Escritor y humanista, su últimos años se caracterizaron por una
crítica feroz al neoliberalismo y el capitalismo salvaje. Apoyo con
firmeza la indignación que abocó en las movilizaciones del 15M. El
escritor barcelonés José Luis Sampedro, tenía 96 años de edad.
El humanista falleció la madrugada del domigo al lunes a los 96
años y ya ha sido incinerado. "Quería morir como vivió: discretamente",
explica su entorno. Se distinguió por su defensa de una economía "más
humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de
los pueblos".
Fuente: Agencias
Fuente: Agencias
El escritor, humanista y economista José Luis Sampedro (Barcelona,
1 de febrero de 1917), ha fallecido en la madrugada del día 8 en
Madrid, según informaron a Efe fuentes próximas a la familia. Por
expreso deseo del autor, la noticia de su fallecimiento no se ha
conocido hasta esta mañana porque quería "irse" de "manera sencilla y
sin publicidad", según su viuda Olga Lucas, con la que se había casado
en 2003.
Al escritor de La sonrisa etrusca o La sombra de los días y
académico de la Lengua y uno de los más activos críticos de la actual
situación social y económica le han incinerado la mañana del 9 de abril
en el cementerio de La Almudena en una estricta intimidad.
Sampedro fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras 2011,
y como presidente de la Fundación Cultura de Paz, se sumó en 2011 al
Movimiento 15M. Entre otros, escribió el prólogo de la edición española
del libro "Indignaos" del francés Stéphane Hessel.
Entrevista diario Público
"Esta cultura capitalista de cinco siglos ha agotado ya sus posibilidades"
Este es mi despacho". Se deja caer en su
sillón orejero y se arrima una mesa estrecha. A su izquierda, la
cristalera de un gran balcón ilumina a José Luis Sampedro en una mañana
fría y soleada. Esta mañana se ha levantado removido. Será Madrid, la
ciudad en la que vivió la degradación del país con el franquismo:
demasiado ruido, ajetreo y prisas. Prefiere la tranquilidad de la
capital de la Costa del Sol. Alarga el brazo y saca una tabla roída,
rallada, con los cantos rodados, y suave como la piel curtida. Es la
"tabla del náufrago". Por el aspecto ha debido de salvar a Sampedro en
muchas ocasiones. La coloca sobre la estrecha mesa, se la arrima al
vientre. Sobre ella han corrido las manos del humanista cargadas de
ideas y tinta desde hace décadas. "Tuve una época en que lo intenté con
el ordenador, pero no simpatizamos", elegante, abre con una sonrisa esta
conversación en los días de vaivén.
¿Cómo está viendo la tragedia de Japón?
"Fukushima es el resultado de un exceso de confianza en el ser humano"
Desde luego como una catástrofe
espantosa y como una amenaza extraordinaria. Si sucediera una explosión
estilo Chernóbil, alcanzando a Tokio la radiactividad, sería horrible.
Lo que ha ocurrido en Fukushima es el resultado de un exceso de
confianza en el ser humano. Soy de los que hace años pensábamos que el
desarrollo sostenible es mentira, que lo que llevamos adelante es
insostenible.
¿Por qué seguimos adelante?
Porque los dirigentes están inspirados
en dos ideas: una, la potencia extraordinaria de la técnica. La técnica
ha logrado resultados tan fabulosos, que parecería que podría conseguir
lo que quisiera. Y se piensa que ocurra lo que ocurra la técnica lo
resolverá y que si se agota el petróleo, la técnica sacará, como pensaba
Franco, oro del granito del Escorial. La otra idea es que la religión
nos dice que los humanos tenemos un alma inmortal, que, como dice la
Iglesia católica, el hombre es casi divino porque Dios lo hizo a su
imagen y semejanza. Animado por esa esperanza inmaterial y por una
técnica se cree que se puede hacer lo que quiere.
"Nos están educando al revés: para consumir. La alternativa es educar para ser mejores"
¿Nos hemos creído más de lo que somos?
Nos creemos dioses y hacemos lo que no
podemos hacer, y que si fuésemos racionales no necesitaríamos hacer.
Desde los tiempos de Grecia la humanidad ha progresado técnicamente de
una manera fabulosa, pero no hemos aprendido a vivir en paz, a convivir,
a no matar al vecino. Las palabras favoritas de esta cultura son
productividad, innovación y competitividad. Somos muy poderosos en
técnica y muy ignorantes y faltos de sabiduría. El exceso de ciencia no
está compensado por la manera de usarla.
¿Eso ha pasado con la energía nuclear?
"Han dado la universidad a los financieros y los financieros lo que quieren es ganar dinero"
Eso es lo que pasa con lo nuclear: es
una energía importante, pero no sabemos usarla. Verá, no hemos logrado
con la energía nuclear lo que sí hemos logrado con el petróleo: el
progreso del petróleo es el motor de explosión, pero de la energía
nuclear no hemos inventado el motor de explosión. No dominamos la
técnica nuclear y mientras tanto nos arriesgamos a catástrofes como la
de Japón.
¿Qué le parece la actitud del pueblo japonés?
