En entrevista a Semana.com, el consejero mayor de la ONIC manifestó que tanto el conflicto armado como las políticas de desarrollo han impactado en los territorios y la vida de los pueblos indígenas.
“Las peores guerras y armas de destrucción y exterminio de los pueblos indígenas en Colombia son el hambre y la desnutrición. Parece que hubiera una estrategia deliberada de condenar a los pueblos indígenas a estas situaciones para que se exterminen. La desnutrición es un problema de salud pública. Si las personas sufren desnutrición no podrán tener la posibilidad de desarrollarse física y sicológicamente. Sin comida, para qué educación y un territorio.
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