La transnacional Monsanto encabeza el modelo de acumulación por
desposesión. A la vez, es responsable de la producción y aplicación
sistemática de algunos de los elementos más contaminantes y letales, que
actualmente se utilizan como parte de la industria agroalimentaria. ¡Firma YA!
La pretensión de Monsanto de poner en funcionamiento una planta
experimental de semillas en Río Cuarto representaba un paso más en la
consolidación del modelo de los agronegocios en nuestra región y en el
país. Las implicancias que los cultivos transgénicos y la aplicación de
agrotóxicos tienen a nivel social, político, económico, ambiental y
sanitario se han vuelto cada vez más evidentes: ya no quedan dudas de
que la agricultura promovida por las grandes corporaciones sólo trae
perjuicios para el pueblo y beneficios para unos pocos. El modelo de
agro-negocios forma parte de una nueva dinámica extractiva requiere de
subordinaciones y explotaciones, cuando no de la directa destrucción de
los tejidos sociales.
Las comunidades afectadas llevamos años sufriendo las consecuencias de este modelo: hay severos indicios de que los casos de cáncer, malformaciones, abortos espontáneos y los daños genéticos están vinculados a la aplicación de millones de litros de agrotóxicos se suman los efectos del extractivismo a nivel socio económico. El despoblamiento del campo, la concentración de la tierra, la destrucción de los bienes comunes ha acentuado las asimetrías entre los que más tienen y los que menos tienen. A la vez, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y los crecientes desmontes que acarrean los agronegocios imposibilita el desarrollo y el buen vivir de las generaciones futuras.
La transnacional Monsanto encabeza este modelo de acumulación por desposesión. A la vez, es responsable de la producción y aplicación sistemática de algunos de los elementos más contaminantes y letales, que actualmente se utilizan como parte de la industria agroalimentaria.
A los mismos fines busca apropiarse de la producción de alimentos, monopolizando la actividad agroalimentaria a través del registro de propiedad intelectual sobre las variedades de semillas, usurpando y concentrando el patrimonio vegetal desarrollado por las comunidades campesinas y pueblos originarios del mundo.
Todo esto se buscaba ocultar detrás de la planta que Monsanto intentó imponer a la ciudadanía de Río Cuarto, además de los impactos directos que su actividad hubiera generado en lxs vecinxs de la ciudad y la región.
Desde la llegada de Monsanto a la ciudad presenciamos irregularidades en la construcción de la planta, en el avance de obra y el traspaso de firmas. Durante todo el proceso de instalación la empresa pretendió desestimar la licencia social e ignorar y violar las leyes nacionales, provinciales y locales.
Por todo lo expuesto ratificamos el NO a Monsanto en Río Cuarto y celebramos la decisión inapelable del intendente Juan Jure de rechazar la instalación de la planta experimental, cumpliendo así con la ley y acatando la voluntad popular.
Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos
en la Coordinadora Provincial para la Soberanía Popular por el Agua y la Tierra
Para adherir a este documento:
Enviar un mail a rio4sinagrotoxicos@gmail.com con asunto “Adhesión” indicando el nombre completo de la organización o institución que adhiere y, en el caso de personalidades, el nombre completo, cargo y/o profesión.
Vía:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Campanas_y_Acciones/Pedido_de_adhesiones_-_Documento_en_rechazo_a_la_instalacion_de_Monsanto_en_Rio_Cuarto_Argentina
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