1.
Ni modo, es el único camino que nos deja el gobierno capitalista a los
maestros del país: movilizarnos y preparar el paro nacional para que nos
tomen en cuenta. Los maestros de la Coordinadora (CNTE) y mucho miles
más, cumplimos con nuestro trabajo en la escuela con nuestros alumnos y
sus padres; pero no estamos dispuestos a que nos traten como esclavos
sin poder opinar en los asuntos que nos incumben. ¿Que la educación en
México está en los últimos lugares en el mundo? Eso es culpa
indiscutible de nuestros gobiernos incapaces y pro empresarial, no de
los maestros, de los alumnos o los padres de familia que actúan bajo sus
órdenes. ¿Sabías que los gobiernos determinan el presupuesto educativo,
los planes y los programas, los salarios y el subempleo, las
condiciones de vida miserables de los padres de familia y casi todo?
2.
La campaña de desprestigio contra los maestros encabezada por la
televisión y la radio es enorme y amplia; basta con que el presidente
Peña Nieto y Chuayffet Chemor (el secretario de Educación y asesino de
indígenas de Acteal) señalen que se respetará lo que ellos digan, que no
darán ni un paso atrás con la reforma educativa, para que agiganten
los medios de información que los maestros son insolentes, indolentes y
hasta delincuentes. Sin embargo los maestros de la CNTE (en particular
los de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas) han demostrado hasta la
saciedad que las luchas por sus derechos están respaldadas por los
padres de familia y por sus hijos; que esos maestros no reducen su
actividad al salón de clases sino que también conocen las condiciones de
vida de la comunidad, en particular de la más explotada y miserable de
México.
3.
Los maestros de la CNTE en la mayoría de los estados del país van a
cumplir 15 días en foros, seminarios, congresos, analizando lo que
sucede en su campo de trabajo que no es otro que la educación. Hablaron
de sindicalismo, pero el mayor tiempo lo dedicaron a analizar la
problemática educativa. Presencié las conferencias y las discusiones de
mesas de trabajo de unos tres mil maestros de Michoacán y estuve cuando
se analizaba –con mucha preocupación- el encuentro educativo de la
sección Novena en el DF el pasado fin de semana. Por eso no tengo la
menos duda que el Congreso Nacional en el zócalo será de gran calidad, a
pesar de que predomine la lectura de resolutivos de los estados. Pero
eso sí: los medios de información están alarmados porque los maestros
“son un peligro” porque no se someten a las órdenes del gobierno.
4.
El día primero de mayo, como ha sido durante más de un siglo, los
obreros del mundo marchan, se plantan, se manifiestan en su día para
exigir justicia, libertad, igualdad. En México hasta los sesenta el PRI y
los líderes espurios monopolizó las marchas para dar “gracias al señor
presidente”; los panistas se reunían en suculenta comida con los
empresarios y la izquierda recordaba el día con algunas pequeñas
protestas; sin embargo, a partir de los setenta los obreros
independientes y grupos de izquierda comenzaron a irrumpir en protestas
contra los empresarios y los gobiernos que los han mantenido en la
pobreza y la miseria. Por eso los maestros de la CNTE –en primer lugar-
llevan 30 años saliendo a la calle a gritar sus consignas, pero al mismo
tiempo a exigir que el gobierno cumpla con la educación, sin olvidar el
aumento salarial que les corresponde por ley.
5.
Pero el asunto más importante, además del Congreso en el Zócalo y de la
marcha del Primero de Mayo, es el paro indefinido o movimiento de
huelga. Las huelgas en México casi desaparecieron con la imposición del
neoliberalismo. Recuerdo que en algún lugar del libro de Pablo González
Casanova se daban estadísticas de que a gobierno menos dictatorial más
huelgas; ahora con la terrible amenaza de despido a los huelguistas y
los aumentos anuales de dos pesos o una quinta parte de dólar, las
huelgas son ya casi inexistentes. Una huelga de maestros hoy sería
magnífica: 1) para recordar, por lo menos, qué es una huelga y 2) para
decirle al gobierno que los maestros no somos sus esclavos y que en
educación somos siempre los primeros. Un paro indefinido en tiempo
dependerá siempre de la respuesta y la movilización magisterial.
6.
La bronca es que también Peña Nieto, los empresarios, Chuayffet y sus
achichincles (los líderes espurios del SNTE) están preparando esquiroles
-desempleados y desesperados muertos de hambre- para que sustituyan a
los huelguistas. Pero el gobierno miente, sólo amenaza como siempre,
porque no los tiene y sabe que la CNTE está acostumbrado a luchar en las
calles, mucho más si se trata de defender el trabajo. Si el gobierno
quisiera meter esquiroles en las comunidades de Oaxaca, Michoacán,
Guerrero o Chiapas, las comunidades se encargarían de expulsarlos.
¿Pretende valerse acaso el gobierno de los profesores de escuelas
particulares, de las decenas de miles de jóvenes sin empleo, de la
CONAFE, prometiéndoles una plaza que no podrá cumplirles? La CNTE está
defendiendo la educación pública y gratuita y no está jugando.
7.
La Coordinadora va a crecer rápidamente porque al fin los maestros del
país se han comenzado a dar cuenta que son los únicos que luchan por la
educación y por los derechos de los profesores. No sería extraño ni muy
difícil que personajes de Peña Nieto se acerquen a ellos para negociar.
Pero la CNTE sólo negocia en público presentando públicamente
propuestas, de lo contrario se desprestigiaría si lo hace tras
bambalinas. Pero por otro lado, ¿cómo haría Peña Nieto par imponer su
proyecto de más amplia privatización de la educación disfrazada con
modernización educativa? En esto tiene que rifarse la inteligencia de
la CNTE: en saber medir sus luchas –sin miedo y sin confianza- evitando
cruzar la línea de la represión trazada por el gobierno. La comisión
política nacional tiene en estos momentos una gran responsabilidad.
(22/IV/13)
Pedro Echeverría V.
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