La comisión de salario mínimo
Como todos los trabajadores sabemos, el sueldo mínimo actual de 165.000 pesos sencillamente no alcanza para nada. Partiendo de esa base, los trabajadores no podemos esperar nada bueno del gobierno de empresarios y gerentes de Piñera, ya que la Comisión de salario mínimo que instaló con distintos sectores para definir la cifra de reajuste para este año, propuso un miserable aumento del 3%, es decir, con suerte 5.000 pesos de aumento. Pero no es extraño, porque tal comisión estuvo integrada, además del derechista Harald Beyer, por representantes de las organizaciones de grandes y pequeños empresarios, como Pablo Bosch y Alfonso Swett de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y Carlos Boada de la Conapyme, quienes no dudan en entregar lo menos posible a los trabajadores, defendiendo sus millonarias ganancias.
Los “representantes” de los trabajadores
Esta comisión técnica también contó con la participación de representantes de la CUT, como Roberto Morales y Juan Carlos Scapini. El problema es que estos representantes que seguramente estuvieron en contra de la propuesta de 3% de aumento, al hacerse parte de la comisión, avalaron esta instancia de dialogo estéril y por esa vía la idea propuesta de que el sueldo mínimo esté determinado por las variaciones del mercado y la productividad, es decir, que el salario mínimo se vea afectado por reajustabilidad y adaptabilidad, buscando hacer inestable y terminar con este precario piso mínimo. Ni qué decir de los representantes oficiales de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) como Diego Olivares de la Democracia Cristiana, quien con anterioridad había manifestado estar de acuerdo en la adaptabilidad, que no es más que precarización e inestabilidad laboral. Frente a esto es urgentemente necesario desplazar a estos dirigentes que dialogan estérilmente con los patrones, aceptando sus condiciones e imposiciones en desmedro de las y los trabajadores. Respecto a Arturo Martínez, presidente la CUT y militante del Partido Socialista, quien ha planteado como demanda el 10 % de reajuste -lo que significaría un aumento de sólo 16.000 pesos-, se ha mostrado confiado en que serán los parlamentarios de la Concertación quienes lograrán subir el miserable 3% propuesto por la Comisión, parlamentarios que cuando estuvieron en el gobierno se negaron a reajustar el sueldo en base a las necesidades de los trabajadores. Tampoco Martínez busca apoyarse en la propia organización de trabajadores que preside para organizar, movilizar y conquistar con lucha obrera un sueldo que cubra la canasta básica familiar de 350.000 pesos.
Los argumentos de la derecha y sus miles de despidos
Los representantes políticos de los patrones que están actualmente en el gobierno, la derecha, han buscado uno u otro argumento para decir que los trabajadores no podemos pedir más que un 3% de reajuste. Han hecho alusión a que si es demasiado el aumento podría afectar el empleo, que el terremoto afectó las arcas fiscales, que el sueldo ético familiar suplirá las deficiencias, pero ¿los trabajadores debemos creerle a los representantes de los empresarios cuando al llegar al gobierno han despedido a miles de trabajadores del sector público? ¿Podemos creerles cuando la importante lucha obrera minera de Collahuasi en Atacama hace unos meses fue reprimida a balazos por orden del ministro Hinzpeter? ¿Cuándo el ministro de cultura Cruz-Coke encerró y secuestró a los trabajadores que se movilizaban contra los despidos? Los trabajadores sabemos que somos nosotros quienes hacemos funcionar la economía. Por lo tanto, los argumentos de la falta de presupuestos son engaños, pues bastaría con que las ganancias de los empresarios –por ejemplo los del comercio que con la reconstrucción hicieron suculentos negocios- sean menores…Y sí dicen que no hay recursos para la reconstrucción, que todos debemos “ajustarnos el cinturón”, la renacionalización bajo control obrero de los recursos naturales del país es una vía para que no sean obreros y pobres quienes paguen los costos de la catástrofe. Pero la derecha, que defiende los intereses de los empresarios contra los trabajadores, se opondrá y nos dirá que debemos apretarnos el cinturón, mientras sus jefes, los patrones, reciben suculentas ganancias.
