En Chile, el abuso es un buen negocio...Por: José Roa

El Chile que abusa de los consumidores

 

El Chile que abusa, abusa porque puede, porque la probabilidad que lo pillen es baja, y si lo pillan la probabilidad que le salga más caro que cumplir la ley es baja. En Chile, el abuso es un buen negocio.
En materia de consumo, si una empresa no respeta las reglas del juego los consumidores deben destinar tiempo y dinero para reclamar en tribunales -y cuando el costo de reclamar es mayor al beneficio del reclamo los consumidores no reclaman-, los tribunales condenan a las empresas a pagar una multa a beneficio fiscal –la regla general es una multa de hasta 50 UTM eso es cerca de dos millones de pesos-. Si pensamos en el caso de infracciones masivas, veremos que la ganancia supera los montos de las multas.
Si miramos el sistema de protección al consumidor, veremos que el Sernac nació en 1990, la ley del consumidor en 1997, los juicios colectivos en 2004 y el llamado “Sernacfinanciero” en 2012, es decir, el fenómeno de protección al consumidor es reciente.
Por su parte, este desarrollo no ha tenido un correlato en otras regulaciones como la penal y los delitos de cuello y corbata. Pensemos que en Chile se penaliza con una figura especial el abigeato –el robo de animales-, pero no se penaliza la estafa masiva a los consumidores.
Por otra parte, si comparamos los problemas reclamados en los consumidores, no han variado significativamente en los últimos años, lo que da cuenta que el abuso persiste, y que el Sernac es un “león sin dientes”, que ruge pero no muerde.
De ahí que sea necesario “ponerle” dientes al Sernac, de manera que violar los derechos de los consumidores sea un mal negocio.

Los abusos sin consumo

No obstante, si analizamos el uso de las expresiones “letra chica” o “publicidad engañosa” -que antes de 1997 no existían porque son expresiones de la ley del consumidor-, veremos que su uso se ha extendido desde los temas propios del consumo, hacia otras áreas de la vida social, como la política –“seguro que ese anuncio tiene letra chica”-.
Luego, cuando hablamos de abusos, hablamos también de ciudadanos y de sus derechos sociales -una vivienda digna, al agua, a la salud, a una educación adecuada, a una alimentación adecuada, entre otros-. Estos derechos se juegan en situaciones tan cotidianas como la micro, las Isapres, las AFP, las instituciones de educación, la casa propia.
Esta dimensión del abuso, no se resuelve con una lógica de consumidores, sino con una lógica de protección de derechos ciudadanos. De ahí que resulte tan inadecuada la respuesta de “crear” nuevos Sernac –que no son sino un departamento adicional dentro del Sernac- frente a los abusos en materia de educación y salud –como si fueran bienes de consumo-, y que sea cada vez más necesario que contemos con un Defensor Ciudadano u Ombudsman, tal como se viene proponiendo desde el retorno de la democracia.

Vía:
 http://www.sentidoscomunes.cl/36873/