Por Fernanda Sánchez Jaramillo*
Radio Macondo- El desplazamiento forzado representa una de las formas de pérdidas múltiples más crueles porque el individuo pierde su identidad, su estatus social y comunitario (1). El desplazamiento, que comenzó hace más de medio siglo en Colombia, ocurre en varias generaciones de una misma familia y, varias veces, esto ha aumentado en los últimos 10 años (2).
Alfonso Castillo, miembro de la dirección nacional de la Asociación Nacional de Ayudas Solidarias (Andas) trabaja con víctimas de la violencia política y crímenes de Estado como la desaparición forzada, la detención arbitraria, la tortura y el desplazamiento forzado.
“La mayoría de los afiliados –señala Alfonso- provienen del Urabá, del Meta, Guaviare, de los Montes de María, un grupo importante del Tolima, Huila y Norte de Santander, entre otros.
“En los trabajos que ha realizado la organización, en atención psicosocial, lo que hemos encontrado, con más frecuencia, es el dolor del desarraigo, pesar por la pérdida de los bienes materiales, relatos de dolor por la pérdida de familiares y líderes en sus regiones y algunos casos, expresados con más dificultad, el relato de la violencia sexual antes y después del desplazamiento”.
Los afiliados de Andas en Bogotá, en su mayoría desplazados de diferentes regiones del país, han adelantado procesos de duelo y memoria en la Corporación Avre y el Centro de Atención Psicosocial (CAPS), de Colombia, en convenio con el Movice (3).
Andas ha atendido aproximadamente 150 familias, en distintos momentos, las cuales obtuvieron el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales y pocas familias han sido atendidas a través de los programas gubernamentales.
En opinión de Alfonso Castillo: “El Papsivi no garantiza el derecho a la recuperación emocional de las víctimas aunque aclara que no se puede ver sólo el Papsivi, sino con otras medidas que ofrece la ley de víctimas, que aún hoy no es el instrumento para reparar a las víctimas, para recuperarlas emocionalmente”.
Entre las múltiples pérdidas que genera el desplazamiento, ser obligados a abandonar su territorio y relocalizarse es quizás la más dolorosa. “En el desarraigo, algo cambió culturalmente porque el desplazado es obligado; ese cambio cultural fragmenta el tejido social, (…), la persona empieza a sentir que no hay lugar el mundo para ella”, afirma Diego Rodríguez, director clínico de Heartland Alliance en Colombia.
El desplazamiento en Colombia, que representa el 91% del desplazamiento del hemisferio occidental y 17% del mundo (4) ha generado serias crisis humanitarias, y por ello, la Corte Constitucional ha declarado el estado de cosas inconstitucional a causa del desplazamiento (5).
Si bien en septiembre de 2015 el gobierno colombiano solicitó a la Corte Constitucional levantar parcialmente el estado de cosas inconstitucional(6), argumentando mejoras en la realidad de estas personas, la situación aún es crítica (7).
Colombia ocupa el segundo lugar, después de Siria(8), entre los países con mayor número de desplazados internos. Las crisis humanitarias, y el desplazamiento, han generado afectaciones sociales, económicas, culturales y en salud.
En los últimos años, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha respondido a varias emergencias humanitarias, causadas por el desplazamiento, cuando las instituciones responsables de la atención, no han podido hacerlo por diferentes razones.
Según Néstor Soto Rubiano, psicólogo de Médicos Sin Fronteras, las afectaciones en materia de salud mental son olvidadas o desatendidas por diferentes razones: falta de personal, poco interés en dar la atención o falta de formación del personal, entre otras.
“En algunos casos, cuando se habla de la atención psicosocial ésta se confunde con caracterización de población y actividades lúdico recreativas lo cual deja de lado la necesidad de realizar acciones de promoción y prevención (9) en salud mental (primaria, secundaria y terciaria), que contribuyan con una respuesta integral para disminuir o mitigar problemáticas psicológicas (10) como consecuencia del desplazamiento.
“La prevalencia sintomatológica psicológica puede alcanzar a un 20% de la población durante el primer año después del desplazamiento, razón por la cual podríamos preguntarnos: ¿Qué pasa si no se atiende no sólo a esta población sino a los demás? ¿Podríamos tener mayores tasas y complicaciones?”, afirma Néstor Rubiano Soto.
