Simultáneo a los
dudosos anuncios
oficiales de "recuperación gradual" de la economía global, el dólar
estadounidense experimenta una caída constante en su cotización que no
parece
tener fin. El derrumbe de la divisa estadounidense es paralelo, a su
vez, a una
recuperación acelerada de las bolsas y de los mercados de especulación
financiera acompañada de una nueva escalada de los precios del petróleo
y de las materias
primas (incluidos los alimentos). ¿Cómo se explica este cóctel?
Fundamentalmente, por la
relación del dólar con la especulación financiera, y por el rol
(paradójico)
que cumple su descenso en la (por ahora fallida) reactivación
post-crisis de EEUU y de las potencias centrales del sistema
capitalista.
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Hay
una certeza generalizada entre los especialistas: La no reactivación plena
del consumo y la persistencia crónica del desempleo con una tasa del 9,3%
complica todas las variables de la recuperación económica de EEUU.
Los números en rojo que surgen del conjunto de las variables de la primera economía imperial
invalidan cualquier hipótesis de recuperación inmediata de la crisis que ya
ha devenido de económica a social en todo el territorio de EEUU.
Desde que alcanzó su máximo en
febrero de 2002, la divisa estadounidense cayó cerca de 28%, de acuerdo con un
índice, ajustado por la inflación, de la Reserva Federal basado en los valores de
una amplia variedad de otras monedas.
Paradojalmente esta situación, a su
vez impulsó el crecimiento de las exportaciones de EEUU elevando el
valor en dólares de los ingresos de las empresas del país en el extranjero.
Pero por otra parte, y como otra contradicción, un dólar más débil aumenta el costo de los artículos importados que quieren o necesitan los estadounidenses.
Pero por otra parte, y como otra contradicción, un dólar más débil aumenta el costo de los artículos importados que quieren o necesitan los estadounidenses.
Y una tercera paradoja apuntada por
The Wall Street Journal: "Si el dólar cae demasiado o muy rápido, los
inversionistas extranjeros y los acreedores perderán la confianza en la economía
estadounidense".
Los bonos del Tesoro estadounidense
han sido desde hace tiempo el confiable colchón bajo el cual los
inversionistas inquietos guardan su dinero, dice el Journal.
Los bonos del Tesoro estadounidense
son todavía el refugio preferido; el rendimiento de un papel a 10 años es de
alrededor de 3%, históricamente un nivel muy bajo y una señal de que hay todavía
una alta demanda por estos títulos a pesar de la inquietudes.
Los precios de los bonos y sus
rendimientos se mueven en direcciones opuestas. Frecuentemente se los considera
"libre de riesgos" por los actores de los mercados financieros, lo que los
convierte en un destino favorito cuando el mercado bursátil se debilita.
Ahora -prosigue el diario-, a medida que se acerca el plazo del 2 de agosto para incrementar el límite de la deuda de EEUU y las agencias de calificación de riesgo emiten advertencias sobre su crédito, algunos en Wall Street se preguntan a dónde podrán ir los inversionistas si el peor de los escenarios se materializa.
Ahora -prosigue el diario-, a medida que se acerca el plazo del 2 de agosto para incrementar el límite de la deuda de EEUU y las agencias de calificación de riesgo emiten advertencias sobre su crédito, algunos en Wall Street se preguntan a dónde podrán ir los inversionistas si el peor de los escenarios se materializa.
Esa cuadro contradictorio, define la situación de la moneda estadounidense, contradicción de "doble
cara" en la economía de la primera potencia imperial.
A)
¿Porqué sube o porqué baja el dólar?
La ecuación es la siguiente: Cuando
caen las tasas de rentabilidad en los mercados financieros y de las materias
primas, cuando arrecia la crisis financiera y la venta de acciones, los
capitales especuladores, privados o institucionales (incluidos gobiernos)
buscan refugio seguro en el dólar y en los bonos del Tesoro de EEUU.
Frente a la crisis financiera (tasas
especulativas con bajo retorno) los gobiernos capitalistas y los megagrupos de
especulación financiera acumulan reservas en dólares y se refugian en los
bonos del Tesoro estadounidense, a la espera de que pase el vendaval económico.
La mayor demanda, a su vez, hace que
suba la cotización del dólar y que se revalúe frente a otras monedas. Cuando
esos capitales volátiles, superada la crisis o incertidumbre, vuelven a los
mercados de la especulación, el dólar comienza descender nuevamente y se
deprecia frente a otras divisas fuertes.
Según The Wall Street
Journal, “el dólar ha declinado porque las señales de mejoría de la
economía mundial han aumentado el apetito de los inversionistas por el riesgo"
(Léase, recuperada la confianza, los especuladores vuelven a los
mercados financieros y bursátiles).
En el 2008, mientras los
especuladores se centraban en los mercados energéticos y de las materias primas
(produciendo una escalada en los precios del petróleo y los alimentos), el
dólar había batido un récord histórico de devaluación frente al euro y al
yen.
