Foto: Fashioning an Ethical Industry
Estados Unidos.
En vez de permitir que los sindicatos supervisen las condiciones de
seguridad en las maquiladoras para prevenir muertes debidas a las malas
condiciones de trabajo o de los edificios, las empresas generaron una
nueva industria, la de la Responsabilidad Social Corporativa.
En la maquiladora Ali Enterprises, en
Pakistán, 300 personas murieron quemadas en 2011- fue el mayor incendio
de una fábrica en la historia mundial. En 2012, trabajadores de
Bangladesh saltaron desde las ventanas de la fábrica en llamas Tazreen
(porque las puertas estaban cerradas) y cayeron sobre el pavimento, al
igual que lo hicieron sus hermanas en el famoso incendio de la fábrica
Triángulo Shirtwaist, en la ciudad de Nueva York en 1911. En la planta
de Foxconn en China, donde se ensamblan los iPads y los iPhones, los
trabajadores fueron presionados tan fuertemente que empezaron a quitarse
la vida en 2010.
Durante la semana del 21 de abril de 2013, más de 350 trabajadores
murieron cuando el edificio Plaza Rana de Bangladesh se derrumbó. Los
dueños de las fábricas se negaron a evacuar el edificio después de que
enormes grietas aparecieron en las paredes, e incluso después de que los
ingenieros de seguridad les dijeron que no dejaran entrar los
trabajadores. Los trabajadores dijeron a representantes de la federación
sindical IndustriALL que los amenazaron con descontarles tres días de
salario por cada día de ausencia, por lo que entraron a pesar de sus
preocupaciones. Esto no es bueno para la imagen corporativa de Wal-Mart,
cuyas ropas fueron cosidas en Tazreen, o para Apple, cuyos iPads y
iPhones se ensamblan en Foxconn. No es bueno para JC Penney, Benetton o
El Corte Inglés, cuyas etiquetas y órdenes de corte fueron encontradas
en los escombros en la Plaza Rana. De acuerdo con el Foro Internacional
de Derechos Laborales, “una de las fábricas en el complejo Rana,
Ether-Tex, había enumerado a Walmart-Canadá como comprador en su página
web”.
Cuando los trabajadores empezaron a
suicidarse en Foxconn, los manifestantes llevaron carteles con sus
nombres frente a la tienda insignia de Apple y exigieron mejores
condiciones. Sin embargo, la estrategia empleada por la mayoría de estas
empresas de gran tamaño no es mejorar las condiciones que matan a los
trabajadores. Están especialmente poco dispuestos para permitir que los
sindicatos de los trabajadores actúen como supervisores y ejecutores de
los acuerdos, firmados para garantizar salarios dignos y procedimientos
de seguridad.
En cambio, las grandes empresas de marca “ayudaron a generar una
industria de 80 mil millones de dólares en la responsabilidad social
corporativa (RSC) y la auditoría social”, según un nuevo informe de la
AFL-CIO, Responsabilidad de Terceros.” Sin embargo, la
experiencia de las dos últimas décadas de ‘regulación privatizada’ de
las cadenas mundiales de suministro tiene inquietantes paralelismos con
la autorregulación financiera que falló tan espectacularmente”. La
industria de la RSC, acusa el informe, “ayudó a mantener los salarios
deficientes y condiciones de trabajo bajas, [mientras que] cubrió las
relaciones públicas de las empresas”. Una firma de auditoría corporativa
de RSC, la Business Social Compliance Initiative (BSCI), certificó dos
fábricas en Rana Plaza: New Waves Style y Phantom Apparel. La página web
de BSCI admite que auditó los dos primeros, pero niega cualquier
responsabilidad por la muerte de cientos de trabajadores en los locales
que certificó. “Las razones del colapso de las fábricas parecen estar
relacionadas con la deficiente infraestructura del edificio Plaza Rana”,
señaló. “BSCI se centra en el seguimiento y la mejora de las cuestiones
laborales en las fábricas y se basa en las autoridades locales para
garantizar que la construcción y la infraestructura son seguras”. BSCI
fue creada por la Asociación de Comercio Exterior, un grupo de empresas
con sede en Europa, “con el fin de crear una coherencia y armonización
para las empresas que desean mejorar su cumplimiento social en la cadena
de suministro global”, dice su página web. SOCAM, que al parecer
también certificó la fábrica Tex Eter, fue creada por la enorme empresa
de ropa C & A -con sedes en el Reino Unido y Alemania. La
proliferación mundial de las maquiladoras llevó hasta el fondo los
ingresos y las condiciones de trabajo de los trabajadores textiles, de
productos electrónicos y otros. Hace medio siglo, sus condiciones eran
mucho mejores. Después de las grandes campañas de organización de
trabajadores de Estados Unidos en la década de los treintas y cuarentas,
la mayoría de trabajadores las maquiladores en Estados Unidos se
afiliaron a sindicatos – lo suficiente para que los salarios de los
trabajadores proporcionaran una vida segura y decente. La mayoría
trabajaban directamente para los empleadores. Y cuando las empresas
empezaron a utilizar subcontratación, la fuerza organizada de los
trabajadores obligó a los empleadores a acordar medidas para proteger
sus puestos de trabajo.