En las víctimas de desplazamiento hay traumas y pérdidas durante todas las fases del desplazamiento, éste se asocia con una elevada incidencia y prevalencia de trastornos mentales (11).
De ahí la necesidad de brindar acompañamiento psicosocial a las personas desplazadas.
Este acompañamiento, según la Corporación Avre: “Parte del reconocimiento de los impactos producidos por los hechos violentos, pero al considerar a la víctima como un sujeto activo frente a la reivindicación de sus derechos, también reconoce los recursos con los que cuentan las personas, familias y comunidades para poder manejar y afrontar los diferentes impactos”(12).
La magnitud del daño y la manera en que los individuos reaccionan ante el desplazamiento forzado varían según las características de las personas, sus recursos para afrontarlo y las redes de apoyo familiares y sociales, que tengan.
“Por ejemplo, en situaciones de desplazamiento forzado donde el proyecto de vida de las comunidades era el cultivo y el trabajo con la tierra, se vivencian las pérdidas de maneras particulares. En estos casos, el sufrimiento emocional está significado por la incapacidad de poder trabajar la tierra y de relacionarse con el territorio y las comunidades campesinas, afrocolombianas e indígenas.
“Además tienen que vivir en condiciones nuevas, generalmente difíciles y llenas de carencias, que los someten a una elevada tensión emocional. Tanto los hechos violentos como el desplazamiento mismo ponen a la persona en una situación de incertidumbre, desconcierto al no contar con una explicación racional frente a lo sucedido y sentimientos de rabia por encontrarse en una situación generada por otro ser humano”, señala la Corporación Avre (13).
Las personas desplazadas no sólo enfrentan el sufrimiento emocional, presentan además complicaciones de salud: dolores, problemas gastrointestinales y respiratorios, gastritis y pérdida de peso debido a la dificultad para alimentarse (14).
En las mujeres se presentan problemas de desnutrición, osteoporosis, y anemia ya que muchas veces sacrifican su propia alimentación por la de sus hijos y otras personas a su cargo.
“La violencia contra las mujeres dentro del conflicto es considerada una extensión de la discriminación de género en tiempo de paz (…) son objeto del conflicto armado pero tienen que seguirse ocupando de lo que pasa en su casa, de cuidar a sus hijos, a sus padres, por eso el estrés se multiplica en las mujeres desplazadas”, asegura Silvia Gaviria (15), psiquiatra.
A Claudia Quintero, directora de la Corporación Anne Frank, el desplazamiento forzado que sufrió, en el año 2005, afectó su liderazgo pues no pudo continuar con un proyecto de gestión comunitaria en su comunidad de origen.
Cuando se desplazó de Cúcuta (Norte de Santander), su hija (16) tenía 3 años de edad y estaba embarazada de su segundo hijo (17). Hoy ellos tienen 12 y 9 años, son niños que sienten miedo de salir solos, son temerosos y han sido acosados en el colegio, Claudia atribuye esos temores al desplazamiento.
Ella afirma que si bien las personas desplazadas forzadamente demuestran su fuerza y capacidad, no todo se supera completamente: “Yo no conozco la primera persona que haya superado 100% su situación de desplazamiento forzado, si bien conseguimos trabajo, o logramos salir adelante, siguen los traumas, sigue el dolor y se refleja en aspectos como la agresividad y las malas relaciones de pareja”.
Claudia Quintero trabaja con víctimas de desplazamiento forzado, familiares de personas desaparecidas y asesinadas, trata de personas (dentro y fuera de la guerra, interna y trasnacional) y violencia sexual. Estas personas han participado de algunos talleres con el equipo psicosocial de la Unidad de víctimas.
Claudia ha recibido atención de la Unidad de Víctimas. “Yo entré al programa por medio de una queja que interpuse en la Secretaría de Salud, el programa no me identificó ni yo al programa.