Cuando estalló la crisis financiera
(derrumbe de los gigantes bancarios) los grandes capitales especulativos
(privados y estatales) se refugiaron nuevamente en la compra de dólares y de
activos del Tesoro de EEUU, desatando una escalada en la cotización de la
divisa estadounidense y provocando la devaluación del euro y del yen.
La decisión del gobierno USA
(tanto
con Bush como con Obama) de emplear billonarios fondos estatales para el
rescate de bancos y empresas quebradas por la crisis, reactivó una
nueva "burbuja" especulativa en los mercados bursátiles y financieros, que
luego se trasladó a los mercados energéticos y de las materias primas,
iniciando nuevamente una escalada en los precios del petróleo y de las materias
primas, que vuelven a ser objeto de la rentabilidad especulativa.
En consecuencia, luego de apreciarse
durante la crisis financiera-recesiva, y con la vuelta de los capitales
especulativos a los mercados financieros, el dólar retrocede al
nivel más bajo desde la quiebra de Lehman Brothers y
el comienzo del derrumbe bancario.
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B) El nuevo escenario
"En Washington -señala The Wall
Street Journal-, el descenso de la moneda (dólar) es interpretado como
una señal de que la crisis está perdiendo intensidad. Los inversionistas que, en
medio de la crisis, se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense,
considerados más seguros, ahora están vendiendo dólares en busca de
inversiones que ofrezcan una mayor rentabilidad".
"En un escenario habitual sin
riesgos, los inversionistas habitualmente irían a buscar cobertura en los bonos
del Tesoro. En este caso, sin embargo, el estatus de los títulos estadounidenses
como 'libres de riesgo' sería cuestionado", dice al The Wall Sreet Journal
Bill
Eigen, administrador de portafolio de J.P. Morgan Strategic Income Opportunities
Fund, que tenía US$14.200 millones en activos el 30 de abril. "En ese caso, los
precios de los bonos del Tesoro podrían caer precipitadamente y los
inversionistas probablemente irían a buscar resguardo en activos físicos como el
oro",señala el experto.
Incluso, y como destacan analistas de
Wall Street, el descenso
del billete verde permite a los especuladores internacionales tomar deuda en dólares, a bajo costo, para luego invertir lo obtenido en otros mercados que ofrecen mayores atractivos de retorno.
del billete verde permite a los especuladores internacionales tomar deuda en dólares, a bajo costo, para luego invertir lo obtenido en otros mercados que ofrecen mayores atractivos de retorno.
El punto de oscilación entre un dólar
alto (mayor demanda) y un dólar bajo (menor demanda) reside en la tasa de
referencia de la Reserva Federal de EEUU. Hoy la tasa de la Fed está a niveles
cercanos a cero, y los capitales especulativos invierten en mercados y en
monedas más rentables como el yen y el yuan, que se benefician de la baja
cotización del dólar.
Las divisas alternativas al dólar
se benefician principalmente del denominado “carry trade”, mecanismo por el
cual los especuladores toman créditos en monedas que ofrecen un bajo interés (en
este caso el dólar), y luego reinvierten en monedas que ofrecen
un alto interés, como es el caso del yan o del yuan, con un euro declinante.
La técnica especulativa del "carry
trade" consiste en endeudarse en una divisa en descenso (divisa de
financiación), y luego comprar en una divisa en ascenso (divisa de
inversión) apostando a su apreciación en el mercado.
La movida especulativa (una especie
de "apalancamiento monetario") consiste en financiarse a bajo costo (con
el dólar) y luego invertir a un alto rendimiento (en monedas en
alza).
Esto explica el "feed back" por el cual la baja del dólar fue
por mucho tiempo directamente proporcional a la suba del euro, hasta que estalló
la crisis griega y la moneda europea comenzó a decaer.
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C)
¿Hasta cuándo la caída?
En este escenario, marcado por una
dudosa recuperación económica, y por un aumento del déficit y persistencia de la desocupación
y baja del consumo
en EEUU, la pregunta mayoritaria es ¿hasta cuándo durará el descenso
del dólar?.
En estos momentos, la Reserva Federal
de EEUU (Fed) mantiene la tasa de interés de referencia -que rige al billete
verde- en valores cercanos a cero, y esta medida se orienta dentro de una estrategia
que busca consolidar la recuperación económica.
En una encuesta realizada esta semana por The Wall
Street Journal, 53 economistas expresaron más pesimismo sobre
las perspectivas de crecimiento económico y dos engranajes de importancia
crucial de la recuperación inconstante y que aún no han comenzado a funcionar:
el mercado de la vivienda y los empleos.
La principal razón por la cual las corporaciones
de EEUU son renuentes a contratar personal es la escasa demanda, más que la
incertidumbre sobre el dólar de las políticas gubernamentales, según la mayoría
de economistas que participaron en la nueva encuesta de The Wall Street Journal.
