Monseñor Oscar Arnulfo Romero
“Está preguntándome qué pienso sobre el trabajo de la Comisión de Verdad: creo que es uno un hecho importante para todo el mundo, no sólo por Honduras.”
“Trabajaremos por la paz y la justicia, porque como dice San Pablo en la carta de los Gálatas, allí dónde se encuentra la ley universal….. “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Quien está regalándome su fuerte energía y su sonrisa así abiertas y optimista es el padre diocesano Fausto Milla, un sacerdote hondureño seguidor de la Teología de la Liberación y que cumple hasta el final su promesa de estar al lado de aquéllos que no tienen voz, de los más pobres y abandonados por el sistema.
“Este sistema capitalista es un sistema anti-vida, anti-hombre, que engendra sólo muerte. San Pablo, siempre en la carta a los Gálatas, afirma que los pueblos se están atacando el uno al otro, mordiéndose, sin darse cuenta que así se destruyen ellos mismos, y es justo lo que quiere nuestro sistema asesino”, continúa el padre.
“En Honduras el sistema capitalista se dedicó a perseguir y a torturar el pueblo desde los años 80, no sólo ahora, pero la novedad después del 28 de junio de 2009, es que el golpe de Estado cívico-militar despertó el pueblo y lo ha reunido en el fenómeno maravilloso llamado Resistencia y este hecho para mí es único y de vanguardia por el mundo entero, me llena de alegría saber que ahora somos muchos a pensar lo mismo”, me dice el diocesano Milla.
“En mi centro de salud, un enfermo de cáncer el otro día me rogó, lleno de esperanza, que le regalara 25 años más de vida para poder ver construido y vital este proyecto maravilloso de una Honduras refundada.”
“Me dijo que no podía morir justo ahora que se acercó el momento que deseó siempre”, afirma el padre Fausto.
“Hoy en día en Honduras estamos en guerra, hay dos facciones, la de la Patria (la Resistencia, que representa la vida y el amor) y la del dinero (los golpistas, que pueden regalar solo la muerte). Quién no ama es un muerto que camina, ya no existe porque tiene el corazón vacío”, el padre continúa con su mirada luminosa de un hombre que tiene acumulada la juventud de 82 primaveras. “Con la Comisión de Verdad tenemos que crear un entorno favorable a la justicia, porque no se repiten jamás los horrores del 28 de junio de 2009. Y para hacer justicia hace falta descubrir la verdad y hacerla conocer a cualquier precio a todo el mundo, aunque será una realidad dura y cruelmente fuerte”.
“Quiero precisar que mi convicción es que es imposible obtener una justicia llena, quedará una utopía si en el mundo seguirá gobernando el capitalismo. Debemos pero luchar con todas nuestras fuerzas para defender los más pobres y los más humildes, ellos entienden nuestro discurso, los otros no, demasiado anestesiados de la sed de dominio y de los medios de comunicación vendidos al poder, ocupados a difundir mentiras y a servir la corrupción, parecen hablar otra lengua y vivir en otro planeta”, me dice el padre Milla.
“La Comisión se reunirá otra vez dentro de tres meses, con la presencia también de François Houtart, un sacerdote belga que admiro muchísimo y Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz (el suyo, completamente merecido): ambos intensamente compromisos en la defensa de los Derechos Humanos.”
“Ya hemos logrado también hablar con Pérez Esquivel en este encuentro gracias a una Radio uruguaya que facilitó la conexión. Pérez Esquivel es un enamorado loco de la paz, él es uno de aquéllos que se mantiene vivo luchando por un mundo mejor. Ser parte de esta Comisión de Verdad es una utopía que merece la pena de vivir para luchar hasta lo último y parar el monstruo del golpe de Estado: si vence el golpe en Honduras, Pérez Esquivel y yo estamos seguros que en la lista podrían seguir con El Salvador y el Paraguay o el Ecuador”, decreta serio el padre Milla.
“Yo a pesar de todo me siento optimista, la fuerza para seguir adelante viene de este pueblo maravilloso que es el hondureño, que està en las calles luchando desde más de un año.”
“Una de las muchas novedades maravillosas de este movimiento popular hondureño es la gran presencia femenina, (también aquí en la Comisión tenemos unas mujeres excepcionales que dejaron huellas en la historia de su país), y en todo caso es natural que la vida, que amamanta, que protege el nuevo nacido, sea la depositaria de la Honduras del porvenir”, concluye el diocesano Fausto.
Y yo sólo añado una frase de Fidel Castro…. “Las mujeres constituyen un verdadero ejército al servicio de la Revolución...La mujer es una Revolución dentro de la Revolución ... Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, estos pueblos son invencibles, y la mujer de este pueblo es invencible”.
*periodista de defensoresenlinea.com
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