“Me da una desazón pensar que otras personas no puedan recibir éste derecho. Entiendo también que es diferente cómo pueda ocurrir en Cundinamarca que en otras regiones, ya que te reitero -dice Claudia- el Papsivi depende de los entes territoriales y, a muchos, el tema de salud mental les parece de poca importancia”.
Según Antonio Hernández, psicólogo de la Corporación Anne Frank, la depresión, el trastorno por estrés postraumático, la hipocondría, el aislamiento social, los delirios de persecución, las fobias especificas, los trastornos de ansiedad, las ideas suicidas, los trastornos del sueño y la desconfianza son comunes entre las personas desplazadas forzadamente.
“El impacto psicológico es enorme. Yo he tenido que afrontar muchos problemas que le atribuyo a esto; incluso con mi pareja, he tenido que superar procesos. Los he manejado solo ya que nunca he asistido a un psicólogo porque es muy complejo hacerlo; si pides una cita en la EPS son 15 minutos de psiquiatría y mandan pastillas. "La unidad para las victimas prioriza a las mujeres, así que como hombre desplazado no es fácil acceder a la ayuda psicológica”, explica Alberto Gutiérrez León.
Alberto es defensor de derechos humanos y se desplazó por primera vez en el año 2001 cuando los paramilitares le hicieron un atentado en Popayán, y se desplazó por segunda vez, en el año 2009.
Después migró forzadamente a Argentina donde vivió como refugiado durante varios años. Esta experiencia le ayudó a madurar en muchos aspectos de su vida pero representó también un riesgo: “el paramilitarismo ha traspasado fronteras e incluso en Argentina sufrimos persecuciones por este grupo armado”.
Alberto regresó hace poco tiempo a su tierra, al departamento del Cauca. Se conectó de nuevo con sus orígenes y tiene nuevas expectativas. “El actual proceso de paz, la tregua unilateral de las Farc y el cese de los bombardeos, por parte del Ejército, permitió mi retorno y aunque tengo riesgo, tengo mucha esperanza de hacer proyectos en mi territorio, lógicamente me voy a cuidar más. Cauca es una tierra de esperanza que fue golpeada por la violencia de la guerra, pero si los exiliados volvemos a trabajar en ella será el primer departamento de paz en Colombia”.
Notas:
(1) LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(2) IV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(3) Movimiento nacional de víctimas de crímenes de estado
(4) LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(5) Sala de Seguimiento Especial, aquí a la Sentencia T-025 de 2004 en la cual la Corte Constitucional declara el estado de cosas inconstitucional, aquí
(6) http://www.eluniversal.com.co/...
(7) Colombia es única: Número de personas internamente desplazadas (5.7 millones); el paso de zonas rurales a urbanas es del 81%; las ramificaciones sociales del conflicto (Bacrim, paramilitares, narcotráfico, FARC, ELN, M-19, EPL); a través de las décadas han sido víctimas no sólo de un grupo sino de varios; Colombia tiene refugiados 394.000, un número pequeño comparado con el número de desplazados. Colombia tiene 14 desplazados internos por cada refugiado. LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(8) http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/...
(9) Prevención: son todas las acciones orientadas a la mitigación, tratamiento y/o eliminación del impacto de la enfermedad
(10) La OMS 2012 presenta algunas cifras y estimaciones de prevalencia de sintomatología leve, moderada y severa en poblaciones afectadas por desplazamiento hasta 12 meses después de ocurrido el evento, en este sentido hace un llamado a la imperiosa necesidad de atención en materia de salud mental integral, entendiéndose esta como la atención no sólo por el profesional de Psicologia sino por personal especializado en psiquiatría así como por acciones de atención psicosocial comunitaria para la prevención. Assessing mental health and psychosocial needs and resources. Toolkit for humanitarian settings WHO-UNHCR. 2012.
(11) Roberto Chaskel. LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(12) Acompañamiento psicosocial con víctimas del desplazamiento forzado fundamentado en los Derechos Humanos, aquí.
(13) ïbidem.
(14) Necesidades en salud de la población desplazada por conflicto armado en Bogotá. Mogollón Pérez, Amparo, Vázquez Navarrete, María Luisa y García Gil, María del Mar. Revista Especial de Salud Pública 2003; 77: 257-266 No. 2 – Marzo-Abril 2003. Páginas 259-260.