Como dice el nuevo informe de la
AFL-CIO, la clave fue el “Acuerdo de intermediarios.”. Cada empresa o
marca sólo pudo hacer sus pedidos con contratistas sindicales, que
garantizaban un trabajo estable para mantener a los trabajadores
empleados de forma permanente. No pudieron hacer nuevos contratos a
menos que los existentes tuvieran suministro completo de los pedidos.
Las empresas tuvieron que dar a los contratistas un precio lo
suficientemente alto para garantizar los salarios sindicales.
De pronto, el fondo cayó. Las marcas estadunidenses por primera vez
cerraron sus propias fábricas y comenzaron a buscar en el mundo los
países y los contratistas para producir las prendas al menor costo
posible. Los trabajadores sindicalizados de ropa en San Francisco y
otras ciudades protestaron por los cierres, recalcando la diferencia
enorme entre sus salarios y condiciones de trabajo con los de las
maquiladores a la que se transfirió el trabajo. El mismo proceso se
llevó a cabo en Europa. Hoy en día, el mundo se ve completamente
diferente. “El trabajo de fabricación salió de los países en los que
existían leyes, convenios colectivos y otros sistemas de protección para
reducir los peligros del lugar de trabajo”, acusa el informe, mientras
que “los trabajos se fueron a países con leyes inadecuadas, con
aplicación débil y con relaciones laborales precarias”. Esta transición
se apoyó en la negociación de acuerdos comerciales favorables a las
empresas, que garantizan acceso sin restricciones de los productos de
estas fábricas a los mercados de Estados Unidos y Europa, mientras que
presionan a los países en desarrollo para garantizar los derechos de los
inversionistas corporativos extranjeros y un entorno empresarial
amigable de bajos salarios, aplicación laxa de protección a los
trabajadores y ataques a los sindicatos. El informe Responsabilidad Subcontratada
analiza experiencias claves para apoyar su conclusión. El documento
señala que fabricantes de ropa contrataron la auditoría de Social
Accountability International (SAI) para certificar que la fábrica era
segura, justo antes de que un incendio en la fábrica de Ali Enterprises
en Pakistán matara a 262 trabajadores en el 2012. SAI tercerizó la
inspección a una empresa italiana, RINA, que subcontrató a su vez el
servicio a una empresa local, RI&CA. Ali Enterprises fue certificada
en agosto. “Casi 300 trabajadores murieron en un incendio dos semanas
después”, acusa el reporte. El uso del proceso de la RSE va más allá de
las fábricas de ropa. En las plantaciones de Dole, en Filipinas, la
empresa (con la ayuda de las fuerzas armadas) sustituyó al sindicato
organizado por los trabajadores, Amado Kadena-National Federation of
Labor Unions-Kilusang Mayo Uno, por un sindicato de la empresa. Al mismo
tiempo, Dole tuvo un puesto en el consejo de directores de la EFS y
recibió la certificación SA8000. Posteriormente, los salarios cayeron y
Dole comenzó a reemplazar trabajadores permanentes por temporales.
