Periódico La Jornada
No hay duda de que los precios de los productos
primarios se volvieron más volátiles en la década pasada; eso se hizo
evidente sobre todo tras la crisis financiera de 2008, cuando las
expectativas de un colapso en la demanda causaron que los precios de las
materias primas se desplomaran. Su recuperación ha sido igual de
dramática y refleja varios factores, entre ellos una mayor participación
de las finanzas globales en los mercados de productos primarios y en el
repunte en la demanda de materiales de construcción y bienes
manufactureros. Esta volatilidad tiene implicaciones en términos de
comercio –es decir, en la proporción entre precios de exportaciones e
importaciones– tanto en países exportadores como importadores de esos
productos.
Para los importadores, las proporciones en los términos de comercio
parecen tener una relación inversa con los precios de los productos
primarios duros. Por ejemplo, cuando las materias primas suben, la
proporción desciende a medida que las importaciones encarecen frente a
las exportaciones. Cuando los precios caen ocurre al contrario. Hay
indicios de este fenómeno en Alemania, EU y China, tres de los mayores
importadores de productos primarios. Al desplomarse los precios a
finales de 2008 y principios de 2009, las proporciones en términos de
comercio en estos países se elevaron. En EU, los términos de comercio
llegaron a un nivel que no se veía desde 2004, en tanto en Alemania la
proporción tocó su punto más alto en cuatro años.Al elevarse de nuevo los precios de los productos primarios –sin considerar el bajón de principios de mayo–, los términos de comercio de los tres países han vuelto a caer. En China cayeron 23% desde el primer trimestre de 2009; en EU y Alemania, 5%. Que estos dos últimos hayan experimentado perturbaciones mucho más pequeñas en los términos de comercio que China es consistente con sus etapas más avanzadas de desarrollo. Las economías de ambos son más diversificadas, y sus actividades económicas tienden a estar más arriba en la cadena de valor, lo cual aleja a los productores de las perturbaciones en los precios de los productos primarios.
En contraste, para los exportadores de esos productos, tanto en mercados emergentes como en el mundo desarrollado, las proporciones en los términos de comercio parecen moverse al unísono con los precios de los productos primarios. Países como Australia, Noruega, Brasil, Rusia y Nigeria han tenido grandes incrementos en sus proporciones de términos de comercio de 2009 en adelante. Brasil, en particular, ha estado bien ubicado para beneficiarse de los aumentos de precios en una gama de productos primarios blandos y duros. Ha aprovechado un alza meteórica en sus términos de comercio: un incremento de 30% desde principios de 2009.
Implicaciones
¿Qué significan estos movimientos en la costeabilidad de
las importaciones para las estadísticas de la balanza de pagos? Para ver
esto, considérese el caso de China. Es el cuarto productor mundial de
petróleo y el primero de carbón, cobre y aluminio. Sin embargo, en su
mayor parte el consumo interno de esos productos rebasa su producción
actual, por lo cual debe pagar a fuentes externas por cantidades
significativas de productos primarios duros. Al elevarse los precios, el
valor de las importaciones (si lo demás se mantiene constante) rebasa
al de las exportaciones. Los importadores chinos pueden mitigar estos
efectos reduciendo las reservas de materias primas cuando los precios se
elevan, en vez de pagar precios más altos, como de hecho parece haber
ocurrido en los primeros cuatro meses de este año, cuando las
importaciones chinas de cobre se derrumbaron. Con todo, es sólo un
arreglo temporal. El efecto final del alza de precios de los productos
primarios sería que el superávit comercial de China se estrechara a
medida que los valores de las importaciones se elevaran a una tasa más
rápida que los de las exportaciones, puesto que los datos de la balanza
de pagos miden el valor del comercio, no el volumen.
Movimiento en el área de contenedores del puerto de Yangshan, frente a la costa
de Shanghai ,
el pasado jueves. Foto Reuters
Hasta cierto punto ocurre lo mismo con Alemania y EU, donde el fuerte crecimiento en los valores de las importaciones ha anulado notables desempeños exportadores. En EU, el valor de las importaciones ha crecido 32% desde el primer trimestre de 2009, mientras en Alemania se ha elevado 33%. Pero estas alzas no son causadas por un aumento en la demanda de consumidores; en ese periodo, el consumo privado real de Alemania de hecho ha caído 1%, en tanto en EU se ha elevado apenas 3%. Como en China, en un escenario de precios constantes estimamos que el superávit comercial de Alemania habría sido de unos 9 mil mdd más en promedio en cada trimestre del año pasado. En EU, el impacto en la balanza de pagos es menos claro, tal vez porque las importaciones han crecido con mayor fuerza que las exportaciones, aun en términos reales.
Lo anterior sugiere que los precios de los productos primarios crean la ilusión de que los desequilibrios globales se reducen. En realidad, pese a las quejas de los economistas sobre los papeles respectivos de los consumidores en EU y los exportadores en China en cuanto a sostener los desequilibrios globales, es probable que los altos precios de los productos primarios en realidad hayan disfrazado temporalmente desequilibrios aún más pronunciados. Pronosticamos que los precios de esos productos continuarán cayendo este año y el próximo, aunque tal vez no en forma tan dramática como en las semanas recientes. Si lo demás permanece constante, esto haría que la balanza comercial china se moviera más hacia el superávit en el resto del año, siempre que sus importaciones de productos primarios no aumenten demasiado en volumen. Los esfuerzos del gobierno chino por enfriar la economía del país, y nuestra previsión de un menor crecimiento del PIB chino en este año, sugieren que la demanda de hecho disminuirá. Si bien las caídas de precios, en particular los del petróleo, pueden contribuir a reducir el déficit comercial de EU, sería en una proporción menor de la que cabe esperar que se eleve el superávit chino, dado el apetito de materias primas en el país asiático. En otras palabras, los descensos en los precios de los productos primarios podrían conducir a ensanchar los desequilibrios mundiales más importantes en los meses por venir.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya
Vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/06/07/economia/028n1eco
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