, así como sus intenciones de caer simpático terminaron convertidas en un actividad risible, ridículamente torpe, que provoca vergüenza ajena si se analiza con ojos internacionales.
Marcelo Bielsa, sin pronunciar palabra ni efectuar gesto ni acto grosero alguno, puso a Sebastián Piñera en el lugar exacto que podría ocupar un ‘pierdeteuna’ desubicado, un tontorrón “pa’la risa”. Poco después, como guinda de la torta, el jugador Mauricio Isla, en conferencia de prensa, manifestó que “el Presidente le faltó el respeto al profesor Bielsa”, pues lo tildó de ‘loco’ creyendo que era muy cómico hacer lo mismo que explicitan las barras bravas futboleras, olvidando que él es Presidente de la República…aunque yo, y muchos más, le digamos simplemente “el Piñera”.
Por cierto, la indignación, la rabia y la vergüenza aun deben estar circulando por las venas del mandatario, ya que el bochornoso incidente circuló por toda la prensa escrita, hablada y televisada del planeta. En algunos países nuestro Presidente fue considerado el hazmerreír de la semana previa al Mundial de Fútbol, y hubo algunos canales del cable que se dieron un verdadero festín con el incidente.
Bueno, eso en lo deportivo y semi farandulero, porque en los temas serios el asunto empeora. Me refiero al caso de la venta del canal Chilevisión, cuestión que ya adquiere visos de escándalo a niveles inaceptables…todo un bochorno que el país debe soportar injustamente por responsabilidad del alma especuladora de quien hoy se sienta en el sillón de O’Higgins. Durante la campaña y en estos primeros meses de gobierno, él ha insistido en que “nosotros (la Coalición por el Cambio y su propio gabinete) hacemos las cosas bien, yo soy Presidente las 24 horas y nos preocupamos hasta del más mínimo detalle”…pero en el negociado de Chilevisión los detalles se le vienen escapando –muy convenientemente- desde hace meses.
¿No fue el propio Piñera quien aseguró en variadas conferencias de prensa, tanto en el año 2009 como ya en el mes de enero del 2010, que al momento de ser elegido Presidente de la República se desprendería de LAN y de Chilevisión ANTES DE 48 HORAS? No ha sido así. Entonces, ¿mintió Piñera? En estrictísimo rigor, sí, mintió. Y en estos temas el payaseo indigna.
Por la boca muere el pez, no hay peor loca que la boca, con las babas no se hilan chombas…frases que usan los huasos acá en el campo, y que señalan la inconveniencia que importa hablar ‘cabezas de pescado’ en el calor de las campañas, cuando el candidato cree que pasado un tiempo la gente no recordará lo prometido con tanto ardor. Nadie, en Chile, ha olvidado aquel eslogan que el comando de Piñera hizo circular por el país: “Delincuentes, conmigo se les acabó la fiesta”, dando a entender  que la cuestión era cosa de coser y cantar, o sea, era cosa de dar una orden y…¡cataplum!..se terminaron los bandidos.
Para ser sinceros, los 'patos malos' (delincuentes)   siguen haciendo de las suyas, y con mayor soltura de nalgas que antes, ya que se han permitido asaltar domicilios de familiares directos de algunos ministros y subsecretarios…amén del alarmante incremento de la dotación de ‘lanzas’, ‘escaperos’ y carteristas’ en el Metro santiaguino, superando la capacidad de los guardias de ese servicio de transporte público.
¿Y el millón de empleos? ¿De empleos o de puestos de trabajo? Hay una notoria diferencia entre ambos conceptos, pues si se trata “de empleos”, entonces es posible entender la fórmula que actualmente está desarrollando como plan piloto el ministro Lavín. Es decir, desvincular (o echar) a un alto número de chilenos y chilenas de sus trabajos (tanto en el mundo privado como en el fiscal) para luego contratar a un nuevo alto número de personas y dar por cumplida la meta. Con dos agregados: pagando sueldos inferiores a los de antes, y priorizando la privatización de los servicios otrora fiscales.
Todo mal, pues don Piñi, todo mal. No se queje ni se indigne cuando, después del Mundial de Fútbol, deba enfrentar el “enjambre huelguístico” que sacudirá Chile, lo que por cierto rebotará en el porcentaje de rechazo a su gestión que, quiéranlo o no las empresas dedicadas a recabar opinión pública, el país tendrá que conocer…pues el “rumor de la calle” y el “correveidile” serán tan fuertes que ni un TUsunami ni un marePOto podrán detenerlos.
¿Ve? ¿Se da cuenta? Ya se me pegó su incontinencia. 
vìa, fuente:
www.kaosenlared.net/noticia/incontinencia-verbal-pasa-factura-pinera

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