1. El director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(Cisen), Guillermo Valdés, para demostrar al gobierno y a los
empresarios –a toda la clase dominante- que es un jefe de seguridad e
inteligencia de alto nivel, en una ponencia hizo un recuento acerca de
las “amenazas a la seguridad nacional” que, según él, ponen en peligro a
México: la delincuencia organizada, el terrorismo, los grupos armados
como el EPR, la ciberseguridad, ‘que es un tema de creciente
preocupación’; así también la corrupción en el ejército, la policía,
Pemex, los ninis, los grupos antisistema y violentos, la migración y el
entorno regional internacional. Al parecer no se le escapó nada, pero se
le olvidó incluir a otros descontentos por hambre y miseria: a los
campesinos, los obreros, los colonos, los sin trabajo, los marginados,
los hambrientos y muchos más mexicanos.
2. Porque en México el 80 por ciento de sus habitantes (aunque no ha
podido organizar sus protestas) está descontento por su pobreza, miseria
y opresión, también en el ejército (tal como ha reconocido el jefe del
Cisen) por la gran corrupción que se ha extendido en su interior. Así
que el Cisen no la tiene fácil al desconfiar de todos; pero tampoco
nosotros –clase trabajadora, clase media, periodistas- la tenemos fácil
porque en cualquier momento nos levantan en la calle con cualquier
pretexto o invaden nuestro domicilio con las acusaciones que ellos muy
fácilmente quisieran inventarnos, tal como pertenecer a la “delincuencia
organizada, a los cibernautas, al EPR o a los ninis (ni estudias ni
trabajas) Al parecer todos los habitantes somos “un peligro potencial
para el gobierno de México” porque no aceptan que ese mismo gobierno ha
profundizado la ruina del país.
3. El Cisen fue creado por el terrible cerebro de Carlos Salinas en
febrero de1989 con el fin de apuntalar el gobierno que se sentía abatido
por una fuerte oposición cardenista en las calles. Apareció el Cisen
cuando el movimiento magisterial contra el cacique Jongitud Barrios
comenzaba a crecer y las protestas de petroleros contra “El quinazo”, es
decir, el encarcelamiento en enero de su líder Joaquín (La Quina)
Hernández, subían de tono. Así que este órgano de inteligencia (como la
CIA yanqui) es el que se encarga de reunir datos de los “enemigos del
Estado” y de “recomendar” el castigo correspondiente. Su director
fundador fue el ex gobernador morelense Carrillo Olea, que desde hace
años publica artículos “inteligentes” en La Jornada. Lo que sucede es
que el Cisen, aunque fuera un órgano de “inteligencia” como la CIA, no
puede olvidarse que es la policía del Estado, que está el servicio de
él, y su “inteligencia” jamás podrá ser
neutral.
4. Según organismos internacionales como la ONU, Amnistía
Internacional, Américan Human Rights Watch, México está entre los
últimos lugares en respeto a los derechos humanos. Por ejemplo, se
publicó hoy en La Jornada que el subcomisario de la Policía
Metropolitana de Londres (Scotland Yard), John Yates, presentó su
dimisión apenas un día después de que lo hiciera su jefe, Paul
Stephenson, tras verse salpicado por el escándalo de las escuchas
ilegales del tabloide "News of the World”. En México nada de esto sucede
a pesar que el Cisen –como se ha publicado en varios medios- siempre
está colgado de los cables telefónicos y en la revisión de los Ciber en
nombre de la seguridad nacional y aquí nadie renuncia porque nadie se
queja o protesta. Se olvida que también la policía política debe contar
con reglas que partan del respeto a las libertades de la población y de
los ciudadanos.
5. El Cisen, como órgano policiaco de inteligencia, conoce
perfectamente las condiciones en vive el pueblo mexicano: La pobreza, el
desempleo, el trabajo informal,
la migración, los llamados ninis. Ese órgano de seguridad, conoce bien lo que sucede y las reacciones desesperadas que provoca en el pueblo por esa situación tan difícil que vive. Pero a los miembros del Cisen los han entrenado a no hacer caso a las realidades objetivas, mucho menos a sus sentimientos, y a no olvidar que están al servicio del Estado y de su gobierno. Imaginen nada más lo que pasaría si todos los inteligentes fueran independientes y conocieran la realidad en que vive el mundo y México en particular. Ninguna injusticia se registraría porque todos ellos estarían con la mayoría de la población pobre y oprimida. Imaginen que el Cisen, al conocer muy bien la realidad, en vez de trabajar para la represión trabajara junto al pueblo para la liberación nacional.
la migración, los llamados ninis. Ese órgano de seguridad, conoce bien lo que sucede y las reacciones desesperadas que provoca en el pueblo por esa situación tan difícil que vive. Pero a los miembros del Cisen los han entrenado a no hacer caso a las realidades objetivas, mucho menos a sus sentimientos, y a no olvidar que están al servicio del Estado y de su gobierno. Imaginen nada más lo que pasaría si todos los inteligentes fueran independientes y conocieran la realidad en que vive el mundo y México en particular. Ninguna injusticia se registraría porque todos ellos estarían con la mayoría de la población pobre y oprimida. Imaginen que el Cisen, al conocer muy bien la realidad, en vez de trabajar para la represión trabajara junto al pueblo para la liberación nacional.
6. Lo que sucede es que todos los policías del mundo tienen la
obligación –y para eso fueron contratados y reciben un ingreso- de
cuidar los intereses del Estado y de los gobiernos en turno. El México
son muchos los cuerpos policiacos, del ejército, la marina y la
aviación, que conforman el poderoso aparato represivo: los datos hablan
de más de casi un millón de miembros de las “fuerzas del orden”
distribuidos en todo el país. ¿Qué pasaría si esas fuerzas de policías y
militares usaran un día su inteligencia, vieran con claridad y honradez
que, al contrario de reprimir las luchas de los pueblos miserables y
hambrientos, estuvieran dispuestas a solidarizarse con las mayoría
oprimidas de la población. La realidad es que no sería solamente un
ejemplo para México sino para todo el mundo que vería que la fuerzas
armadas sí son patriotas porque antes de obedecer a gobiernos corruptos
que desgracian al país, se suman a los pueblos en sus luchas.
7. Así que el Cisen, en lugar de estar buscando “sectores peligrosos”
a los intereses del gobierno, debería usar su inteligencia y sus
investigaciones para meditar en los grandes problemas del país que no
son entre policías, ejército y pueblo, sino entre una minoría de
familias que lo tienen todo y una inmensa mayoría que trabaja, produce
enormes riquezas y no tiene nada. Sabe el Cisen que mientras más pobre
esté la población más levantamientos habrán y las muertes (como las 50
mil que hoy se registran y las más de 10 mil narcofosas) sólo servirán
para hacer más grande el descontento. Si al pueblo se le pide que
colabore en la construcción de la paz en México, habría que decir lo
mismo a los gobiernos y las clases dominantes; no roben, no mientan, no
se hagan más corruptos porque en cualquier día la población que ahora
persiguen podrá levantarse sin medir las consecuencias.
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