miércoles, 4 de septiembre de 2013

Nuestra América: Las dos estrategias complementarias de dominio en América Latina...Por Manuel Freytas (*)



La función más elemental y clave que cumplieron en América Latina las dos estrategias complementarias de dominio imperial (la "militar" y la "democrática") consistió en eliminar los dos factores que impedían la "gobernabilidad en paz" del sistema capitalista en la región: la lucha armada, primero, y la resistencia social y sindical, después. El resultante: pobreza, desocupación y exclusión social en masa en toda América Latina. En ese escenario, y mientras las líneas de explotación económica permanecían inmutables, el control político y social estratégico viró históricamente de la "dictadura militar" al "sistema democrático", un sistema más refinado y efectivo de dominio, con el cual Washington y las trasnacionales han conseguido (por ahora) convertir a América Latina en un paraíso del saqueo capitalista en gran escala.
Por Manuel Freytas (*)
manuelfreytas@iarnoticias.com
El nuevo escenario de dominio
Con una Latinoamérica domesticada por la democracia del "poder blando" y los gobiernos dependientes (por derecha y por izquierda), la lógica del control social y político ya no la ejercen los militares y los tanques, sino los nuevos ejércitos de dominación: los medios de comunicación que nivelan a las mayorías desposeídas y a sus dirigentes en la doctrina de la resignación, haciendo realidad aquel precepto de máxima: la paz es el negocio del dominador.

