1.
Emilio Chuayffet, secretario de Educación, se siente dueño y señor de
la educación nacional. Después de obligar a los diputados y partidos del
llamado “Pacto por México” a aprobar las “reformas” a la educación,
ahora se siente con todo el derecho de amenazar con despidos a los
maestros si ellos no hacen lo que el gobierno les ordena. Y el
presidente Enrique Peña lo apoya sin advertir que este tipo de
funcionarios déspotas y amenazadores como Chuayffet no sirven al llamado
“nuevo PRI” que busca presentarse como “nueva democracia”.
2.
Los maestros de Oaxaca, Guerrero, Michoacán, del DF y otras partes, no
piensan lo mismo. Ven que la educación pública, laica, gratuita y
popular se les va de las manos desde hace por lo menos 30 años para
consolidar la privatización educativa que permita inversión privada y al
mismo tiempo facilite hacer negocios con ella. Saben los maestros que
el gobierno de Peña Nieto puso en la SEP a ese fantoche de Chuayffet
para enfrentar a los maestros de la Coordinadora (CNTE) y para demostrar
que no hay fuerza de oposición que valga.
3.
México sigue ocupando uno de los últimos lugares en el mundo, en
lectura, matemáticas, ciencias sociales, pero sobre todo en inversión de
presupuesto educativo. Si en México se está rechazando al 80 por ciento
de los estudiantes en las escuelas públicas, si el porcentaje de
estudiantes egresados en distintos niveles escolares es bajísimo, si el
número de investigadores es ridículo, se debe –como está más que
probado- a que en el país sólo se aplica el cuatro por ciento del PIB a
la educación cuando debería ser el ocho por ciento o más, como en otros
países.
4.
Los únicos culpables del desplome educativo en México son gobierno y
empresarios. Los pobres maestros sólo han servido de “correa de
transmisión” de la ideología y de las órdenes del gobierno; aunque
parezcan muy independientes, la realidad es que más del 60 por ciento
de los maestros no ha sido reflexivo ni crítico de la situación que
viven sus alumnos y los padres de familia y sólo se ha dedicado a
obedecer. Pero esperamos que estos desplantes fascistoides de los
gobernantes los hagan despertar; por aquello de que no hay mal que dure
mil años.
5.
Los más de 300 mil maestros agrupados en la CNTE, desde hace más de 30
años, están luchando por cambiar de raíz esta situación. Han luchado con
mucha consciencia para que los niños pobres de México –que son el 80
por ciento de los que asisten a la escuela pública y gratuita- se
capaciten para evitar que sean explotados y pobres como sus padres. Sin
embargo, por ese hecho de pensar de manera distinta al gobierno y luchar
en consecuencia, ahora el facho Chuayffet –con el apoyo de Peña- los
amenaza. Los maestros enojados preguntan: ¿Cómo responder de la misma
manera?
6.
Apoyemos con toda nuestra consciencia y nuestras batallas a los
maestros de Oaxaca y Guerrero, así como a los de Michoacán, Chiapas, DF,
con todas nuestras fuerzas. No permitamos que esas amenazas se vuelvan
realidad. Sin embargo si los ceses llegaran a registrarse quizá las
batallas suban más de tono y entonces habrá que pasar a otras acciones
contra este gobierno irresponsable. Por ahora sólo nos toca observar,
salir a la calle y solidarizarnos. Que vivan los maestros que hoy están
en la calles manifestándose. Que vivan las luchas clasistas de la CNTE.
(4/IV/13)
Pedro Echeverría V.
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