lunes, 4 de marzo de 2013

Argentina: Estafa de Estado ...por Alfredo Grande


“En una cultura no represora, lo mejor no es enemigo de lo bueno.
El único enemigo de lo bueno es lo peor”. (aforismo implicado)

“APEMIA llama a repudiar enérgicamente esta iniciativa del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que se presenta como un aporte al esclarecimiento del crimen de nuestros familiares, cuando constituye una nueva estafa al reclamo de verdad, juicio y castigo a los culpables. Exigimos una Comisión Investigadora Independiente del Estado, constituida por reconocidas figuras nacionales e internacionales, con las más amplias representaciones políticas, parlamentarias, sociales y de los organismos de derechos humanos, que tenga acceso irrestricto a los archivos secretos, como única salida para conocer la verdad e impulsar el juicio y castigo a todos los culpables. Solicitamos a la República de Irán su colaboración para abrir sus propios archivos, tal como lo han manifestado en el pasado. 27 de enero de 2013”
(APe).- Hace muchos años, cuando la infancia nada sabía de plazas enrejadas, y la electrónica estaba ajena a la vida cotidiana, la calesita era un entretenimiento muy buscado. La calesita podía ser pensada como una metáfora de la historia y del mito del eterno retorno. Con ritmo lento, todo llegaba al lugar de donde había partido, pero de lo que se trataba no era del destino, sino de la travesía. No era un viaje pero al menos era un recorrido. Alegre, entusiasta, con algún riesgo incluido como cambiar imprevistamente de un elefante a un carruaje y de este a un caballo. Lo único que alteraba esa armonía divertida era la sortija. Porque ésta se ofrecía esquiva, movediza, imprevista y sólo uno (en esa época no se aclaraba uno o una) tendría el privilegio de sacarla y por lo tanto obtener el derecho de no pagar la próxima vuelta. Eran minutos de lo que luego se llamó capitalismo salvaje. La propiedad privada de la sortija era del calesitero pero era tercerizada en cada vuelta. Se suponía que al más hábil, al más fuerte, al más atrevido, pero al menos el más en algo.
El momento de fama era sacarla y mostrarla triunfal por el tiempo restante de la vuelta. Que en esas épocas era mucho, porque la vida todavía era “off line”. Mis recuerdos lejanos con la bruma inevitable de los años, me trae la imagen de mi hermana feliz de haber sacado la movediza sortija. Felicidad que se transformó en llanto cuando observó que la tía le daba al calisetero un boleto con el cual pagaba la entrega de la sortija. Recuerdo que me indigné con mi tía, haciéndola responsable (en esa época no existía el dolo eventual) de ilusionar primero y defraudar después (no entiendo en realidad como mi tía no hizo una brillante carrera política).
El regreso de la plaza Irlanda (por fin recordé su nombre) fue sin gloria alguna. Angustiados, amargados, desilusionados, aunque obviamente no podíamos saber que habíamos presenciado una muestra de subsidio encubierto. O en otros términos: el efecto subjetivo de la estafa. Para niñas y niños, la familia es el Estado. Lamentablemente, para muchos padres y madres el Estado es la Familia. La Gran Familia. “Unidad de la Familia, Grandeza de la Patria” reza (sic) uno de los tantos apotegmas represores. Mi hermana sintió tempranamente los efectos subjetivos de la estafa: sorpresa, angustia, desilusión, humillación. El estafado es una víctima que no entiende bien la psicología del victimario-estafador. Hay muchas razones que el corazón no entiende y la Sagrada Familia y la Razón de Estado son la tierra donde se cultiva con ideas transgénicas lo que luego se llamará “gobernabilidad”. Que no es otra cosa que reinar con la apariencia de gobernar.
Por supuesto que el arte del encubrimiento denomina “Presidencialismo” a los diferentes Reinados que en esta tierra han sido. “Nuestra” Máxima Zorroguieta, con el per saltum que todo matrimonio por interés permite, consumó el delirio y será Reina. Violencia de Género, en este caso del “género ciudadano” pero a nadie, y mucho menos a ella, le importa. Después de todo, hay bien aunque por violencia venga. Reinar supone dividir y por lo tanto, se opone a gobernar, que implica sumar. No la suma de bobos y perversos que colocan en el mismo corral gallinas y zorros, pueblos originarios y megamineras. Sumar, multiplicar, potenciar, son operación del álgebra política que permite pasar de lo grupal a lo colectivo. Entendiendo al colectivo como un grupo con una estrategia de poder.  Para aumentar nuestras desgracias, las derechas  (de centro, de costado, de extremos, fascistas) han entendido bien esta cuestión, y construyen colectivos represores. Freud los llamó “masas artificiales”. O sea: masas porque son una multiplicidad de individuos pero artificiales porque están todos cortados por la misma tijera represora. Y escribió sobre dos Masas Artificiales emblemáticas: la Iglesia y el Ejército. Y aclara algo que habitualmente no se toma en cuenta. Iglesia Católica Apostólica Romana y Ejército Prusiano. Bien le hubiera hecho a Benedicto leer algo de esto. Ahora sólo puede expresar que ojalá Dios salve a la Iglesia. La última paradoja porque en el origen la Iglesia debía salvar a Dios. Al menos creo que ésa era la convicción de Pedro. Las Masas Artificiales llevan al extremo límite su Estafa Fundante en la Guerra. Convocada desde múltiples discursos justificatorios. Preventiva, sucia, limpia, santa, civilizatoria, emancipadora, defensiva, etc, etc. Menos con el adjetivo que más le cabe: de conquista. De nuevas tierras, de nuevos recursos energéticos, de nueva mano de obra esclava, de mercados emergentes. Conquistar es Estafar un poco. Bueno, en realidad, es estafar bastante.