Con la desaparición de la guerra por áreas de influencia con la URSS, las viejas consignas "anticomunistas" de las dictaduras militares formadas en la Escuela de las Américas fueron sustituidas gradualmente por las banderas de la lucha contra el terrorismo, las drogas y el crimen organizado con las que hoy EEUU justifica su injerencia intervencionista militar en la región latinoamericana.
Con el "poder blando" como alternativa de dominio,  la estrategia geopolítica imperial norteamericano desarrolla simultáneamente -a nivel complementario- la estrategia del "poder duro" con despliegue militar-nuclear y bases ubicadas por todo el planeta, además de tropas listas para actuar allí donde la situación lo requiera.
Si se analiza el actual escenario socio-económico y político de América Latina, se pueden verificar cuatro fenómenos emergentes y concatenados:
A) Funcionamiento a pleno de las llamadas "instituciones" con elecciones periódicas y continuidad del sistema de "gobernabilidad democrática".
B) Ausencia total de huelgas generales y de conflictos sociales por reivindicaciones generales de la sociedad (sólo existen conflictos atomizados por reivindicación sectorial), y ausencia de dictaduras militares y de lucha armada (salvo Colombia).
C) Crecimiento constante (y sin excepción) de las economías capitalistas regionales, acompañadas de ganancias siderales para los bancos y empresas que hegemonizan el control económico-productivo de los países,  y crecimiento desmesurado de los activos empresariales y fortunas personales.
D) Crecimiento sostenido y sin interrupción de la llamada "pobreza estructural" (falta de trabajo estable, vivienda y seguridad social) que ya afecta a más de la mitad de la población del continente, cuya mayoría permanece sometida a políticas "asistenciales" y a empleos temporarios y en negro (contratos basura).
Este cuadro resume la "realidad estadística" de América Latina que cualquiera puede investigar y verificar cliqueando en Google opciones de búsqueda como: pobreza, hambre, desempleo, vivienda, contratos laborales, activos empresariales, fortunas personales, sistema democrático, procesos electorales, gobernabilidad constitucional, etc, etc, tanto por países como a nivel regional. La síntesis del procesamiento va a arrojar inevitablemente la verificación de la existencia de los cuatro fenómenos mencionados más arriba.
La "gobernabilidad democrática"
Ahora bien, para entender como se combina y se retroalimenta este cóctel interactivo (gobernabilidad democrática, ausencia de conflictos sociales y sindicales, crecimiento desmesurado de la ganancia empresarial y de las fortunas personales, y crecimiento sostenido de la pobreza y de la exclusión social), debemos realizar un cuadro secuencial para comprobar como cada fenómeno se alimenta de los otros y viceversa:
El fenómeno A se retroalimenta del B (y viceversa):
Hay funcionamiento pleno de las instituciones y de la "gobernabilidad democrática" sencillamente porque no hay huelgas generales ni conflictos sociales, ni tampoco resistencia armada ni golpes de Estado militares.
Esto dos fenómenos a su vez se retroalimentan con los fenómenos
C
y D:
Hay crecimiento sostenido de las ganancias y de los activos de la economía capitalista porque se mantiene la "gobernabilidad democrática" y no hay huelgas ni conflictos armados. Esto a su vez permite que el sistema de concentración de riqueza capitalista (posibilitado por la explotación de mano de obra barata con salarios africanos, apropiación de recursos naturales y control hegemónico de todo el sistema económico productivo) genere como contrapartida: pobreza, desocupación y exclusión social en masa en toda América Latina.
Como resultante social y producto final de este cóctel interactivo" (donde cada eslabón se retroalimenta con los otros) según la ONU, la CEPAL y otras instituciones del sistema, en América Latina hay más de 200 millones de "pobres estructurales" y 100 millones de indigentes que carecen de los elementos esenciales para sobrevivir.
Como contrapartida, y también a modo de emergente y "producto final" de la explotación capitalista sin resistencia armada, social o sindical, en América Latina se verifica el mayor crecimiento estadístico de las ganancias y los activos empresariales y de las fortunas personales ( por ejemplo, el mexicano  Carlos Slim, está considerado como el hombre más rico del mundo).
La fábrica de pobreza
¿Y cómo se logró este paraíso capitalista con la mayor "fabrica de pobres" de toda la historia  de América Latina?
Se dio por dos razones fundamentales:
A) Las dictaduras militares de la "doctrina de seguridad nacional" (exportadas y sostenidas por Washington desde fines del sesenta hasta los ochenta) terminaron con la lucha revolucionaria clandestina que planteaba la toma del poder armado e impedía el desarrollo en paz de la "gobernabilidad institucional", con el consecuente perjuicio para las ganancias y el crecimiento (concentración de riquezas en pocas manos) de las economías capitalistas de la región.
B) El proceso democrático-constitucional  lanzado oficialmente (como único régimen de "gobernabilidad" aceptado) desde los propios documentos del Departamento de Estado norteamericano, y gerenciado por políticos burgueses (por izquierda o por derecha), que consiguió deslegitimar y desactivar los conflictos sociales y sindicales con la complicidad de los gremios y de las organizaciones de izquierda que se sumaron a la "democracia" (exportada desde Washington) como el único sistema social y político posible.
En el esquema funcional histórico del proceso democrático-constitucional, se puede verificar cómo los medios de comunicación asimilados al establishment de poder económico capitalista (que sustituyeron al poder armado en el control político y social) cumplen el nuevo rol de represores y de deslegitimadores (por "violentos" y "antidemocráticos") de los conflictos sociales o gremiales con tomas de empresa o de fábrica, o de los piquetes con cortes de calles o de rutas.
De esta manera el proceso arroja el siguiente cuadro secuencial (e interactivo):
A) Los militares de la "seguridad nacional" (desde la década de los sesenta hasta los ochenta)  terminaron (por vía de la represión militar) con la lucha y la militancia armada que alteraba y/o ponía en riesgo el orden vigente de explotación y concentración de riqueza capitalista en América Latina (los golpes de Estado militar y el genocidio de militantes de izquierda siempre llegaban para instalar "el orden").
B) A modo de complemento, los políticos burgueses, el sistema democrático-constitucional y los medios de comunicación (por vía de la manipulación mediática-represiva) terminaron con la resistencia sindical y social e instalaron (desde los ochenta hasta aquí) el "orden vigente" del actual sistema de superconcentración capitalista en América Latina, con su contrapartida: la expansión masiva de la "pobreza estructural" y de la exclusión social en todo el ámbito de América Latina.
En resumen, los antiguos "regímenes dictatoriales" de la doctrina de seguridad nacional (con militares y represión armada) o los actuales "regímenes democráticos-constitucionales" (con políticos y represión mediática), fueron solo herramientas alternativas (de control político y social) utilizadas por el Imperio de Washington para la preservación del "orden" de los negocios de las empresas y de los bancos trasnacionales que saquean (y depredan) América Latina dejando sólo pobreza y exclusión social a su paso.
La función más elemental y clave que cumplieron ambas  estrategias (la "militar" y la "democrática") consistió en eliminar los dos factores que impedían la "gobernabilidad en paz" del sistema capitalista en la región: la lucha armada, primero, y la resistencia social y sindical, después.
El nivel de impunidad conseguido (como resultante de ambas estrategias alternadas en el tiempo) por Washington y las empresas trasnacionales (asociadas a las oligarquías locales), es la razón fundamental que explica el desmesurado proceso de ganancia capitalista y concentración de riqueza en pocas manos en América Latina, que hoy reflejan las estadísticas y las revistas especializadas.
La ecuación dialéctica ausencia de conflictos sindicales y sociales + crecimiento de la ganancia y concentración capitalista = pobreza y exclusión social masiva, surge nítida cuando se investiga comparativamente (a nivel causa-efecto) las estadísticas económicas, empresariales, sociales y laborales de América Latina.
Como siempre: la esencia fundacional explotadora del capitalismo (hoy trasnacionalizado y sin fronteras) son los números: divisiones, sumas y restas, que siempre terminan en concentración de riqueza para las minorías que controlan todo el sistema económico-productivo, y en generación de pobreza y exclusión social para las mayorías excluidas del circuito del "mercado".
En ese escenario, y mientras las líneas de explotación económica permanecían inmutables, el control político y social estratégico viró históricamente de la "dictadura militar" al "sistema democrático", un sistema más refinado y efectivo  de dominio, con el cual Washington y las trasnacionales han conseguido (por ahora) convertir a América Latina en un paraíso del saqueo capitalista en gran escala.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias
  

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