En la planta inmensa de Foxconn en
China, según el informe, “cuando la reputación de su marca estaba en
peligro por los suicidios, accidentes mortales y disturbios en las
fábricas, se decidió utilizar la FLA (Asociación del Trabajo Justo, el
otro CSR gigante que favorece a las corporaciones). Después de recibir
una cuota de membresía de 250 mil dólares, FLA inspeccionó las fábricas
de Foxconn, alabando a la empresa incluso antes de completar las
inspecciones. A continuación emitió un informe crítico moderado. Unos
meses más tarde, insistió en que Foxconn marchaba bien en su camino a la
solución de los problemas de derechos laborales. Sin embargo, hubo
pocos cambios para los trabajadores. Cuando mil de ellos se fueron a la
huelga en una planta de Foxconn en 2013, “los observadores informaron
que la policía antimotines usó cañones de agua y violencia física para
reprimir a los huelguistas”.
En 2008, Russell Athletics cerró una planta en Honduras después de
que casi 2 mil trabajadores organizaron un sindicato y trataron de
negociar un contrato. Solamente amenazando con hacer manifestaciones en
los campus universitarios de Estados Unidos para torpedear las ventas de
la empresa deportiva, el Consorcio por los Derechos de los Trabajadores
(WRC) –apoyado por Estudiantes Unidos contra los Talleres del Sudor
(USAS)- pudo lograr la reapertura de la planta y la recontratación de
los trabajadores. Esta táctica inició en la década de los noventa,
cuando el grupo Estudiantes ayudó a los trabajadores a exponer los
abusos de un sindicato pro patronal en una fábrica de prendas de vestir
de México, Kuk Dong. Estudiantes obligó a Nike a intervenir para que su
contratista respetara los derechos de los trabajadores. Usar la
capacidad y el poder del consumidor en los países-mercados es una forma
de solidaridad que apoya el mejoramiento verdadero para los trabajadores
de la fábrica.
El informe Responsabilidad Subcontratada
mira a modelos alternativos en sus conclusiones para mejorar las
condiciones de trabajo. Subraya a los acuerdos-marco globales entre
federaciones sindicales internacionales y empresas multinacionales como
particularmente eficaces. “Debido a que no son unilaterales, sino
negociados por los trabajadores, representan un avance sobre los códigos
corporativos [y] contienen compromisos vinculantes por parte de las
empresas para respetar los derechos laborales internacionales y la
legislación nacional”.
Algunas de las medidas nacionales
aprobadas por el Congreso de los Estados Unidos son otro medio para
progresar en este ámbito. El informe señala, entre otras, a la Ley
Dodd-Frank, que reformó las prácticas financieras en Wall Street. En
Europa señala al protocolo sobre la libertad de asociación, firmado por
los sindicatos de Indonesia con marcas de ropa deportiva
multinacionales, apoyadas por IndustriALL, la federación sindical
europea.
WRC y USAS desarrollaron el programa Proveedor Designado, en el que
las universidades participantes sólo compran prendas de fabricantes de
marca que pagan precios que garantizan salarios dignos y que los
trabajadores tienen el derecho a organizarse. Tras el incendio de
Tazreen, se desarrolló un acuerdo vinculante entre IndustriALL, el WRC y
otras organizaciones no gubernamentales de asuntos laborales. Se trata
de evitar más incendios, garantizar el derecho de los trabajadores a
organizarse y hacer cumplir las condiciones de seguridad. Algunas
empresas, incluyendo a PVH y Tchibo, ya firmaron. Walmart y Sears, sin
embargo, no sólo se negaron, sino que ni siquiera accedieron a pagar
indemnización a las víctimas del incendio de Tazreen. Por último, el
informe también menciona el impacto potencial de utilizar 11 trillones
de dólares de los fondos de pensiones de los trabajadores, invertidos en
acciones de corporaciones, como medio para que las empresas cambien su
conducta. Al mismo tiempo, se proyecta una mirada escéptica sobre los
programas más favorables a las empresas, como Better Work, y sobre la
idea de reformar el proceso de RSE patrocinado por el empleador. En
definitiva, concluye Sharan Burrow, secretaria general de la
Confederación Sindical Internacional, “es a través de la libertad de
asociación y de organización de los sindicatos que los trabajadores
tienen la mejor oportunidad de defender sus intereses”.http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2013/05/lavado-de-imagen-de-las-maquiladoras-asesinas/
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