Conquistar en democracia tiene un valor agregado: es una conquista legal. Se llama votación. Y entonces como es legal, para la cultura represora aún la más democrática, pasa a ser legítima. El 54% legitima todo porque es legal. Para las derechas es vital confundir legalidad con legitimidad. El Servicio Militar Obligatorio era legal, por ley democrática. Pero su ilegitimidad sólo fue denunciada por Eduardo Pimental, fundador del FOSMO (Frente Opositor del Servicio Militar Obligatorio) en la década del 80. En otros términos: la legalidad encubre la estafa a la legitimidad. Por eso el reclamos permanente de que hable la justicia cuando hay causas contra los funcionarios. Porque esa Justicia, la que pide el funcionariato, es un muñeco ridículo hablado por el ventrílocuo del Poder. Y como tantas veces en la vida, debemos elegir, más allá de toda duda razonable, a quien escuchamos. Si a la Justicia Chirolita o a la Justicia Popular. Y resistir con la pluma, con la risa y la palabra los permanentes intentos de los soldados de la cultura represora de confundir justicia popular con venganza. Confusión nada ingenua y que nos habla del ataque de pánico que sufre el Poder cuando algo pasa más allá de su control aéreo, terrestre, marítimo y digital.
Cuando se enfatiza con justa razón que sólo la movilización popular garantiza justicia, por ejemplo, por el asesinato de Mariano Ferreyra, es una forma de expresar lo mismo: el pueblo unido podrá ser vencido pero no convencido. Más temprano que tarde, volverá y será millones. Pero no volverá siempre de la misma manera. Volverá sin ninguna frente marchita, y sabrá diferenciar la Promesa de la Estafa. Ninguna sangre será negociada, y mucho menos cotizará en los Casinos del capitalismo, que algunos llaman Bolsa. En una fiesta electrónica (¿que será eso exactamente?) mueren dos personas. En una masacre no electrónica mueren 52. Otra Estafa de Estado que algunos llaman Subsidios. En un memorando de entendimiento que no se entiende, se borra con el codo lo que ya se había borrado con las manos y desaparece toda conexión local.
O sea: no se habla más de la soga en la casa del ahorcado. Milagro de impunidad. Las organizaciones de consumidores que evidencian la estafa de los índices inflacionarios del INDEK, son silenciadas. Pero se hace un pacto con las cinco grandes del malhumor del consumidor para soterrar los precios (otros soterramientos deberán esperar un poco más) Es una confesión de parte (de parte del Estado) pero no aceptemos el relevo de prueba.
Por eso la situación se ha hecho sencilla. Me propongo crear un Test de Aptitud Democrática (TAD) Primeras preguntas:
1) A quién le cree: ¿a Maria Luján Rey o a Pablo Schiavi?
2) A quien le cree:¿ a Laura Guinsberg o a Héctor Timerman?
3) A quien le cree: ¿a Héctor Polino o a Guillermo Moreno?.
Es simple, es claro (aunque use movistar). El TAD intentará diferenciar la Estafa Democrática de la Democracia Popular. “Frente al graves incumplimientos del Contrato de Gestión Social para Recuperación de Residuos Reciclables que perjudican a más de 4000 trabajadores cartoneros, beneficia a los intermediarios-explotadores, atenta contra la reducción del enterramiento y agrava la crisis ambiental del Área Metropolitana de Buenos Aires, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) convoca para mañana miércoles a partir de las 15hs a una jornada de protesta con manifestaciones simultaneas en tres puntos: Puente Alsina, Puente Pueyrredón y Libertador y General Paz.
Intentaremos minimizar las molestias de los vecinos y los perjuicios al tránsito Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) ¡Ni Esclavos Ni Excluidos!”.
Estos documentos serán anexos al TAD. La Estafa de Estado solo podrá ser derrotada en una alianza colectiva y estratégica entre la izquierda clasista, la izquierda no clasista, con una contundente praxis anticapitalista y democrática. Enfrentar a los monopolios desde la defensa de un capitalismo serio, es una estafa cultural y política que ha durado demasiado y lo que es peor, puede seguir durando. Tomando las palabras de los compañeros del MTE: “ni esclavos, ni excluídos, ni estafados”. Ni por tías, ni por el Estado. Que no es lo mismo, pero es igual.


Vía:  

 http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7654:alfredo-grande&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106

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