Nadie debe creer que las evidencias que destapara el joven soldado
estadounidense de veintidós años Bradley Manning, al poner a disposición
del sitio WikiLeaks una vasta colección de documentos secretos sobre
acciones brutales que cotidianamente llevan a cabo las tropas
norteamericanas en su guerra contra Afganistán, tendrán grave
trascendencia en el curso de la política de guerra de Estados Unidos
El
poderoso aparato de silencio y mentiras de que dispone el gobierno
supremo para encubrir al de Washington, podrá aplicar a esta situación
los recursos con que ha evadido toda demanda de esclarecimiento de las
falsedades en la versión oficial de los hechos del 11 de septiembre de
2001 en Estados Unidos, que sirvieron de pretexto para lanzar la guerra
contra el terrorismo que en realidad ha sido contra “oscuros rincones
del tercer mundo”.
Esto, por solo citar uno de los muchos actos de prestidigitación mediática en la historia de esa nación norteamericana.
Los
montajes estadounidenses para justificar el inicio de sus guerras
contra adversarios más débiles son harto conocidos por la historia. Por
no ir más atrás que el siglo XX, recuérdense las de Corea (conflicto
Norte-Sur); Vietnam (golfo de Tonkín); Irak (las armas de destrucción
masiva), Afganistán (Osama bin Laden y los talibanes) y muchas otras,
cada una con su pretexto inventado.
Pero, ¿cómo pueden controlar la divulgación en los medios del país que se dice meca de la “libertad de prensa?
No
les resulta tan difícil. Es frecuente –en medios alternativos y en
otros que no forman parte de los denominados grandes medios corporativos
pero a los que difícilmente accede la mayoría de la población - se
habla y escribe acerca de las técnicas y recursos de control de la
información que rigen en Estados Unidos.
Se conoce que seis grandes conglomerados que integran lo que se llama mainstream media o MSM
controlan el 90% de las acciones de las grandes empresas mediáticas
que, a su vez, producen el 90% de lo que leen, ven y oyen los
estadounidenses. De la MSM se sirve la élite del poder estadounidense
para mantener un control sistemático y efectivo de la información, no
solo dentro de los Estados Unidos, sino a escala global.
Según
datos publicados por la revista canadiense Global Outlook hay seis
conglomerados que controlan la información y el entretenimiento en los
Estados Unidos y en buena parte del mundo. Ellos son:
DISNEY,
propietario de ABC, Touchdown Pictures, Buena Vista, Hollywood Pictures,
Caravan Pictures, Miramax Films, la productora de documentales A &
F, los canales televisivos History, Discovery, Disney y otros;
AOL/TIME
WARNER, propietario de CNN, HBO, Warner Brothers, Castle Rock, Time,
Sports Illustrated, People, Fortune, Entertainment, Money, Netscape y
otros;
VIACOM, que incluye CBS , Paramount Pictures, Simon &
Schuster, Pocket Books, Blockbusters, Showtime, MTV, The Movie Channel
& Nickelodeon, BET, Nickelodeon, etc.;
GENERAL ELECTRIC,
poseedor de NBC, CNBC, MSNBC, Bravo y Universal Pictures, trece
estaciones de televisión, y muy vinculado a las industrias de armamentos
y aeroespacial;
RUPERT MURDOCH’S NEWS CORPORATION, dueño de Fox TV, DirecTV, TV Guide, New York Post, The Weekly Standard, 20th Century Fox, MySpace y otros;
BERTELSMANN
ag, una de las corporaciones mediáticas mayores del mundo, posee la
RTL-TV europea, Random House, Bantam Dell, Doubleday, Alfred A. Knopf,
Vintage Books, y otras.
Los cinco primeros están registrados como estadounidenses y el último se tiene por alemán.
Sería
erróneo presumir que estos gigantescos consorcios se subordinan al
gobierno de los Estados Unidos y por ello acatan los dictados de la Casa
Blanca. Lo cierto es que, tanto Washington como estos gigantes de la
información, son controlados por la misma élite de poder en el ejercicio
de su tiranía mundial.
Estos conglomerados mediáticos no
requieren control por parte del gobierno, porque ellos mismos son parte
del poder supremo. De hecho, al gobierno solo le toca controlar a un
relativamente reducido número de periódicos, revistas, emisoras de
televisión y radio, productoras de películas, videos, disqueras, etc.,
que, unidos a los medios alternativos apenas influyen en un 10 % de la
población.
La ineptitud con que la superpotencia ha
Nadie debe creer que las evidencias que destapara el joven soldado
estadounidense de veintidós años Bradley Manning, al poner a disposición
del sitio WikiLeaks una vasta colección de documentos secretos sobre
acciones brutales que cotidianamente llevan a cabo las tropas
norteamericanas en su guerra contra Afganistán, tendrán grave
trascendencia en el curso de la política de guerra de Estados Unidos
El
poderoso aparato de silencio y mentiras de que dispone el gobierno
supremo para encubrir al de Washington, podrá aplicar a esta situación
los recursos con que ha evadido toda demanda de esclarecimiento de las
falsedades en la versión oficial de los hechos del 11 de septiembre de
2001 en Estados Unidos, que sirvieron de pretexto para lanzar la guerra
contra el terrorismo que en realidad ha sido contra “oscuros rincones
del tercer mundo”.
