“Todos
y todas quieren una Argentina para todas y todos. Sin grietas. Con
encuentros de paz sin justicia. Olvidaron la lucha de clases. Prefieren
ser casta y quedarse”. (aforismo implicado)
“El crimen de la paz” llamó a su libro Alfredo Grande. He aquí el porqué.
Genocidio en Tucumán. Por un artilugio
matemático - estadístico desaparecieron 19.000 desnutridos de las
estadísticas, para demostrar lo buena que es la administracion
Alperovich. El Ministro Manzur acusado de Genocidio.
Crónicas del país de los DD:HH, los rolex de 50.000 dolares y las pampas gigantescas.
En nuestro país, un solo niño con hambre es un delito de lesa humanidad” (Severo Rennis. Machagai. Chaco)
(APe).- Ante la evidencia de que no es
posible construir mejor democracia, el consuelo de los tontos es más
democracia. O sea: más del dispositivo idolatrado del estado de derecho.
No sé si lo mejor es enemigo de lo bueno. Pero desde ya, la
idealización es enemiga del ideal. A ver si me entiendo: mejor
democracia es un plebiscito vinculante. El voto decide sin delegar. El
plebiscito no vinculante es algo así como un matrimonio no consumado,
situación mas frecuente de lo que suponemos. Plebiscito no consumado, o
sea, nada pero temprano y con DNI.
Las PASO no son tan primarias, porque en
realidad lo mas primario son los insoportables spots radiales y
televisivos, de los cuales el más tierno es el del candidato Cucui; no
son tan abiertas porque está vigente el corralito de la proscriptiva ley
de partidos políticos; no son tan secretas, porque hasta sirven para
ventilar trapitos sucios de servicios contra servicios, de unidos y
desorganizados, de cambios de camiseta durante el partido y porque en el
reino de la midia, el secreto mejor guardado es el que se hace público;
son obligatorias pero desde el mandato y mucho menos desde el deseo.
Aún con mi voto decidido, debo admitir que
mi fervor y pasión no alcanza en la escala de Richter más que un 5. Los
terremotos democráticos de otras épocas se han sosegado en campañas que
buscan lo bueno del malo, lo malo del bueno, la unidad en vez de la
unión, la pureza de lo propio, el desdén autoritarista de lo ajeno. En
mi último unipersonal, “Asi no es la Vida”, proponía la formación de un
Frente de Derecha y de los Explotadores.
En la actualidad, la derecha se ha
mimetizado y camouflado en casi todas las propuestas frentistas y
partidarias. El Peronismo hoy lo incluye todo, y si bien y por el
momento con la guerra de las palabras y sin las palabras de la guerra,
lo incompatible convive con lo diferente. La bomba está armada y sólo
queda esperar que algo la detone. En otras palabras: la decapitación de
Scioli ha dado paso a la lapidación a Massa.
La postulación del audaz intendente de
Tigre, que por cierto no es ningún tigre de los llanos, no pudo pasar
por una interna partidaria. Fiel a las mejores tradiciones de los
partidos únicos, la interna que debió ser se transforma en la externa
que se puede hacer. Pero eso sí: con el tilde de “renovador”, como el
blem que renueva muebles que siguen viejos pero mejoran su aspecto.
El audaz tigre sin los llanos fue Jefe de
Gabinete, o sea, empleado del Poder Ejecutivo Nacional. Y si el pasado
no condena, tampoco excarcela. El culebrón entre Massa y Berni es la
crónica de una democracia gastada. En una cultura represora, siempre la
peor astilla es la del mismo palo. En este caso, el palo nacional y
popular que en su afán de gobernar para todos y todas, se convierte en
un caballo de Troya a escala nacional.
El Caballo de Troya abomina de los 90, pero
ahí están Scioli, Boudou, la ley de entidades financieras, la ley de
educación superior, y muchos y muchas menemistas contrariados o
conversos, que no es lo mismo, pero es igual. Desde ya hay otros que ni
siquiera necesitan Caballos ni Cavallos de Troya porque no abominan de
los 90, sino que los añoran. Sin ir más cerca, el Gobierno de la ciudad
de Buenos Aires clausuró el centro cultural Compadres del Horizonte.
Estuve junto a Vicente Zito Lema y Héctor Bidonde en la movida que se
realizó enfrente del Ministerio de Cultura para clausurarlo por evidente
abuso de autoridad. En la conferencia de prensa, dije que tanto va el
cántaro de la cultura popular a la fuente del Estado, que alguna vez el
cántaro romperá a la fuente. Y entonces quedará para siempre entendido
que lo público y lo estatal son dos registros no solo diferentes, sino
que incluso opuestos e incompatibles.
Es obvio que ante la amenaza del terrorismo
de Estado, emblema del Estado Malhechor, todo Estado Benefactor es
preferible. Pero son 30 años de democracia, y por lo tanto empezar a
pensar que la representación terminó siendo restitución, y que una
cáscara vacía de contenido no puede simular ser ni amarga ni dulce
fruta, es a mi criterio un pensamiento necesario. Parte del mecanismo de
restitución democrática es identificar lo democrático con lo universal.
O sea: la democracia siempre es para todos y
todas, Argentina es un país con buena gente y lo malo de la Argentina
es que sea Argen y Tina y lo más malo es que en la Argentina haya una
grieta. El capitalismo necesita que todos los explotadores estén juntos,
para que la tortilla nunca se vuelva. Con diferentes monturas, todos
los discursos de la conciliación montan al Caballo de Troya. La
democracia de la restitución abomina de los enfrentamientos, de los
conflictos, de toda lucha contra las riquezas aunque haga pucheritos con
la lucha contra las pobrezas.
Esta democracia formalizada en votaciones
primarias, secundarias, terciarias, con urnas fetichizadas que
albergarán a los animales mitológicos que nacerán con los cortes de
boleta, es una democracia de casta. En la Argentina del bicentenario las
castas existen y no solamente en la familia judicial. Hay muchas
familias que mantienen durante décadas contundentes espacios de poder.
La doble A en San Luis es un ejemplo emblemático, pero no es el único. Y
para esos espacios de poder no hay primarias y mucho menos abiertas.
Tampoco son secretas porque todos saben lo que nunca dirán que saben,
porque pueblo chico infierno grande, y solo son obligatorias para los
súbditos. Los príncipes hacen la trampa y luego, si les queda tiempo,
hacen alguna ley.
Sigo deseando, aunque no pueda decir que
lo sigo esperando, que las izquierdas anticapitalistas y anti
imperialistas entiendan que aunque no importe la Unidad, sí es
absolutamente necesaria la unión. Un dirigente que ha regresado diezmó
el Frente del Pueblo. Creo que el Frepu, arriba los de abajo, dejó una
experiencia que si bien es imposible de repetir, no es imposible de re
crear. Entonces, no habrá democracia al paso, sino que habrá lucha
contra los explotadores, y al que no le gusta… Se jode, se jode.
Vía:http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7901:alfredo-grande&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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