“Cuando la corrupción acelera, la cultura represora habla de tragedia” (aforismo implicado)
“Rio Negro Choele Choel caso Daniel Solano. Dia 17 de huelga de hambre,
de violencia e indiferencia institucional.
Carta abierta para Gualberto Solano:
Querido Gualberto, que junto a Romina, Mayra, Julieta y otros seres
llenos de dignidad, coraje, amor , solidaridad y compromiso, siguen en
huelga de hambre a pesar de la debilidad que se siente en este tramo
de la misma, y viendo que al parecer el poder de turno ha perdido lo
que nunca puede perder un ser humano: la parte humana de su ser; sepan
querido Gualberto y hermanos que lo acompañan, que somos cientos de
miles los abrazos que los estamos abrazando de lugares cercanos y
remotos, que sentimos el ayuno y el dolor como nuestro, que como
padres, madres, hermanos, hijos, amigos nos atraviesa la ausencia de
Daniel, como la vergonzosa y cobarde impunidad desde el poder.
Querido Gualberto de mirada transparente , hoy triste, quizás débil
sólo desde lo físico en esta huelga, que nos duele, que en la tierra
de Rodolfo Walsh, en la Argentina de los desaparecidos, hoy , en
democracia, un padre tenga que reclamar por su hijo de este modo.
Hoy Gualberto y a solidarios que lo acompañan: los abrazamos más que
Nunca” .(Alberto Cabrera Britos)
(APe).- En la actualidad de nuestra
cultura, se ha puesto en primer plano, y es bueno que así sea, una
consigna: “la corrupción mata”. El hambre es la más atroz corrupción de
la elemental necesidad de alimentarse. El crimen más cobarde y más
impune. El hambre mata, porque es el registro psicofísico de la más
básica necesidad que no puede no satisfacerse.
La corrupción y el hambre matan, no siempre
al contado. La cultura represora asesina en cómodas cuotas, de tal
manera que su mérito mayor es que la víctima ni siquiera se da cuenta de
la sentencia que está siendo ejecutada. La pena de muerte no existe, al
menos eso dicen, en su expresión jurídica. Dicen que dicen. Pero en su
expresión cultural y política la pena de muerte sigue vigente y en su
forma más brutal y grosera se la conoce como “gatillo fácil”.
Pero desde el pago fácil en adelante, todo
es muy fácil para la cultura represora. Y cuando se pone un poco más
difícil, entonces aparecen varios mazos para empezar a dar, dar y dar.
Corrupción fácil: denunciarla es políticamente incorrecto o para decirlo
menos suavemente, patente de gorila. En realidad, no hay nada más
gorila que la corrupción, justamente porque en su origen el gorilismo
fue corromper la voluntad popular. O sea: proscripción del peronismo.
Así llegó Frondizi y así se fue cuando Framini Anglade ganaron en la
Provincia de Buenos Aires. Ya sé: me quedé en el 62. Pero lo curioso es
que ahora, algunas décadas después, es gorila denunciar la corrupción.
O cambiaron los gorilas, o el fundante de la democracia se ha corrompido.
*****
Cuando ocurre la masacre de Cromagnon, la
consigna más impactante y certera fue: “ni la bengala, ni el rock and
roll, a nuestros chicos los mató la corrupción”. Recuerdo las marchas de
familiares y amigos, de Once a Plaza de Mayo y posteriormente, de Plaza
de Mayo a Once, dando la espalda al Poder. Durante más de 5 años
acompañé esa lucha, en distintos espacios. Hoy recuerdo especialmente al
abuelo de Julián Rozengardt, uno de los jóvenes fallecidos. Ariel
Bignami, un militante comunista, periodista, escritor. Falleció hace
pocos días y nunca pudo, y creo que nunca quiso tampoco, alejarse del
dolor de esa pérdida atroz.
La corrupción mata, pero también deja
cicatrices incurables de muchas heridas, a los que, de alguna u otra
manera, logran sobrevivir. Ariel es uno de ellos. Familiares de Daniel
Solano, desaparecido en Choele Choel, sostienen una heroica huelga de
hambre. Piden algo muy simple y muy lejano: justicia.
