1.
Al presidente Peña Nieto y al secretario de Gobernación les agrada
hablar de “mayorías” y “minorías”. Dicen que ellos gobiernan en nombre
de la mayoría de la población y cualquier protesta contra ellos como
gobierno, la califican de “minoritaria”. Indican que los maestros en el
país son un millón 300 mil; que un millón están dando clases en las
aulas y que una “minoría” es la que protesta y ocupa el zócalo de la
ciudad de México por estar en desacuerdo con la “reforma educativa”.
Eso es lo que se llama “democracia formal y representativa”; sin embargo
de la que nunca se habla –porque no conviene a la clase dominante- es
de la “democracia real y popular, de la que parte del nivel de
conciencia y participación de la población.
2.
Cuando se ha reunido un millón de personas para protestar contra el
desafuero de López Obrador, cuando le dieron la bienvenida a los
zapatistas en el zócalo o en las grandes manifestaciones del 1 de mayo,
el gobierno siempre habla de minorías porque los habitantes del país son
115 millones; pero el gobierno del PRI y su aliado el PAN no podrán
reunir ni un cuarto de millón aunque repartan dinero a raudales y
destapen por un mes a los medios de información. Hubo un tiempo –en los
sesenta- que el PRI convocaba con cierto “antimperialismo” y la gente lo
apoyaba; pero hoy sabiendo lo que es el PRI, el PAN y el PRD, dudo como
tú, que alguien se deje engañar. Ahora los partidos no son creíbles y
buscan que disfrazarse.
3.
En México –pienso que en todo el mundo- ha habido siempre una gran masa
de la población que parece importarle un carajo la política (ya muy
corrupta y desprestigiada), pero no el futbol, su iglesia, los actores y
los festejos; por ese motivo los medios de información (TV, radio,
cine, revistas de amor, prensa) no dejan de machacar en ello para
hacerlos más ignorantes en lo que sucede en su país y en el mundo y que
no aprendan a defender sus derechos. En México le llaman “la mayoría
silenciosa” porque nunca opina, menos se manifiesta, pero sí con intensa
propaganda y mucho dinero la obligan a votar por quien más regalos,
mercancías o dinero reparte. A eso le llaman mayoría y tras sus muy
manipulados votos se resguarda el gobierno.
4.
Los maestros de la Coordinadora (CNTE) que llevan desde el 15 de mayo
ocupando el zócalo de la ciudad de México y manifestándose a diario por
las calles, son una “minoría” pero de 300 mil profesores que se turnan
en número de 60 mil para hacer guardias en el zócalo; otros miles se
están movilizando en sus estados como Oaxaca, Michoacán, DF, Guerrero,
Chiapas, Tlaxcala, Zacatecas, Morelos y otros entidades. Igual son
“minorías” de electricistas, estudiantes, telefonistas, mineros, del
IMSS, campesinos, indígenas, que por decenas de miles se manifiestan en
las calles de la ciudad de México. Son “minorías de 100 mil trabajadores
que cada 1 de mayo se manifiestan, pero que de manera permanente se
agrupan para protestar.
5.
Los que realmente son una real e ínfima minoría del país son los que
conforman la clase dominante. Un puñado de 50 grandes empresarios y de
50 grandes políticos subordinados a la política yanqui –poniendo a su
servicio a los medios de información, a los policías, al ejército y la
marina- determinan sin consultar las políticas. A nadie representan más
que a ellos mismos y sus intereses privados. Pero teniendo a su mando a
los militares, a la TV y radio, controlan la vida política, económica e
ideológica del país. Ellos sí conforman a una real minoría de ricos
frente a un 80 por ciento de la población que es pobre, miserable y
desempleada. Así que Peña –al hablar en su primer informe de gobierno-
al referirse a los maestros como minoría, parece haberle sangrado la
lengua.
6.
Las masas, las grandes mayorías de la población, siempre han sido el
objetivo de la iglesia, de los medios de información, incluso de la
escuela. En todos los sistemas antiguos y modernos siempre fue el
objetivo de las clases dominantes tenerlos controlados ideológicamente.
Dado que siempre son gigantescas mayorías que rebeladas y conscientes
pueden aplastar en un minuto a sus explotadores y opresores, se busca
tenerlos controlados, confundidos, enloquecidos, enajenados con ideas
individualistas, egoístas, de sumisión, de promesas y castigo. Cargar
ese pesado fardo del que es muy difícil liberarse ha sido la obligación
de nuestro pueblo impuesto por el poder. El día que esta “minoría”
activa logre rebelar a la real mayoría, gobierno y empresarios dejarán
de ser idiotas. (2/IX/13)
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