¿Qué hacer?
Frente a la serie de ataques del gobierno contra las y los trabajadores, frente a los mezquinos y miserables ofrecimientos de 3% del gobierno de la derecha y la demanda de 10% que proponen los dirigentes actuales de la CUT junto a los políticos de la Concertación, las y los trabajadores de Clase contra Clase opinamos que es necesario exigir un sueldo que cubra las todas las necesidades de una familia promedio, es decir, que cubra una canasta familiar de 350.0000 pesos. Para esto, es necesario, en primer lugar, unificar a la hoy dividida clase trabajadora, que está organizada en al menos tres grandes centrales sindicales. Para esta necesaria unidad es vital que la CUT y el conjunto de confederaciones y federaciones sindicales, los colectivos y tendencias de trabajadores, los militantes de izquierda, impulsemos la constitución de una Gran Coordinadora Sindical que agrupe a las filas de toda la clase trabajadora, para defendernos unitariamente de los ataques del gobierno patronal y los empresarios. Esta coordinadora debe funcionar en base a delegados elegidos y mandatados por las bases obreras. Y debe proponerse la unidad con el resto de los oprimidos, los estudiantes, los pobladores y los mapuche. En segundo lugar, y para cambiar el rumbo de la política sindical que no sirve para mejorar nuestras condiciones de vida, es necesario desplazar a los dirigentes del diálogo social levantando Tendencias Clasistas de Trabajadores que se planteen levantar un sindicalismo clasista y combativo que enfrente los despidos, la subcontratación y los sueldos de hambre como el salario mínimo. Te invitamos a ser parte de esta alternativa.
http://www.clasecontraclase.cl/periodicoNotas.php?nota=1359
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=108362&titular=el-reajuste-del-salario-m%EDnimo-y-la-situaci%F3n-de-los-trabajadores-
Como todos los trabajadores sabemos, el sueldo mínimo actual de 165.000 pesos sencillamente no alcanza para nada. Partiendo de esa base, los trabajadores no podemos esperar nada bueno del gobierno de empresarios y gerentes de Piñera, ya que la Comisión de salario mínimo que instaló con distintos sectores para definir la cifra de reajuste para este año, propuso un miserable aumento del 3%, es decir, con suerte 5.000 pesos de aumento. Pero no es extraño, porque tal comisión estuvo integrada, además del derechista Harald Beyer, por representantes de las organizaciones de grandes y pequeños empresarios, como Pablo Bosch y Alfonso Swett de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y Carlos Boada de la Conapyme, quienes no dudan en entregar lo menos posible a los trabajadores, defendiendo sus millonarias ganancias.
Los “representantes” de los trabajadores
Esta comisión técnica también contó con la participación de representantes de la CUT, como Roberto Morales y Juan Carlos Scapini. El problema es que estos representantes que seguramente estuvieron en contra de la propuesta de 3% de aumento, al hacerse parte de la comisión, avalaron esta instancia de dialogo estéril y por esa vía la idea propuesta de que el sueldo mínimo esté determinado por las variaciones del mercado y la productividad, es decir, que el salario mínimo se vea afectado por reajustabilidad y adaptabilidad, buscando hacer inestable y terminar con este precario piso mínimo. Ni qué decir de los representantes oficiales de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) como Diego Olivares de la Democracia Cristiana, quien con anterioridad había manifestado estar de acuerdo en la adaptabilidad, que no es más que precarización e inestabilidad laboral. Frente a esto es urgentemente necesario desplazar a estos dirigentes que dialogan estérilmente con los patrones, aceptando sus condiciones e imposiciones en desmedro de las y los trabajadores. Respecto a Arturo Martínez, presidente la CUT y militante del Partido Socialista, quien ha planteado como demanda el 10 % de reajuste -lo que significaría un aumento de sólo 16.000 pesos-, se ha mostrado confiado en que serán los parlamentarios de la Concertación quienes lograrán subir el miserable 3% propuesto por la Comisión, parlamentarios que cuando estuvieron en el gobierno se negaron a reajustar el sueldo en base a las necesidades de los trabajadores. Tampoco Martínez busca apoyarse en la propia organización de trabajadores que preside para organizar, movilizar y conquistar con lucha obrera un sueldo que cubra la canasta básica familiar de 350.000 pesos.
