Mundo Obrero
Si hace diez años
nos hubieran contado alguna de las siguientes situaciones laborales no
las hubiéramos creído. Y si nos hubiesen convencido de que se iban a
producir, pensaríamos que la sociedad no lo hubiera tolerado y habría
tumbado al gobierno o gobiernos que nos llevaron hasta ese punto. Pero
la realidad es que está pasando y el gobierno, junto con los banqueros y
poderes económicos que se benefician, continúa.
Una de estas
situaciones es que este verano en Andalucía hubo jornaleros que
estuvieron trabajando por 2,5 euros la hora a 40º de temperatura (El País, 7-8-2013).
La crisis de la construcción ha provocado que muchos trabajadores se
dirijan al campo a buscar su sustento por lo que la oferta laboral es
tremenda. Aunque los acuerdos laborales del sector establecen un salario
medio diario que oscila entre los 41 y los 50 euros al día con plus de
distancia y en un día laborable, la existencia de tanta oferta laboral
ha provocado que los empresarios burlen la ley y los trabajadores no
tengan más remedio que trabajar por 12 o 18 euros al días sin ni
siquiera cotizar a la Seguridad Social. Si lo denuncian, simplemente se
quedarán en la calle y el empresario cogerá a otros.
Si nos vamos
al sector servicios encontramos un panorama similar. En un pueblo de
Pontevedra una camarera de 42 años encontró un empleo en una cafetería.
El encargado le advirtió que la jornada sería dura y tendría que
quedarse “algún ratito más”. Su horario real casi triplica las 20 horas
semanales recogidas en su contrato de tres meses. Fregar, montar mesas,
atender a los clientes rezagados por 500 euros al mes (El País, 24-8-2013).
La fórmula del contrato a tiempo parcial con seis millones de parados
en el país es el sistema ideal para la explotación perfecta trabajando
el triple de la jornada estipulada.
Con 39 años, una hipoteca de
500 euros mensuales y dos hijos, una trabajadora social que se diplomó
en 2011 no ha encontrado ni un solo empleo relacionado con su formación.
Ni siquiera ha tenido la oportunidad de asistir a una entrevista.
Ingresa 400 euros al mes tras cuatro horas diarias como contable en un
pequeño despacho de abogados. Los fines de semana trabaja en un bar
cercano a su casa. No tiene contrato y cobra en función de la caja que
se hace cada día. "Somos tres personas trabajando los fines de semana.
Cada una nos llevamos un 10% de la caja. Con 60 euros salimos más que
contentas", explica. Los días en los que la caja está floja vuelven a
casa con 20 (Eldiario.es, 25-8-2013).
Benjamín Serra tiene dos carreras y un máster. Fue premio fin de
carrera. Indignado sobre su situación difundió en twitter que, a pesar
de su formación, trabaja en Londres limpiando los WC's de una cadena de
cafeterías (El Periódico, 28-9-2013).
Hace unos años los españoles volvíamos de las vacaciones de Cuba
indignados porque habíamos conocido a un licenciado que trabajaba de
botones en el hotel, hoy ya quisieran los españoles poder hacerlo en su
propio país sin tener que ir fuera.
Y si todo lo anterior no nos
cabrea lo suficiente, quizás conocer lo que hace el gobierno lo consiga.
Mientras la Administración Pública despide trabajadores, el Ministerio
de Empleo ha destinado 200 millones de euros para pagar hasta 3.000
euros a las agencias privadas por colocar a un parado (Eldiario.es, 14-9-2013).
Basta que le consigan un contrato de seis meses a una persona de 45
años o más que lleve dos años sin trabajo para que se embolsen esa
cantidad de dinero público. De modo que la empresa de colocación puede
terminar ganando por la firma del contrato casi la misma cantidad que el
trabajador por los seis meses de empleo.
Vía:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=175184
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