Me está admirando profundísimamente. Lo
que veo en la televisión, las caras de la gente: no las hay aterradoras,
desesperadas, llorosas. No hay gestos como hemos visto en Haití, muy
comprensibles por otra parte. Pero en Japón hay una serenidad
verdaderamente ejemplar. El civismo japonés debe darnos una lección a
todos. Tengo una admiración profunda por ese pueblo. Cómo se comportan,
cómo cooperan. El pueblo japonés en estos momentos es admirable, como
con frecuencia el pueblo es mucho más admirable que los gobiernos.
"Se han degradado los valores. ¿Cómo puede ser un político imputado un ciudadano modelo?"
¿El progreso nos ha dejado sin control?
Progreso es una palabra que implica un
fin, un objetivo, como en un viaje. ¡Pero aquí no saben dónde van! No
sólo no saben dónde van, lo malo es que ni siquiera saben dónde quieren
ir. Sarkozy, Berlusconi y otros que prefiero no nombrar en castellano y
en inglés no saben lo que quieren. Vivir en paz es un objetivo, pero
para eso deben educarnos y estamos haciendo todo lo contrario.
¿Ante esta catástrofe nos haremos más humanos?
"Cuantas más catástrofes haya, más se desacreditan los que nos conducen a las catástrofes"
Ojalá sirviera al menos para eso, pero
me temo que no, porque estamos muy mal dirigidos. Además, se nos enseña
muy mal. La solución a largo plazo de todo es la educación, la
preparación de los seres humanos. Ahí sí tendríamos que hacer progreso y
desarrollo. Lo primero es que la gente razone y piense por su cuenta.
Nos están educando al revés, nos educan para producir y consumir. Nadie
nos prepara para ser más humanos, para ser mejores. Dicen que no hay
alternativa a este desarrollo, cómo que no: ser mejores en vez de tener
más cosas. La alternativa es educar para ser mejores.
Creo que eso no aparece en ningún plan de estudio.
Verá, la mayoría de las personas no
llegamos a ser lo que podríamos ser. Porque el desarrollo no es ser
tanto o mejor que los otros, sino todo lo que uno pueda llegar a ser.
Casi nadie, yo el primero, llega a todo lo que pueda ser. Todavía soy
aprendiz de mí mismo. Ojalá nos hiciera más humanos esta catástrofe,
para sabernos miembros de la naturaleza y no dioses.
¿Están preparadas las universidades a ello?
Esto que se acaba de implantar, la
universidad con salsa boloñesa, es la muerte de la universidad. La
universidad era un templo de sabiduría. Esto que hacen ahora es una
escuela politécnica. Han dado la universidad a los financieros y los
financieros lo que quieren es ganar dinero. Eso implica que lo que se
enseña es saber hacer cosas, pero no saber cómo son las cosas.
Hemos pasado a hablar de la
cultura como producto, legitimada por su aportación al PIB. Otras
virtudes como la verdad o la belleza han dejado de ser importantes. ¿Qué
le parece?
A eso se responde de una manera: el PIB no es la medida del bienestar.
¿Por qué han cambiado las reivindicaciones y ahora se prioriza la defensa de la libertad al fin de las injusticias?
Siempre que se use la palabra libertad
hay que pensar para quién. La libertad para el pobre quiere decir que no
me opriman. Pero la libertad para el rico es que me dejen las manos
libres, que yo haré lo que me dé la gana y entonces explotaré a quien
haga falta. Cuando me hablan de libertad recuerdo siempre el lema de la
revolución francesa. Le voy a contar algo que explicaba en clase hace
años: la libertad vuela como las cometas. Vuela porque está atada. Usted
coja una cometa y láncela, no vuela. Pero átela una cuerda y entonces
resistirá al viento y subirá. Cuál es la cuerda de la cometa de la
libertad: la igualdad y la fraternidad. Es decir, la libertad
responsable frente a los demás.
¿Por qué no interesan las injusticias?
Porque se han degradado los valores. Al
declarar que todo es mercancía, que todo es dinero, que el PIB y la
cultura son dinero... ¿Qué es la corrupción generalizada? Simplemente
que hay hombres en venta y otros dispuestos a comprarlos. ¿Hay mayor
degradación que esto? Hoy no se respeta nada: hay altos cargos
jactándose de ser imputados y pensando que la gente cree que es un tío
grande porque no lo para nadie. ¿Cómo puede ser un político imputado un
ciudadano modelo?
José Saramago decía que el capitalismo nos había adocenado.
Claro, y qué razón tenía. La democracia
no es el gobierno del pueblo en ningún sitio. ¿Qué se vota? Lo que nos
hacen que votemos. En la infancia, llega un cura y mete en la cabeza
dogmas. Eso empieza a condicionar el pensamiento y el pensamiento debe
ser libre, más que la libertad de expresión. Si con la libertad de
expresión lo que expresa es lo que le dicen que diga, no interesa. Lo
que importa es lo que pensamos.
¿Necesitamos una revolución más que nunca?
