1. En México, como en todos los países, han habido sectores de
trabajadores que se han distinguido por sus luchas sociales en defensa
de sus intereses como gremio, pero también de los intereses generales
como productores de la riqueza. Los campesinos lucharon en la
Independencia, La Reforma y la Revolución, así como con sus batallas
particulares, por tierras, créditos y derechos. Los obreros
ferrocarrileros, electricistas, petroleros, mineros, refresqueros, han
destacado en diversos momentos –sobre todo en 1958-59 cuando la gran
lucha ferrocarrilera-, y en los últimos años los electricistas del SME.
En 1965-66 fueron los médicos los que propiciaron una gran huelga y en
1968, 1986 y 1999 fueron los estudiantes. Pero ningún sector podrá
igualar la consecuencia de los maestros de primaria, preescolar y
secundaria de la Coordinadora (CNTE) que durante más de treinta años han
luchado en las calles.
2. Las escuelas normales urbanas no, pero sí las normales rurales
–que atendieron a hijos de campesinos y de sectores medios pobres- las
que fueron determinantes en crear la conciencia de lucha de los futuros
profesores rurales. Con un paralelismo con la Revolución Mexicana y los
ideales nacionalistas de los años veinte y treinta surgieron las
primeras organizaciones de profesores alrededor del cardenismo
nacionalista (superficialmente bautizado de “educación socialista”) La
realidad es que durante un período de veinte años (1920-40) el
“nacionalismo revolucionario” se fortaleció y caló hondo en el
pensamiento de la educación y de los profesores de primaria, cuando
preescolar no existía y la secundaria apenas aparecía. Así que fue el
nacionalismo el que ideologizó a los profesores, el que educó durante
muchas décadas a millones de alumnos y el que resistió los valores
burgueses e imperialistas impuestos a partir de 1942.
3. Jamás vi en el magisterio –como no veo a ningún grupo de
trabajadores- a un gremio que debería luchar por sus intereses
particulares. Lo ví siempre como una profesión extendida en toda la
república y en directo contacto con el pueblo que maravillosamente
podría servir como estrategia revolucionaria. Para mí todas las luchas
deben estar enclavadas en las batallas revolucionarias contra el
capitalismo. Luchar por unos cuantos pesos más siempre me pareció
ridículo porque en el capitalismo cualquier lucha salarial
–tradeunionista- queda luego en la nada. (Debo decir que me correspondió
hacer causa común en 1960 con el othonismo, fundar el Bloque de
Delegaciones Independientes de profesores de secundaria en el DF en 1971
y ser parte de la CNTE desde su fundación en 1979. Aunque de durante 12
años milité en el sindicalismo universitario en la UNAM, no me alejé
del todo de las batallas del magisterio dependiente de la SEP)
4. En México, por lo menos de 1920 a 1960, los maestros fueron
líderes de la mayoría de las comunidades rurales. Fueron muchas veces
amigos del médico rural y del cura, aunque algunas veces se confrontaban
con éste cuando quería usar la enorme fé para apaciguar a la comunidad y
desanimarla en sus luchas. Obviamente hubo profesores que se
aprovecharon de su liderazgo para venderse al PRI-gobierno, pero la
concepción educativa dominante fue siempre el nacionalismo que llamaban
revolucionario. Por eso siempre fue extraño, condenable y hasta
explicable, que muchos profesores votarán por el PAN en los años 2000 y
2006. Poseedores de una profunda ignorancia nunca vieron que el panismo
fue siempre enemigo de la educación pública, de los maestros rurales y
del sindicalismo; pero explicable porque el PRI-gobierno dejó el llamado
nacionalismo revolucionario para adoptar el neoliberalismo
privatizador.
5. Sin embargo hay que decir que no el millón y medio de maestros
afiliado al SNTE (Sindicato de maestros) del país lucha y se confronta
en las calles porque sólo unos 300 mil afiliados a la Coordinadora
(CNTE) tiene conciencia de la realidad política y educativa de México; a
más de un millón de profesores les importa un carajo si el país se
derrumba, si los alumnos tienen para desayunar y comer, si son capaces
de asimilar las enseñanzas, si sus padres son desempleados o de salario
miserable. Esos maestros saben que tienen los mejores ingresos y
prestaciones comparados con los padres de familia y deben gozar de esos
privilegios; además de manera permanente reciben la visita de
autoridades y directivos sindicales al servicio del gobierno y de los
líderes espurios. Dicen egoístamente los maestros: “si estoy bien, todos
están bien”. Entre tanto los batalladores de la CNTE observan un
crecimiento muy lento en sus filas y algunas divisiones.
6. Los ferrocarrileros han desaparecido junto a la desaparición de
los ferrocarriles a nivel nacional por abandono y negocios mercantiles;
los petroleros aún no conforman una oposición fuerte que salga a las
calles de manera permanente; los mineros han sido muy golpeados por el
gobierno y no han logrado su permanencia en las calles; los trabajadores
del IMSS han recibido gigantescas traiciones de sus líderes y la
oposición no ha logrado consolidarse; los electricistas –defendiéndose
del cese decretado por el gobierno de más de 45 mil- han estado en las
calles luchando de manera valiente y sacrificada; no han recibido el
apoyo necesario de otras organizaciones sociales, pero también han
cometido errores graves al confiar en las negociaciones con el gobierno.
Los estudiantes aún no aparecen, a pesar de las experiencias de luchas
en otros países. Solamente los maestros realizan de 20 a 30
manifestaciones, bloqueos, plantones masivos en los meses de abril, mayo
y junio,
así como varias muestras de inconformidad durante todo el año.
7. La realidad es que los maestros no están hechos de otra pasta ni
cortados con diferente tijera que los demás trabajadores. Lo que quizá
ha predominado es su origen campesino, rural y pobre; pero también el
estar en contacto con la pobreza y que se hayan visto obligados a leer
materiales nacionalistas en defensa de la educación pública. Desde los
años ochenta el gobierno ha tratado de cerrar todas las Normales rurales
y ha dado impulso a las Normales privadas; ello parece haber reducido
la lucha magisterial y ha impedido el crecimiento de la CNTE a pesar de
los programas represivos de las autoridades de la SEP y del SNTE. Porque
los llamados exámenes a los maestros, así como programas que eliminan
la enseñanza humanística para meter materias técnicas no son más que
proyectos para terminar de privatizar la educación. Pero los maestros de
la CNTE han sido sin duda la vanguardia de las luchas sociales en
México desde hace 30 años. De ello no me cabe alguna duda.
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