(15) La salud mental de las mujeres en el conflicto. Silvia Gaviria, LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(16) El 70% de quienes se desplazan son niños y mujeres. Los indígenas, los afro-colombianos están altamente representados en este grupo de desplazamiento. Esto nuevamente se refiere a ese elemento transcultural porque quienes se desplazan se desplazan a poblaciones que no son necesariamente afro-colombianas o indígenas. Roberto Chaskel LIV Congreso Nacional de Psiquiatría. Aquí
(17) Los niños que nacen en las familias desplazadas internas no entran en las estadísticas, que nacen en los lugares donde las familias no pertenecían originalmente y traen consigo algunas dificultades adicionales. Ïbidem.
(18) http://www.corporacionavre.org/...
(19) Fases del desplazamiento. Conferencia de Roberto Chaskel, LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
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*Fernanda Sánchez Jaramillo, Periodista, magíster en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria.
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Fuente: Radio Macondo
vìa:http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Colombia_Desplazamiento_forzado_una_de_las_formas_de_perdida_multiple_mas_cruel
Radio Macondo- El desplazamiento forzado representa una de las formas de pérdidas múltiples más crueles porque el individuo pierde su identidad, su estatus social y comunitario (1). El desplazamiento, que comenzó hace más de medio siglo en Colombia, ocurre en varias generaciones de una misma familia y, varias veces, esto ha aumentado en los últimos 10 años (2).
Alfonso Castillo, miembro de la dirección nacional de la Asociación Nacional de Ayudas Solidarias (Andas) trabaja con víctimas de la violencia política y crímenes de Estado como la desaparición forzada, la detención arbitraria, la tortura y el desplazamiento forzado.
“La mayoría de los afiliados –señala Alfonso- provienen del Urabá, del Meta, Guaviare, de los Montes de María, un grupo importante del Tolima, Huila y Norte de Santander, entre otros.
“En los trabajos que ha realizado la organización, en atención psicosocial, lo que hemos encontrado, con más frecuencia, es el dolor del desarraigo, pesar por la pérdida de los bienes materiales, relatos de dolor por la pérdida de familiares y líderes en sus regiones y algunos casos, expresados con más dificultad, el relato de la violencia sexual antes y después del desplazamiento”.
Los afiliados de Andas en Bogotá, en su mayoría desplazados de diferentes regiones del país, han adelantado procesos de duelo y memoria en la Corporación Avre y el Centro de Atención Psicosocial (CAPS), de Colombia, en convenio con el Movice (3).
Andas ha atendido aproximadamente 150 familias, en distintos momentos, las cuales obtuvieron el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales y pocas familias han sido atendidas a través de los programas gubernamentales.
En opinión de Alfonso Castillo: “El Papsivi no garantiza el derecho a la recuperación emocional de las víctimas aunque aclara que no se puede ver sólo el Papsivi, sino con otras medidas que ofrece la ley de víctimas, que aún hoy no es el instrumento para reparar a las víctimas, para recuperarlas emocionalmente”.
Entre las múltiples pérdidas que genera el desplazamiento, ser obligados a abandonar su territorio y relocalizarse es quizás la más dolorosa. “En el desarraigo, algo cambió culturalmente porque el desplazado es obligado; ese cambio cultural fragmenta el tejido social, (…), la persona empieza a sentir que no hay lugar el mundo para ella”, afirma Diego Rodríguez, director clínico de Heartland Alliance en Colombia.
El desplazamiento en Colombia, que representa el 91% del desplazamiento del hemisferio occidental y 17% del mundo (4) ha generado serias crisis humanitarias, y por ello, la Corte Constitucional ha declarado el estado de cosas inconstitucional a causa del desplazamiento (5).
Si bien en septiembre de 2015 el gobierno colombiano solicitó a la Corte Constitucional levantar parcialmente el estado de cosas inconstitucional(6), argumentando mejoras en la realidad de estas personas, la situación aún es crítica (7).
Colombia ocupa el segundo lugar, después de Siria(8), entre los países con mayor número de desplazados internos. Las crisis humanitarias, y el desplazamiento, han generado afectaciones sociales, económicas, culturales y en salud.