Esto, por solo citar uno de los muchos actos de prestidigitación mediática en la historia de esa nación norteamericana.
Los
montajes estadounidenses para justificar el inicio de sus guerras
contra adversarios más débiles son harto conocidos por la historia. Por
no ir más atrás que el siglo XX, recuérdense las de Corea (conflicto
Norte-Sur); Vietnam (golfo de Tonkín); Irak (las armas de destrucción
masiva), Afganistán (Osama bin Laden y los talibanes) y muchas otras,
cada una con su pretexto inventado.
Pero, ¿cómo pueden controlar la divulgación en los medios del país que se dice meca de la “libertad de prensa?
No
les resulta tan difícil. Es frecuente –en medios alternativos y en
otros que no forman parte de los denominados grandes medios corporativos
pero a los que difícilmente accede la mayoría de la población - se
habla y escribe acerca de las técnicas y recursos de control de la
información que rigen en Estados Unidos.
Se conoce que seis grandes conglomerados que integran lo que se llama mainstream media o MSM
controlan el 90% de las acciones de las grandes empresas mediáticas
que, a su vez, producen el 90% de lo que leen, ven y oyen los
estadounidenses. De la MSM se sirve la élite del poder estadounidense
para mantener un control sistemático y efectivo de la información, no
solo dentro de los Estados Unidos, sino a escala global.
Según
datos publicados por la revista canadiense Global Outlook hay seis
conglomerados que controlan la información y el entretenimiento en los
Estados Unidos y en buena parte del mundo. Ellos son:
DISNEY,
propietario de ABC, Touchdown Pictures, Buena Vista, Hollywood Pictures,
Caravan Pictures, Miramax Films, la productora de documentales A &
F, los canales televisivos History, Discovery, Disney y otros;
AOL/TIME
WARNER, propietario de CNN, HBO, Warner Brothers, Castle Rock, Time,
Sports Illustrated, People, Fortune, Entertainment, Money, Netscape y
otros;
VIACOM, que incluye CBS , Paramount Pictures, Simon &
Schuster, Pocket Books, Blockbusters, Showtime, MTV, The Movie Channel
& Nickelodeon, BET, Nickelodeon, etc.;
GENERAL ELECTRIC,
poseedor de NBC, CNBC, MSNBC, Bravo y Universal Pictures, trece
estaciones de televisión, y muy vinculado a las industrias de armamentos
y aeroespacial;
RUPERT MURDOCH’S NEWS CORPORATION, dueño de Fox TV, DirecTV, TV Guide, New York Post, The Weekly Standard, 20th Century Fox, MySpace y otros;
BERTELSMANN
ag, una de las corporaciones mediáticas mayores del mundo, posee la
RTL-TV europea, Random House, Bantam Dell, Doubleday, Alfred A. Knopf,
Vintage Books, y otras.
Los cinco primeros están registrados como estadounidenses y el último se tiene por alemán.
Sería
erróneo presumir que estos gigantescos consorcios se subordinan al
gobierno de los Estados Unidos y por ello acatan los dictados de la Casa
Blanca. Lo cierto es que, tanto Washington como estos gigantes de la
información, son controlados por la misma élite de poder en el ejercicio
de su tiranía mundial.
Estos conglomerados mediáticos no
requieren control por parte del gobierno, porque ellos mismos son parte
del poder supremo. De hecho, al gobierno solo le toca controlar a un
relativamente reducido número de periódicos, revistas, emisoras de
televisión y radio, productoras de películas, videos, disqueras, etc.,
que, unidos a los medios alternativos apenas influyen en un 10 % de la
población.
La ineptitud con que la superpotencia ha sido
conducida por ese misterioso gobierno supremo que nadie ha elegido pero,
cual pandilla satánica, maneja el destino del imperio por encima de sus
poderes constitucionales y es la cúpula del sistema capitalista
mundial.
Bajo la conducción de esta tenebrosa élite, cuya
naturaleza egoísta se muestra cada vez más incompatible con la
supervivencia de la especie humana, Estados Unidos está atrapado en una
incómoda y peligrosa posición en la que el dueño del mundo parece
destinado a perderlo todo por su tozudez, provocando con ello algo muy
cercano al apocalipsis de la humanidad.
sido
conducida por ese misterioso gobierno supremo que nadie ha elegido pero,
cual pandilla satánica, maneja el destino del imperio por encima de sus
poderes constitucionales y es la cúpula del sistema capitalista
mundial.
Bajo la conducción de esta tenebrosa élite, cuya
naturaleza egoísta se muestra cada vez más incompatible con la
supervivencia de la especie humana, Estados Unidos está atrapado en una
incómoda y peligrosa posición en la que el dueño del mundo parece
destinado a perderlo todo por su tozudez, provocando con ello algo muy
cercano al apocalipsis de la humanidad.
fuente, vìa :
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=111639
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=111639
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