Francia reconoce que los bombardeos en Libia no están avalados por la ONU
El Ministro de Defensa francés, Gerard Longuet, manifestó que
"seguramente" la coalición se está excediendo en la aplicación de la
resolución 1973 de las Naciones Unidas contra Libia, pero eso no quita
el hecho de que su Gobierno se muestre partidario de la ofensiva militar
contra Gadafi. La declaración de Longet fue hecha después de que los
gobiernos de EEUU, Francia y el Reino Unido dijeran que no se puede
imaginar un futuro con Muamar Gadafi. El ministro francés agregó que
Rusia, China o Brasil, países que se muestran contrarios a los
bombardeos, "naturalmente arrastrarán los pies”, dijo textualmente. Sin
embargo, en su juego diplomático no hizo alusión a Alemania, país socio
estratégico de Francia que también está en contra de los bombardeos.
Longuet continuó preguntándose "¿Qué país puede reconocer que un jefe de
Estado solucione sus problemas disparando contra su población?" Y luego
expresó su deseo de que junto a la acción militar haya una apertura
política y los libios imaginen un futuro sin Gadafi.
Las revueltas en Bahrein ya casi silenciadas en los medios internacionales
Las grandes potencias apoyan dictaduras como las de Bahrein y Yemen.
Este hecho contrasta con su posición frente a otros países como Libia.
Estados Unidos como principal potencia mundial no quiere que países
aliados en su política geoestratégica en el Golfo Pérsico se vengan
abajo, a pesar de que en esos países la sociedad civil vive reprimida
por cruentas dictaduras. Por este motivo, el poder mediático desde hace
semanas ha bajado significativamente el nivel de información que ofrecen
sobre las revueltas pacíficas, que están siendo reprimidas por fuerzas
militares conjuntas de las dictaduras de la zona. Con la mano ancha
internacional el régimen quiso ilegalizar a los dos principales partidos
de la oposición de la mayoría chiíta del país. Pero este viernes parece
haber revocado esa decisión. La monarquía sunnita acusa a los dos
partidos, El-Wefaq y a Acción Islámica, de "emprender actividades que
afectaron la paz social, la unidad nacional e incitaron al irrespeto de
las instituciones constitucionales", dado que pedían instaurar un
sistema parlamentario. Durante las protestas, los chiitas inicialmente
reclamaron la renuncia del Gobierno y el establecimiento de una
monarquía constitucional que permitiera elegir al primer ministro, que
es designado por el rey y miembro de su familia. Sin embargo, ante la
represión policial que causó al menos 24 muertos y cientos de heridos,
las reivindicaciones se radicalizaron al punto de pretender la caída del
régimen monárquico de los Al Khalifa, que gobiernan esta isla del Golfo
Pérsico desde hace más de 200 años. La ola de protestas fue sofocada
con severidad por el régimen, tras decretar el estado de emergencia por
tres meses, imponer el toque de queda en la capital y solicitar la
intervención de mil 500 soldados y policías de Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos y Kuwait.
Motín militar en Burkina Faso
El Presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, abandonó la capital,
Uagadugú, debido al movimiento registrado en varios cuarteles. El motín
comenzó el jueves por la noche en el palacio presidencial de la capital,
donde reside el mandatario, que dirige el país desde hace 24 años.
Según un oficial del regimiento presidencial, los soldados dispararon al
aire en protesta por el incumplimiento de la promesa de ayuda para unas
viviendas. A fines de marzo, otros militares tomaron cuarteles de
varias ciudades del país, incluyendo Uagadugú, dispararon al aire en las
calles y saquearon comercios. Después de estos incidentes, el
presidente Compaoré se reunió con todos los militares, desde simples
soldados rasos a generales, y luego comunicó el fin de la crisis en
Burkina Faso.
Desde las revueltas árabes China detuvo al menos a 54 disidentes
Las autoridades chinas detuvieron nuevamente a activistas de defensa
de los derechos humanos llevando la cantidad de personas arrestadas
desde que comenzaron las revueltas en los países árabes a 54, en una
severa campaña para acallar a los opositores al gobierno, según anunció
el viernes una ONG. Entre las últimas detenciones figuran las de Ni
Yulan, célebre por su combate a favor de los expulsados, y su marido
Dong Jiqin, afirmó el Centro de Información de Derechos Humanos y
Democracia, con sede en Hong Kong. Ni, que se desplaza en silla de
ruedas desde un anterior arresto, fue detenida el 7 de abril en Pekín
por "perturbar el orden público" y Dong desapareció tras ser llevado por
la policía. La policía de Pekín aseguró no estar al tanto de estos
arrestos. Los recientes llamamientos para manifestarse en favor de las
reformas en China, inspirados por las revueltas en los países árabes,
fueron acallados por las autoridades chinas, muy preocupadas por un
eventual riesgo de contagio. Decenas de opositores fueron detenidos,
colocados bajo prisión domiciliaria o alejados de sus hogares estas
últimas semanas, según las organizaciones de defensa de derechos
humanos. El reconocido artista chino Ai Weiwei, muy crítico del
gobierno, fue detenido el 3 de abril en el aeropuerto de Pekín y llevado
a un lugar de detención desconocido. El gobierno indicó que el artista
era sospechoso de crímenes económicos, y rehusó a dar más detalles.- Descargar audio (MP3 - 5 MB)
Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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