En los últimos años, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha respondido a varias emergencias humanitarias, causadas por el desplazamiento, cuando las instituciones responsables de la atención, no han podido hacerlo por diferentes razones.
Según Néstor Soto Rubiano, psicólogo de Médicos Sin Fronteras, las afectaciones en materia de salud mental son olvidadas o desatendidas por diferentes razones: falta de personal, poco interés en dar la atención o falta de formación del personal, entre otras.
“En algunos casos, cuando se habla de la atención psicosocial ésta se confunde con caracterización de población y actividades lúdico recreativas lo cual deja de lado la necesidad de realizar acciones de promoción y prevención (9) en salud mental (primaria, secundaria y terciaria), que contribuyan con una respuesta integral para disminuir o mitigar problemáticas psicológicas (10) como consecuencia del desplazamiento.
“La prevalencia sintomatológica psicológica puede alcanzar a un 20% de la población durante el primer año después del desplazamiento, razón por la cual podríamos preguntarnos: ¿Qué pasa si no se atiende no sólo a esta población sino a los demás? ¿Podríamos tener mayores tasas y complicaciones?”, afirma Néstor Rubiano Soto.
En las víctimas de desplazamiento hay traumas y pérdidas durante todas las fases del desplazamiento, éste se asocia con una elevada incidencia y prevalencia de trastornos mentales (11).
De ahí la necesidad de brindar acompañamiento psicosocial a las personas desplazadas.
Este acompañamiento, según la Corporación Avre: “Parte del reconocimiento de los impactos producidos por los hechos violentos, pero al considerar a la víctima como un sujeto activo frente a la reivindicación de sus derechos, también reconoce los recursos con los que cuentan las personas, familias y comunidades para poder manejar y afrontar los diferentes impactos”(12).
La magnitud del daño y la manera en que los individuos reaccionan ante el desplazamiento forzado varían según las características de las personas, sus recursos para afrontarlo y las redes de apoyo familiares y sociales, que tengan.
“Por ejemplo, en situaciones de desplazamiento forzado donde el proyecto de vida de las comunidades era el cultivo y el trabajo con la tierra, se vivencian las pérdidas de maneras particulares. En estos casos, el sufrimiento emocional está significado por la incapacidad de poder trabajar la tierra y de relacionarse con el territorio y las comunidades campesinas, afrocolombianas e indígenas.
“Además tienen que vivir en condiciones nuevas, generalmente difíciles y llenas de carencias, que los someten a una elevada tensión emocional. Tanto los hechos violentos como el desplazamiento mismo ponen a la persona en una situación de incertidumbre, desconcierto al no contar con una explicación racional frente a lo sucedido y sentimientos de rabia por encontrarse en una situación generada por otro ser humano”, señala la Corporación Avre (13).
Las personas desplazadas no sólo enfrentan el sufrimiento emocional, presentan además complicaciones de salud: dolores, problemas gastrointestinales y respiratorios, gastritis y pérdida de peso debido a la dificultad para alimentarse (14).
En las mujeres se presentan problemas de desnutrición, osteoporosis, y anemia ya que muchas veces sacrifican su propia alimentación por la de sus hijos y otras personas a su cargo.
“La violencia contra las mujeres dentro del conflicto es considerada una extensión de la discriminación de género en tiempo de paz (…) son objeto del conflicto armado pero tienen que seguirse ocupando de lo que pasa en su casa, de cuidar a sus hijos, a sus padres, por eso el estrés se multiplica en las mujeres desplazadas”, asegura Silvia Gaviria (15), psiquiatra.
A Claudia Quintero, directora de la Corporación Anne Frank, el desplazamiento forzado que sufrió, en el año 2005, afectó su liderazgo pues no pudo continuar con un proyecto de gestión comunitaria en su comunidad de origen.
Cuando se desplazó de Cúcuta (Norte de Santander), su hija (16) tenía 3 años de edad y estaba embarazada de su segundo hijo (17). Hoy ellos tienen 12 y 9 años, son niños que sienten miedo de salir solos, son temerosos y han sido acosados en el colegio, Claudia atribuye esos temores al desplazamiento.