Los argumentos de la derecha y sus miles de despidos
Los representantes políticos de los patrones que están actualmente en el gobierno, la derecha, han buscado uno u otro argumento para decir que los trabajadores no podemos pedir más que un 3% de reajuste. Han hecho alusión a que si es demasiado el aumento podría afectar el empleo, que el terremoto afectó las arcas fiscales, que el sueldo ético familiar suplirá las deficiencias, pero ¿los trabajadores debemos creerle a los representantes de los empresarios cuando al llegar al gobierno han despedido a miles de trabajadores del sector público? ¿Podemos creerles cuando la importante lucha obrera minera de Collahuasi en Atacama hace unos meses fue reprimida a balazos por orden del ministro Hinzpeter? ¿Cuándo el ministro de cultura Cruz-Coke encerró y secuestró a los trabajadores que se movilizaban contra los despidos? Los trabajadores sabemos que somos nosotros quienes hacemos funcionar la economía. Por lo tanto, los argumentos de la falta de presupuestos son engaños, pues bastaría con que las ganancias de los empresarios –por ejemplo los del comercio que con la reconstrucción hicieron suculentos negocios- sean menores…Y sí dicen que no hay recursos para la reconstrucción, que todos debemos “ajustarnos el cinturón”, la renacionalización bajo control obrero de los recursos naturales del país es una vía para que no sean obreros y pobres quienes paguen los costos de la catástrofe. Pero la derecha, que defiende los intereses de los empresarios contra los trabajadores, se opondrá y nos dirá que debemos apretarnos el cinturón, mientras sus jefes, los patrones, reciben suculentas ganancias.
¿Qué hacer?
Frente a la serie de ataques del gobierno contra las y los trabajadores, frente a los mezquinos y miserables ofrecimientos de 3% del gobierno de la derecha y la demanda de 10% que proponen los dirigentes actuales de la CUT junto a los políticos de la Concertación, las y los trabajadores de Clase contra Clase opinamos que es necesario exigir un sueldo que cubra las todas las necesidades de una familia promedio, es decir, que cubra una canasta familiar de 350.0000 pesos. Para esto, es necesario, en primer lugar, unificar a la hoy dividida clase trabajadora, que está organizada en al menos tres grandes centrales sindicales. Para esta necesaria unidad es vital que la CUT y el conjunto de confederaciones y federaciones sindicales, los colectivos y tendencias de trabajadores, los militantes de izquierda, impulsemos la constitución de una Gran Coordinadora Sindical que agrupe a las filas de toda la clase trabajadora, para defendernos unitariamente de los ataques del gobierno patronal y los empresarios. Esta coordinadora debe funcionar en base a delegados elegidos y mandatados por las bases obreras. Y debe proponerse la unidad con el resto de los oprimidos, los estudiantes, los pobladores y los mapuche. En segundo lugar, y para cambiar el rumbo de la política sindical que no sirve para mejorar nuestras condiciones de vida, es necesario desplazar a los dirigentes del diálogo social levantando Tendencias Clasistas de Trabajadores que se planteen levantar un sindicalismo clasista y combativo que enfrente los despidos, la subcontratación y los sueldos de hambre como el salario mínimo. Te invitamos a ser parte de esta alternativa.
http://www.clasecontraclase.cl/periodicoNotas.php?nota=1359
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