Lo que necesitamos es reeducarnos. Puede
que catástrofes como la nuclear induzcan a pensar que lo que estamos
haciendo no está bien. Se censura a los jóvenes porque no tienen sentido
político. No es que pasen, es que quieren otra cosa. Mire usted, que
cambiaremos es seguro. Otro mundo es seguro, la Historia es cambio.
Ahora mismo pasamos por un momento que yo llamo de barbarie porque se
han degradado todos esos valores que comentamos. Es una etapa de
desconcierto hacia otro modelo distinto. Esta cultura capitalista de
cinco siglos ha agotado ya sus posibilidades.
Ya, pero los culpables de la crisis han salido indemnes.
Claro, porque tienen el poder. ¿Qué hace
Europa en estos momentos? Nada. No estamos ya en manos de los
financieros, sino en las tres o cuatro grandes empresas de valoración de
la confianza. ¿Qué han hecho los gobiernos? ¿Han suprimido los paraísos
fiscales? ¿Han corregido la conducta de los bancos? ¡Ni hablar! Los
bancos que crearon la crisis en 2008 hace tiempo que se han repuesto
tranquilamente y anuncian sus beneficios, mientras los parados siguen
parados. Se llamen como se llamen, todos los gobiernos actúan
obedeciendo a los intereses del capital.
¿Qué espera de las generaciones más jóvenes?
He vivido la guerra y después de la
guerra qué había. La ilusión era el bienestar, la ilusión era el
Seiscientos. Pero hoy hay jóvenes con ideales. Que las cosas cambiarán
estoy seguro. Cuantas más catástrofes haya, más se desacreditan los que
nos conducen a las catástrofes. La gente no reacciona contra los
banqueros. Pero el banquero es como el tigre, no es malo, devora porque
es tigre. El banquero se forra contra quien sea porque es banquero, pero
al banquero lo crea la sociedad, lo ensalza la sociedad que tiene como
dios supremo el dinero. No es que sean malos, es que son banqueros
todavía habrá que compadecerlos [ríe].
¿Por qué los gobiernos están degradando la enseñanza pública?
Porque tienen miedo y hacen concesiones a
la Iglesia. Pero a los poderosos, cuantas más concesiones se les hace,
más exigen, son insaciables. Fíjese lo que está haciendo Esperanza
Aguirre con la enseñanza en la Comunidad de Madrid. Lo esencial de la
enseñanza es el profesor y hay que crear profesores, pero claro, para
eso se necesitan apoyos a la escuela. Que se recorten los presupuestos
de enseñanza es un desastre.
¿Cómo ve España después de las próximas elecciones generales?
Me temo que, como siempre, perderá uno
de los dos partidos. El PP si tiene la victoria no se la ha ganado.
Llevan años pidiendo, pero sin decir cómo hacerlo. El señor Rajoy jamás
ha tenido una idea y para una vez que fue al público con un papel
apuntado, le hicieron una pregunta cantada y pactada, y no supo qué
contestar. Rajoy sería hoy el presidente ideal de Europa, porque
entonces Europa no haría absolutamente nada. Me temo que va a ser
derrotado el PSOE, pero seguiremos como hasta ahora porque no cambiarán
las cosas. El PSOE está haciendo programas de la derecha en asuntos como
la educación. Es un gobierno capitalista que depende de los
financieros, como el PP. La diferencia es que el PP se regodeará
apretando los tornillos de la explotación.
¿Cómo es posible que
intelectuales como Vargas Llosa defiendan en su discurso del Nobel la
existencia de las armas de destrucción masiva?
El intelectual, por definición, está en
contra de las autoridades. Entre los economistas hay dos tipos: los que
se dedican a hacer más ricos a los ricos y los que pretendemos hacer
menos pobres a los pobres. Con los intelectuales literarios pasa lo
mismo: los hay que dan la razón al ataque de Irak y los que estamos en
contra. Aquello fue in crimen de lesa humanidad que no ha prescrito.
¿Tiene claras cuáles son las conclusiones de esta crisis?
Le contestaría con una sola palabra:
entropía. Todo lo que nace muere. Cuando nacemos empezamos a morir. Yo
llevo 94 años viviendo, es decir, 94 años muriéndome. Es un proceso
vital. Todos los imperios anteriores entraron en decadencia. ¿Qué duró
el imperio español, cuánto el auge francés, qué queda del imperio
británico, cuánto ha durado el imperio norteamericano? Ya se ha acabado:
EEUU no domina como en 1945. Tiene un Ejército más fuerte, pero no es
el amo del mundo. Ahora tiene en frente a China, Brasil y Rusia.
¿Qué perspectivas hay?
El matemático Poincaré decía: "El caos
es un orden que no conocemos". Pues ahora estamos en un orden que no
conocemos. ¿Y qué perspectivas hay? Pues el próximo orden. ¿Cómo será?
No lo sé. Tengo mis ideas, pero no lo sé.
Maravilloso.
¿El orden?
No, usted.
Vía:
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/52970-muri%C3%B3-jos%C3%A9-luis-sampedro-fue-un-indignado-hasta-el-final.html
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/52970-muri%C3%B3-jos%C3%A9-luis-sampedro-fue-un-indignado-hasta-el-final.html
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