Aquel “corte”, el de Trujillo, dicen que se
llevó unas veinte mil cabezas haitianas, procedentes de la heroica
matria que desbrozó el camino de la primera independencia
latino-caribeña y realizó la primera revolución antiesclavista en el
“nuevo mundo”. Una de la más hermosa y justiciera insurrección negra que
ojos humanos hayan visto.
Alguien, que después se llamaría José Francisco Peña, perdió su padre y su madre en aquella matanza, no ha así el dolor eterno que provoca la discriminación dominante y el cruel estigma racista.
A él le objeté su empeño en demostrar que no era un sobreviviente de la matanza y le sugerí que defendiera con gallardía su valioso origen, y me respondió con rostro contraído: “¡Ay Narciso, tu no sabes lo terrible que es esta oligarquía racista, si lo hago, me trituran!”
Cierto, ni yo, ni él que la sufría a flor de piel, teníamos conciencia plena de hasta donde podía llegar la maldad que es capaz de generar el racismo anti-haitiano. Pensábamos que las variantes del nazi-fascismo ya no eran viables después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Pero en verdad han vuelto a coger un vuelo inusitado en esta “hora de los hornos”, de esta desgarradora era neoliberal del capitalismo decadente. Los colmillos del racismo y la xenofobia se afilan, y crece una especie de neo-nazismo con rasgos propios por países y regiones, que se convierte en corrientes políticas con tendencia a fundirse con los Estados.
Aquí está en pleno auge, después de entronizada la Constitución del 2010, de reciclado el seudo nacionalismo anti-haitiano, de integradas la instituciones que conforman la dictadura morada con sus pervertidas cortes fascistoides que no son altas ni cortes.
Y han puesto en marcha el nuevo “corte”, dirigido a matar en vida, a lanzar a la condición de parias indocumentados, a centenares de miles de dominicanos/as descendientes de haitianos y haitianas; y a perseguir despiadadamente las nuevas olas de emigrantes del vecino y súper-empobrecido país, ocupado militarmente por EEUU y sus aliados.
Un “corte” post-moderno, inicialmente sin sangre, pero seguramente más cruel y más masivo. Calculen: todos/as los/as indebidamente registrados/as del 1929 hasta la fecha. ¡Un rompan fila y vive el Jefe con vaselina!
Solo que no han pensado que su manera de gobernar y dominar pronto habrá de terminar muy mal, pues más que fortaleza indica cuan podridas están sus mentes y descompuesto su sistema.
La Haine
http://www.lahaine.org/index.php?p=72249
Alguien, que después se llamaría José Francisco Peña, perdió su padre y su madre en aquella matanza, no ha así el dolor eterno que provoca la discriminación dominante y el cruel estigma racista.
A él le objeté su empeño en demostrar que no era un sobreviviente de la matanza y le sugerí que defendiera con gallardía su valioso origen, y me respondió con rostro contraído: “¡Ay Narciso, tu no sabes lo terrible que es esta oligarquía racista, si lo hago, me trituran!”
Cierto, ni yo, ni él que la sufría a flor de piel, teníamos conciencia plena de hasta donde podía llegar la maldad que es capaz de generar el racismo anti-haitiano. Pensábamos que las variantes del nazi-fascismo ya no eran viables después de su derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Pero en verdad han vuelto a coger un vuelo inusitado en esta “hora de los hornos”, de esta desgarradora era neoliberal del capitalismo decadente. Los colmillos del racismo y la xenofobia se afilan, y crece una especie de neo-nazismo con rasgos propios por países y regiones, que se convierte en corrientes políticas con tendencia a fundirse con los Estados.
Aquí está en pleno auge, después de entronizada la Constitución del 2010, de reciclado el seudo nacionalismo anti-haitiano, de integradas la instituciones que conforman la dictadura morada con sus pervertidas cortes fascistoides que no son altas ni cortes.
Y han puesto en marcha el nuevo “corte”, dirigido a matar en vida, a lanzar a la condición de parias indocumentados, a centenares de miles de dominicanos/as descendientes de haitianos y haitianas; y a perseguir despiadadamente las nuevas olas de emigrantes del vecino y súper-empobrecido país, ocupado militarmente por EEUU y sus aliados.
Un “corte” post-moderno, inicialmente sin sangre, pero seguramente más cruel y más masivo. Calculen: todos/as los/as indebidamente registrados/as del 1929 hasta la fecha. ¡Un rompan fila y vive el Jefe con vaselina!
Solo que no han pensado que su manera de gobernar y dominar pronto habrá de terminar muy mal, pues más que fortaleza indica cuan podridas están sus mentes y descompuesto su sistema.
La Haine
http://www.lahaine.org/index.php?p=72249
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