Ella afirma que si bien las personas desplazadas forzadamente demuestran su fuerza y capacidad, no todo se supera completamente: “Yo no conozco la primera persona que haya superado 100% su situación de desplazamiento forzado, si bien conseguimos trabajo, o logramos salir adelante, siguen los traumas, sigue el dolor y se refleja en aspectos como la agresividad y las malas relaciones de pareja”.
Claudia Quintero trabaja con víctimas de desplazamiento forzado, familiares de personas desaparecidas y asesinadas, trata de personas (dentro y fuera de la guerra, interna y trasnacional) y violencia sexual. Estas personas han participado de algunos talleres con el equipo psicosocial de la Unidad de víctimas.
Claudia ha recibido atención de la Unidad de Víctimas. “Yo entré al programa por medio de una queja que interpuse en la Secretaría de Salud, el programa no me identificó ni yo al programa.
“Me da una desazón pensar que otras personas no puedan recibir éste derecho. Entiendo también que es diferente cómo pueda ocurrir en Cundinamarca que en otras regiones, ya que te reitero -dice Claudia- el Papsivi depende de los entes territoriales y, a muchos, el tema de salud mental les parece de poca importancia”.
Según Antonio Hernández, psicólogo de la Corporación Anne Frank, la depresión, el trastorno por estrés postraumático, la hipocondría, el aislamiento social, los delirios de persecución, las fobias especificas, los trastornos de ansiedad, las ideas suicidas, los trastornos del sueño y la desconfianza son comunes entre las personas desplazadas forzadamente.
“El impacto psicológico es enorme. Yo he tenido que afrontar muchos problemas que le atribuyo a esto; incluso con mi pareja, he tenido que superar procesos. Los he manejado solo ya que nunca he asistido a un psicólogo porque es muy complejo hacerlo; si pides una cita en la EPS son 15 minutos de psiquiatría y mandan pastillas. "La unidad para las victimas prioriza a las mujeres, así que como hombre desplazado no es fácil acceder a la ayuda psicológica”, explica Alberto Gutiérrez León.
Alberto es defensor de derechos humanos y se desplazó por primera vez en el año 2001 cuando los paramilitares le hicieron un atentado en Popayán, y se desplazó por segunda vez, en el año 2009.
Después migró forzadamente a Argentina donde vivió como refugiado durante varios años. Esta experiencia le ayudó a madurar en muchos aspectos de su vida pero representó también un riesgo: “el paramilitarismo ha traspasado fronteras e incluso en Argentina sufrimos persecuciones por este grupo armado”.
Alberto regresó hace poco tiempo a su tierra, al departamento del Cauca. Se conectó de nuevo con sus orígenes y tiene nuevas expectativas. “El actual proceso de paz, la tregua unilateral de las Farc y el cese de los bombardeos, por parte del Ejército, permitió mi retorno y aunque tengo riesgo, tengo mucha esperanza de hacer proyectos en mi territorio, lógicamente me voy a cuidar más. Cauca es una tierra de esperanza que fue golpeada por la violencia de la guerra, pero si los exiliados volvemos a trabajar en ella será el primer departamento de paz en Colombia”.