"No hay demanda", dijo Paul Ashworth de Capital Economics. "Las empresas no tienen la suficiente confianza, y mientras más dure esto más difícil es convencerlas de que la tengan".
"No hay demanda", dijo Paul Ashworth de Capital Economics. "Las empresas no tienen la suficiente confianza, y mientras más dure esto más difícil es convencerlas de que la tengan".
El presidente de la Fed, Ben Bernanke
afirmó en varias oportunidades que los niveles actuales se mantendrán por
un período extenso.
¿Y a qué se debe esta política de tasas
bajas que hace descender la cotización internacional del dólar?.
En primer lugar, obedece a la
necesidad del gobierno norteamericano de reactivar su economía,
manteniendo los estándares de un "dólar barato" como una estrategia para
reactivar la exportación y el crédito orientado a la producción y el consumo.
En las tesis oficiales, la economía
estadounidense es como un paciente enfermo que está en terapia intensiva y
recuperándose de una grave enfermedad. Subir las tasas, encarecer el precio del
dinero, fortalecería al dólar pero a la vez afectaría a la débil
recuperación económica perjudicando al sector exportador y encareciendo el
crédito orientado a la producción y el consumo.
Según The Wall Street Journal,
"La caída del dólar preocuparía a la Reserva Federal si pareciera que está
elevando las expectativas de una inflación más alta en los mercados y los
consumidores. Hasta ahora, sin embargo, dichas expectativas no parecen
generalizadas, aunque el precio del oro, algunas veces visto como un precursor
de la inflación, batió un récord esta semana y se empinó sobre US$1.056 la onza".
La estrategia del gobierno USA con
las tasas bajas para posibilitar la reactivación económica, teóricamente
prolongaría por un tiempo el descenso del dólar alimentando nuevamente la
teorías conspirativas sobre el final del ciclo del reinado de la divisa
estadounidense.
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D) El dólar en la tormenta
En las proyecciones de la Reserva
Federal, en cambio, la recuperación (y apreciación) del dólar está bajo control
y solo se produciría cuando se cumplan las pautas de la reactivación de la
economía estimulada por el crédito y el reinicio del consumo y de la demanda
laboral.
Pero, en la consideración de los
principales analistas económicos, la "recuperación" de la primera economía imperial reviste
serias dudas por la persistencia de cuatro fenómenos residuales de la crisis:
Récord del déficit fiscal, contracción del crédito, baja demanda del consumo y
crecimiento del desempleo.
La fórmula se resume así: El déficit fiscal (caída de la
recaudación) impide la reactivación del gasto social por parte del Estado, la
contracción del crédito (destinado a la producción) impide la
reactivación del consumo, y el desempleo (despidos masivos por falta de
ventas) produce el resultante conflictivo social de la no reactivación plena
(pese a un crecimiento débil) de la economía.
Esto ha derivado en una crisis del
déficit y la deuda pública, creando incertidumbre con el dólar en los
mercados internacionales de especulación financiera.
Este cuadro de posible
reciclamiento de la crisis de la economía real (tal cual como se prevé)
podría repercutir a corto plazo en una nueva paralización de los mercados
financieros que podría, a su vez, arrojar nuevamente a los especuladores
hacia la compra de dólares, elevando nuevamente su cotización.
Pero (y a modo de contradicción) hay
otro punto en consideración de los analistas: Un posible agravamiento de la
crisis de los Estados en la eurozona, podría llevar a los capitales especulativos a refugiarse nuevamente en el dólar y
en los activos del Tesoro estadounidense.
Este es el escenario probable, que
manejan los Estados capitalistas y los megagrupos especulativos internacionales
al analizar la conducta a seguir y las decisiones a tomar frente a la actual
debacle de las potencias del euro.
Según el Financial Times "aquellos
que firman el deceso del dólar se enfrentan a una paradoja. Si el dólar
estadounidense se va a pique, difícilmente lo hará solo. Cuando en el año
2008 se desató el pánico en todo el mundo, los inversores recurrieron a la
divisa del país con la democracia estable más rica. No demandaron renminbi o
rupias. Los mismos problemas que preocupan a los bajistas en relación al dólar
podrían terminar siendo las razones para invertir en la divisa".
Es una tesis pragmática que
fundamenta la supervivencia (histórica) del dólar como moneda clave de
especulación y de refugio ante las crisis, pero no explica que va a pasar con
el sistema capitalista frente a una recaída probable de la primera economía
imperial del planeta.
Todavía no hay proyecciones, ni tesis
oficiales, ante la posibilidad de que una recaída de la crisis económica y
financiera producida por el déficit, el bajo consumo y el desempleo,
convierta a EEUU (el dólar) y a la Unión Europea (el euro) en pasto de las
huelgas masivas y de los estallidos sociales.
Es un escenario no contemplado por
los especialistas del sistema que analizan la crisis y el dólar únicamente por variables
económicas.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
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