Esta situación da cuenta de lo viciado que está nuestro sistema
democrático, en que lejos de abrir espacios, se vuelven a cerrar. Este
es un gran paso para la dictadura y la violencia, un retroceso para la
humanidad, una vergüenza para Chile.
Sin dirigentes,
solo la bella gente con ansias de defender nuevamente una Patagonia sin
represas. Manifestarse contra Hidroaysén, un proyecto energético
viciado, lleno de irregularidades y que pese a todas las denuncias y el
clamor ciudadano, ha seguido avanzando con el triste y cerrado apoyo del
gobierno.
Nuevamente la Plaza de Armas alojó la
energía del rechazo a un megaproyecto energético que pone en peligro
todo el territorio que está al sur de Chile, hasta la Patagonia, y a eso
de las 20 hrs, alguien lanzó un tremendo “¡Patagoniaaaa!”, levantándose
el clamor ciudadano al responder “¡sin represas!” Así comenzaba una
nueva manifestación contra el nefasto Hidroaysén.
Al igual que la semana anterior, la
manifestación pretendía caminar por el Paseo Ahumada, pasar por la
Alameda y llegar a la Casa de Gobierno. Pero esta democracia ha dado un
paso para atrás, ha retrocedido y los ínfimos espacios que existían, al
menos para manifestarse caminando por el Paseo Peatonal, se han perdido.
Fuerzas Especiales y Carabineros de
Chile cortaron la vía peatonal con vallas papales y con decenas de estos
funcionarios que se apostaron a bloquear el caminar de la gente común y
corriente, antes que la marcha avanzara. A todos se les prohibía el
paso, no solo a los manifestantes, también a los vendedores ambulantes, a
los que andaban comprando e incluso, a los evangélicos que pasaban a
predicar a la Plaza Principal.
La gente, tras unos minutos de creativos
cánticos, jóvenes en su mayoría, con muy pocos lienzos y varios con
bicicletas, comenzó a caminar hacia el Paseo. El bloqueo de Carabineros a
su vez provocó que los manifestantes cortaran la calle Compañía de
Jesús. Era la excusa que necesitaba Carabineros para iniciar su acción.
Así comenzó una brutal intimidación: Carro lanzaaguas y lanzagases
comenzaron a avanzar con esos estruendosos motores y se apostaron frente
a la gente, justo donde termina la Plaza. Tras unos minutos, docenas de
motocicletas verdes entraron por el otro lado de la Plaza de Armas con
sus verdes cascos y sus intimidadoras luces, apostándose atrás de la
gente, frente al Guanaco y el lanzagases. La gente quedó entre policías
con el condimento de la filmación que hacía uno de los Carabineros que
parecía no cometer acción represora alguna. Pero todo lo contrario, con
ello analizan el procedimiento para "mejorarlo".
Una brutal encerrona que buscaba
intimidar la manifestación que quedó entrampada más de media hora en el
bloqueo que impuso Carabineros en la Plaza de Armas. Simplemente, no
había manera de moverse, pese a que por un megáfono un Carabinero
balbuceaba que la marcha no estaba autorizada y que por lo tanto iban a
utilizar los métodos para disiparla. ¿Qué marcha? Si caminábamos por un
Paseo Peatonal. ¿Qué más nos queda entonces?
Esta situación da cuenta de lo viciado
que está nuestro sistema democrático, en que lejos de abrir espacios, se
vuelven a cerrar. Este es un gran paso para la dictadura y la
violencia, un retroceso para la humanidad, una vergüenza para Chile.
Vìa,fuente:
http://www.kaosenlared.net
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