La despiadada comercialización de manzanas
en el valle de Rio Negro la realizan los mal llamados trabajadores
golondrinas. Porque en verdad son golondrinas esclavas. Y Daniel
desapareció. En democracia. Alguna vez nos daremos cuenta que cuando en
democracia hay desaparecidos, lo que desaparece es la democracia. Y
cuando se pretende negar que esto sucede, el cinismo de estado clama al
cielo.
El ex supermercado “Tigre”, fue recuperado
por sus trabajadores. Hace más de de 10 años que no logran la propiedad
colectiva de lo que hoy se denomina LA TOMA. Incluso uno de sus
referentes más importantes, Carlos Ghioldi, está bajo la espada y la
justicia de Damocles. Acusado de un delito que no existe, pero la
penalización y criminalización de toda protesta y lucha social llegó
para quedarse.
*****
La corrupción es en su esencia,
profundamente anti democrática. Por supuesto que la cultura represora
sentencia que “todos somos corruptos”. Confesión de parte, que de todos
modos es útil para entender el nivel de podredumbre de nuestros
preclaros dirigentes. Pero no es así: la corrupción no es un acto
individual, no es un per saltum para sortear incómodas y muchas veces
perversas inspecciones, como las realizadas en las intransitables rutas
del país.
No es una táctica defensiva para que
podamos avanzar en esos trámites insoportables, que duran años si lo
hacemos como dios y el diablo mandan. Lo digo con todas las letras: la
corrupción es una política pública. O sea: de Estado. De todos los
Estados, desde el nacional al municipal. Con todas las excepciones que
haya.
Si la corrupción no fuera una política
pública, Ricardo Jaime ya estaría preso, a Schiavi no se le habría
aceptado ninguna renuncia y mucho menos aplaudido, y De Vido tendría los
anteojos en remojo. La corrupción política que implica defenestrarlo a
Scioli para luego endiosarlo, y en lo único que Daniel cambió fue que
apareció Massa, desde ya, con las manos en su apellido.
Democracia de escribanos, de gestores, de
punteros, de patoteros. Los partidos de fútbol que se juegan sin
hinchada visitante, puede ser el principio de un pensamiento para los
nuevos tiempos: los partidos, no solo los de fútbol, se juegan solo con
hinchada local. Esto puede llamarse ley de los partidos políticos, que
está armada para que la gran final sea K contra K.
O sea: una interna partidaria que termina
siendo una externa nacional. Mientras tanto, sin prisa, sin pausa, con
brutales aceleraciones, que algunos llaman tragedias, la corrupción
seguirá matando. Y si bien hay muchos anti imperialistas, a mi criterio
sostienen lo que he denominado el “chavismo off shore”.
No hay anti capitalistas en los partidos
mayoritarios. La idea de un capitalismo serio no es solamente un estado
alucinatorio del kirchnerismo. Capitalismo es corrupción, porque su
fundante no es el bien común sino el lucro. Y el lucro es siempre un
robo. O varios. Siempre a los trabajadores, y no pocas veces a otros
capitalistas mas débiles. Cadena alimenticia que le dicen. El pez grande
se come al chico y así las minipymes aceptan las sobras del banquete,
que no siempre son pocas.
A nuestros chicos, a nuestros mayores, a
los pueblos originarios, a más del 80% de jubilados, a los enfermos en
cuerpo, mente y alma, a los excluidos del sol aunque se los distraiga
incluyéndolos en la luna, a los hambreados de pan y deseo, a los
debilitados por tener vocación de cántaros que insisten en atravesar la
fuente, a todos y mas aún, la corrupción los está matando. Por eso
escribí “El crimen de la paz”.
La corrupción se esconde en los pliegues de
la paz para cometer sus peores crímenes. Y sólo se denuncia en forma
espasmódica, cuando la dimensión del crimen obliga a la cultura
represora a incluir el significante “tragedia”. Nunca masacre, porque
eso abriría la caja de Pandora donde se refugia la impunidad, el hada
protectora de todas las corrupciones.
Los luchadores de siempre, desde Ariel
Bignami hasta Daniel Solano, pasando por todos los mártires de
dictaduras y democracias, no desean descansar en paz. Porque mientras
haya injusticia, la paz es otro sueño eterno por el cual tendremos que
seguir luchando. Sin descanso y sin tristeza. Y construyendo el
“colectivo de héroes” que la tierra necesita.
Vía:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7865:a-nuestros-chicos-los-mato-la-corrupcion&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106
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