jueves, 22 de abril de 2010

Uruguay/Argentina El día después del fallo. Por Juan Buchet

El riesgo de radicalización de los decepcionados habitantes de Gualeguaychú será un desafío para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en las próximas semanas.Pero visto desde Buenos Aires, a mediano plazo el fallo de la Corte Internacional de Justicia implica una dinámica desfavorable a Uruguay, porque se considera que no podrá implementar su ambicioso programa de desarrollo celulósico sobre el río compartido.
La sentencia de la Corte Internacional de Justicia ha suscitado reacciones dispares en la Argentina. El gobierno ha expresado su satisfacción por el reconocimiento de que Uruguay ha violado el Tratado Binacional que rige la administración conjunta del río al autorizar la construcción de la controvertida pastera UPM (ex Botnia). Pero los habitantes de Gualeguaychú, que mantienen cortado el puente internacional entre los dos países desde noviembre 2006 en señal de protesta por la existencia de la planta, no podían ocultar su decepción al escuchar el fallo, ya que éste considera que no se ha probado una contaminación superior a la autorizada como consecuencia de la producción de celulosa por UPM. Los elementos más radicalizados de la Asamblea ambientalista de Gualeguaychú llaman a una “extensión de la lucha” y se espera une concurrencia masiva a la manifestación convocada sobre el puente internacional para el domingo 25 de abril.

Para las autoridades argentinas, determinadas a no recurrir a la fuerza pública para liberar el puente, la gestión y contención de la bronca de los gualeguaychuenses será un gran desafío a corto plazo. Intentarán convencerlos del avance que representa la reafirmación por la Corte de La Haya del carácter vinculante del Tratado Binacional de 1975 en lo que respecta al cuidado ambiental del río Uruguay. Ello implica un control conjunto de la eventual contaminación de las aguas y de la atmósfera debido a la producción de UPM. No será tarea fácil, porque los ambientalistas más exaltados están convencidos que las mediciones realizadas hasta ahora, incluso por organismos independientes, están adulteradas. Y también, por la recurrencia de olores desagradables (definidos como de “huevo podrido”) provenientes de la ribera uruguaya que invaden Gualeguaychú desde que la fábrica de celulosa comenzó a operar, situación que molesta hasta los gualeguaychuenses más moderados.

A mediano plazo sin embargo, se estima en Buenos Aires que el fallo de la Corte Internacional de Justicia implica una dinámica desfavorable a la parte uruguaya. La reafirmación de la vigencia del Estatuto de 1975 torna imposible que Uruguay pueda construir nuevamente una planta que amenace el ecosistema compartido sin el aval de la Argentina. Es decir que no podrá implementar su ambicioso programa de desarrollo celulósico sobre el río, que prevé la implantación de tres otras pasteras. La anunciada próxima cumbre entre la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su par uruguayo reflejará sin duda ese cambio de perspectivas respecto del futuro del río Uruguay.
fuente, vìa:
http://www.espanol.rfi.fr/americas/20100421-el-dia-despues-del-fallo

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