Distintos medios de
comunicación y agencias informativas han insistido desde hace meses en
que en el ejército venezolano hay contradicciones internas y disputas
por el poder. Hace apenas unos días un cable de la agencia Afp señalaba
que
El pasado 18 de abril miles de soldados de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB) desfilaron por el Paseo los Próceres, en la ciudad de
Caracas. Conmemoraron los 203 años de la proclamación de la
independencia del país y rindieron honores al recién juramentado
presidente Nicolás Maduro, su comandante en jefe.para los analistas, (Maduro) también enfrentará el reto de asegurar la lealtad de las fuerzas armadas, donde existen divisiones políticas e ideológicas. ¿Es esto cierto?
En aviso para navegantes, durante el acto, el ministro de Defensa, Diego Molero, saludó a Maduro con un
Chávez vive, la lucha sigue, y señaló que las mujeres y hombres de la Fuerza Armada lo reconocen como presidente constitucional y comandante en jefe, porque es
un acto de obediencia a la decisión del pueblo soberano.
En el desfile participaron 11 mil 750
combatientes, capacitados, entrenados, antiimperialistas y chavistas. Marcharon también trabajadores petroleros. Allí se mostró el nuevo equipo militar ruso: tanques T-72B1, lanzacohetes múltiple BM-21 Grand , obuses autopropulsados MSTA-S 152 mm y sistemas misilísticos de defensa antiaérea Buk-2ME y S-300VM, que pueden destruir objetivos a una distancia hasta de 300 kilómetros.
Venezuela ha modernizado su armamento en los últimos años, adquiriéndolo de Rusia, China y, en menor medida, de Brasil y España. Según datos de la corporación estatal rusa de armamento Rosoboronexport, entre 2006 y 2011 Caracas adquirió de ese país equipo militar por valor de 11 mil millones de dólares.
No se trata de un fenómeno exclusivamente venezolano. En América Latina se vive un periodo de rearme al que la república bolivariana no escapa. Según el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri, por sus siglas en inglés) la región registró en 2010 el mayor aumento del gasto militar, desplazando en este sentido a Medio Oriente y Europa. Sin embargo, un año después, esta tendencia no se mantuvo. Los países que más invierten en el área en equipo militar son Brasil, Chile, Colombia y Perú. Brasil concentra casi la mitad de este gasto, seguido por Colombia.
El fortalecimiento militar venezolano y su alianza con Rusia y China forma parte de su apuesta por convertirse en actor relevante en el mapa geopolítico continental y planetario para construir un mundo multipolar. Un envite que desafía la hegemonía estadunidense y rechaza tajantemente seguir siendo parte del patio trasero del Tío Sam. Un reto que busca construir relaciones diplomáticas multilaterales con las más diversas naciones. Un proyecto del que las fuerzas armadas son parte central.
Los militares venezolanos participan activamente en política. Desde un primer momento, Hugo Chávez les asignó un papel central en la revolución bolivariana, tanto por su propio origen en las filas castrenses como por sus potencialidades transformadoras si se incorporaban al proyecto nacional-popular. Después de 14 años de transformación social, las fuerzas armadas son inequívocamente chavistas. Su saludo es ¡Chávez vive, la lucha sigue!
El derrocamiento de Allende generó en mí y en otros muchachos un gran desprecio hacia los militares gorilas que dirigieron el golpe. Pinochet nos resultaba repulsivo, dijo Chávez a los periodistas Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez. Por el contrario, los generales Omar Torrijos y Juan Velasco Alvarado fueron para él muestras de que en el cuerpo castrense era factible seguir una vía distinta de participación política a la de los gorilatos.
La presencia de militares en las instituciones políticas y en los proyectos sociales es amplia, protagónica y multifacética. Once de los 23 gobernadores son militares en retiro integrantes del PSUV. Más de mil 500 oficiales están al frente de institutos del Estado en el gobierno central, entes autónomos, gobernaciones regionales. Participan de manera medular en las misiones, es decir, en los proyectos de atención social a los sectores más pobres, impulsados por fuera de las agencias estatales de desarrollo. También en la conducción, administración y ejecución de grandes proyectos de infraestructura y desarrollo. Cumplen tareas diplomáticas.
Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Nacional, militar él mismo, puente con las fuerzas armadas, a quien durante meses se señaló como uno de los posibles relevos de Hugo Chávez, ha apoyado a Nicolás Maduro sin ambigüedad alguna.
Durante los últimos años, los militares formados en la vieja doctrina militar de la guerra contrainsurgente han pasado a retiro y nuevos elementos, con otra educación y compromiso, han asumido el mando de tropas. Ellos son fieles al legado de Chávez.
¿Son ciertas esas diferencias políticas e ideológicas dentro de las fuerzas armadas a las que, sin citar nunca fuentes internas, cierta prensa hace referencia continua? Los hechos hablan. No hay un solo indicador que muestre que algo así sucede dentro. Al contrario: las evidencias de su compromiso con la revolución bolivariana son abrumadoras.
Vía:
http://www.jornada.unam.mx/2013/04/23/opinion/025a2pol
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