Impactos del desplazamiento forzado en las dimensiones individual y familiar:
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Fases del desplazamiento
*Vulnerabilidad y amenazas pre-expulsión: hay estrés, tensión y angustia porque hay amenazas severas antes de salir. (Combates, secuestros, minas antipersonal, asesinatos, masacres, pérdida de tierra y animales, reclutamiento de niños se dan en esta etapa). *Expulsión: los eventos precipitantes que marcan la decisión de salir son dramáticos. Por ejemplo, porque mataron al vecino, atrocidades contra la familia, la amenaza se hizo realidad. *Migración: tiene la expectativa de ir a un hábitat más seguro y en el campo piensan que el hábitat más seguro está en la ciudad, en la población más grande. (En esta fase migran a sitios dramáticos donde son víctimas de asaltos, accidentes automovilísticos, accidentes por otros motivos, hambre, pérdida del hogar y la desconexión total de la comunidad lo cual es dramático y se encuentra como un foráneo en otro sitio). * Adaptación inicial y relocalización: en la cual la persona debe reorientarse en su nuevo lugar, en la nueva ciudad donde no ha sido parte. * Relocalización prolongada: en algunos casos cuando la familias se relocalizan se quedan ahí. (En esta fase viven en la pobreza, los niños son expuestos al acoso escolar, aumenta el riesgo de violencia intrafamiliar). * El retorno al sitio de origen: la persona retorna a su territorio, esto es u evento ocasional a pesar de las legislaciones existentes y los programas recientes que hay; es un evento ocasional, porque muchos permanecen amenazados o con cierto grado de estigma por haber dejado su sitio de origen y haber dejado a otras atrás. (En esta fase el retorno genera nuevas amenazas y estigma a pesar de los programas existentes para proteger a la población, sus propiedades están a nombre de otros, líderes asesinados por intentar la recuperación de sus propiedades y por retornar) (19). (Fuente: LIV Congreso Nacional de Psiquiatría). |
Notas:
(1) LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(2) IV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(3) Movimiento nacional de víctimas de crímenes de estado
(4) LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(5) Sala de Seguimiento Especial, aquí a la Sentencia T-025 de 2004 en la cual la Corte Constitucional declara el estado de cosas inconstitucional, aquí
(6) http://www.eluniversal.com.co/...
(7) Colombia es única: Número de personas internamente desplazadas (5.7 millones); el paso de zonas rurales a urbanas es del 81%; las ramificaciones sociales del conflicto (Bacrim, paramilitares, narcotráfico, FARC, ELN, M-19, EPL); a través de las décadas han sido víctimas no sólo de un grupo sino de varios; Colombia tiene refugiados 394.000, un número pequeño comparado con el número de desplazados. Colombia tiene 14 desplazados internos por cada refugiado. LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(8) http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/...
(9) Prevención: son todas las acciones orientadas a la mitigación, tratamiento y/o eliminación del impacto de la enfermedad
(10) La OMS 2012 presenta algunas cifras y estimaciones de prevalencia de sintomatología leve, moderada y severa en poblaciones afectadas por desplazamiento hasta 12 meses después de ocurrido el evento, en este sentido hace un llamado a la imperiosa necesidad de atención en materia de salud mental integral, entendiéndose esta como la atención no sólo por el profesional de Psicologia sino por personal especializado en psiquiatría así como por acciones de atención psicosocial comunitaria para la prevención. Assessing mental health and psychosocial needs and resources. Toolkit for humanitarian settings WHO-UNHCR. 2012.
(11) Roberto Chaskel. LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(12) Acompañamiento psicosocial con víctimas del desplazamiento forzado fundamentado en los Derechos Humanos, aquí.
(13) ïbidem.
(14) Necesidades en salud de la población desplazada por conflicto armado en Bogotá. Mogollón Pérez, Amparo, Vázquez Navarrete, María Luisa y García Gil, María del Mar. Revista Especial de Salud Pública 2003; 77: 257-266 No. 2 – Marzo-Abril 2003. Páginas 259-260.
(15) La salud mental de las mujeres en el conflicto. Silvia Gaviria, LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
(16) El 70% de quienes se desplazan son niños y mujeres. Los indígenas, los afro-colombianos están altamente representados en este grupo de desplazamiento. Esto nuevamente se refiere a ese elemento transcultural porque quienes se desplazan se desplazan a poblaciones que no son necesariamente afro-colombianas o indígenas. Roberto Chaskel LIV Congreso Nacional de Psiquiatría. Aquí
(17) Los niños que nacen en las familias desplazadas internas no entran en las estadísticas, que nacen en los lugares donde las familias no pertenecían originalmente y traen consigo algunas dificultades adicionales. Ïbidem.
(18) http://www.corporacionavre.org/...
(19) Fases del desplazamiento. Conferencia de Roberto Chaskel, LIV Congreso Nacional de Psiquiatría, aquí
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*Fernanda Sánchez Jaramillo, Periodista, magíster en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria.
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Fuente: Radio Macondo
vìa:http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Colombia_Desplazamiento_forzado_una_de_las_formas_de_perdida_multiple_mas_cruel
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