1. Escribe con razón el profesor y articulista Rodríguez Araujo: “Es
un error decir que si el PRI gana la Presidencia de la República sería
como regresar a los nefastos tiempos del pasado. Esto es un invento de
ignorantes o de quienes quieren convertir al PRI en el petate del muerto
para justificar sus intentos de aliarse con el Partido Acción Nacional
que, por cierto, está en su peor momento desde que se apropió la
Presidencia de la República”. Estoy de acuerdo en que tramposamente se
creado un espantajo, así como con los juicios del profesor Rodríguez en
el sentido de que el PRI y el PAN no son los mismos porque uno es
heredero de la Revolución y del llamado “nacionalismo revolucionario” y
el otro (el PAN) nació para combatir las nacionalizaciones, al Estado,
así como para defender la propiedad privada y la iglesia católica. Sin
embargo en 1982, con la implantación del neoliberalismo, el PRI y el PAN
se hermanan y unen estrechamente en la derecha.
2. A principios de los sesenta, cuando el priísta López Mateos inició
su gobierno (1958-64) -a pesar de la brutal represión que desató contra
los obreros ferrocarrileros y los maestros othonistas- veíamos desde la
izquierda a un PRI “nacionalista” que “repartía tierras”, apoyaba
totalmente la escuela pública, tenía en buenas condiciones al IMSS y
recién fundaba el ISSSTE (1960); fue el único que no votó contra Cuba en
la OEA y, sin ser títere- tenía una relación de asociación y
competencia frente al gobierno de los EEUU. Luego vendrían los gobiernos
de Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo, también del PRI, que
continuaron más o menos con la misma línea “nacionalista” e
internacional, a pesar de ser responsables de la represión de 1968,
1971, al movimiento obrero y campesino. Se decía entonces “luz en la
calle y oscuridad en la casa”, pero México tenía entonces mucha
presencia exterior y, a pesar de las devaluaciones, la inversión
social fue alta.
3. Desde los cientos de grupos y pequeños partidos de la izquierda
radical combatimos siempre a los gobiernos del PRI, sobre todo por la
represión que desataban contra el movimiento obrero, campesino y
estudiantil. Del PAN nunca supimos nada ni nos preocupó porque era poco
menos que inexistente en el país, sus posiciones eran totalmente
derechistas, empresariales y clericales. Vivía -como un partido de
presión- de los subsidios que recibía del gobierno y de las donaciones
de empresarios. Llegó a obtener en cada trienio dos o tres diputados,
hasta alcanzar 20 de aquellos “de partido” que el gobierno regalaba al
PAN, PPS y PARM. De ser fundado en 1939, tuvo que pasar más de 45 años
para que con la implantación del neoliberalismo y la presencia de Carlos
Salinas, el PAN obtuviera su primera gubernatura, algunos diputados
más, así como presidencias municipales. Nunca estuvo en alguna lucha
obrera, campesina o estudiantil.
4. Hasta 1982 se consideró al PRI como un partido de “Centro” que
supo jugar muy bien, incluso manipular, a las organizaciones electorales
de derechistas, por un lado, y de centro izquierda por otro: unas veces
apoyaba a Cuba y criticaba fuerte a los EEUU y otras veces hacía lo
contrario; unas veces aprobaba ayudas a los campesinos y obreros y en
otras ocasiones los reprimía. Más aún, algunos estudiosos de la
izquierda europea y de los EEUU decían no comprender el régimen político
mexicano que, a pesar de ser gobernado durante 50 años por un partido,
seguía hablando de revolución viva, de revolución hacia adelante,
libertad, justicia y democracia. La realidad es que Brasil, México y
Argentina eran los países con más presencia política en América por las
posiciones de relativa independencia que mantenían frente a los EEUU. El
endeudamiento, la migración, el desempleo, el trabajo informal estaban
presentes, pero no tan extendida.
5. El año de 1982 fue determinante en el cambio de la economía, de la
política, de la dependencia hacia los EEUU. La economía mexicana se
desplomó al finalizar el gobierno de López Portillo, asumió el gobierno
De la Madrid con todo el apoyo y las exigencias del FMI y del gobierno
yanqui. Desde entonces –después de firmarse la “carta de intención”-
ningún plan económico, distribución del presupuesto, aplicación de
gastos sociales y demás ha podido hacer el gobierno mexicano sin la
intervención del FMI y de los EEUU. En 1982 quedamos totalmente atados
–con nuestra firma- a la vigilancia de EEUU y a sus exigencias de
privatización y adelgazamiento del Estado. En política el gobierno
mexicano se vio obligado a un total alineamiento a las políticas de los
EEUU en México, América y en el mundo. Nuestro país no solo dejó de ser
un hermano importante en América Latina sino que es considerado un
simple instrumento de EEUU.
6. Los gobiernos sexenales panistas de Fox y Calderón (2000-2012)
fueron o han sido la continuidad de los gobiernos priístas de De la
Madrid, Salinas y Zedillo (1982-2000), y no pudo ser de otra manera
puesto que ambos partidos políticos obedecen a la misma ideología e
intereses. Las historias del PRI y del PAN, que en décadas pasadas
tuvieron diferencias marcadas entre “nacionalistas” y “liberales”,
quedaron atrás porque las ideologías y prácticas de esos partidos se
identificaron plenamente con la implantación del neoliberalismo en 1982.
¿Cómo entonces se puede apoyar al PAN o al PRI si durante sus
respectivos gobiernos sólo apoyaron el mayor enriquecimiento de los
grandes empresarios y el de ellos mismos? ¿Cómo apoyarlos si durante
todas esas décadas de dominación de esos partidos la población se hizo
más pobre y miserable? Así que no nos dejemos engañar y ser victimas de
sus manipulaciones.
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