Aquí millones padecen hambre. No estamos hablando de Haití, ni de países africanos, ni asiáticos, ni de las favelas
sudamericanas, sino del extraordinario hecho de que en el país más rico
del mundo, con el sector agrario más productivo, millones sufren de lo
que se llama
Vìa :
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=125819
inseguridad alimenticia, o lo que en cristiano se traduce como no saber de dónde provendrá la próxima comida.
En
Estados Unidos se permite –sin que sea escándalo nacional– que los
niños no tengan lo suficiente para comer. El programa nacional de
televisión de CBS News 60 Minutes mostró recientemente las caras y
las historias de familias sin techo, cuyos hijos hablaron de lo que
sienten cuando no comen lo suficiente. Más de 16 millones de menores de
edad viven en la pobreza –2 millones más que antes de la crisis
económica que estalló en 2007– y se registra que es el desplome de la
clase media más rápido ocurrido jamás desde que el gobierno empezó a
medirlos hace medio siglo, informa CBS News.
¿Qué se siente tener
hambre?, les pregunta el corresponsal a niños de una primaria en
Florida. “Es difícil. No puedes dormir. Uno sólo espera, se duerme como
por cinco minutos y se despierta de nuevo. Le duele el estómago y
piensa: ‘no puedo dormir, voy a intentar dormir, voy a intentar dormir’,
pero no puede porque le duele el estómago. Y es porque no tiene
alimento en él”, responde un niño.
Muchas familias cuentan a CBS
que jamás se imaginaron quedarse sin casa o sin suficiente alimento para
sus hijos, ya que gozaban de una vida de clase media. Con la crisis,
todo se esfumó.
Parte del reportaje de CBS se realizó en la misma zona que se proclama
el lugar más feliz del mundo, o sea, los condados alrededor de Disney World, en Orlando, Florida. Ahí CBS detectó unos 67 moteles que alojan a más de 500 niños sin techo. Ahí, cerca en las escuelas del condado de Seminole, mil estudiantes perdieron recientemente han perdido sus viviendas. El gobierno aloja a miles de familias sin techo en moteles por todo el país durante periodos. CBS advierte que
la generación del motel en Estados Unidos está creciendo rápidamente.
Un 16.6 por ciento de los estadunidenses –o sea, más de uno de cada seis– sufrieron
inseguridad alimenticiaen algún momento de 2009, según las cifras más recientes del censo analizadas por Feeding America, la organización más grande del país dedicada a apoyar a los afectados por esta situación, en su informe reciente Map the Meal Gap (http://feedingamerica.org/). De hecho, esta organización informa que hoy día ofrece sus servicios de apoyo a 37 millones de estadunidenses, entre ellos 14 millones de niños, un incremento de 46 por ciento comparado con 2006.
Hasta
en la capital del país más poderoso del mundo hay cada vez más hambre.
En la zona metropolitana de Washington y condados colindantes más de 400
mil residentes sufrieron periodos de hambre durante la recesión, según
el informe reciente de Feeding America y su análisis por el Washington Post.
Millones más en cada parte del país, tanto zonas ricas como marginadas,
también registraron cifras crecientes de hambre. “La mayoría quedarían
sorprendidos al saber las dimensiones del hambre en sus comunidades. La
gente tiende a pensar que el hambre se padece ‘allá’ en algún otro lugar
pero no aquí mismo, no en mi traspatio. Pero este informe demuestra que
no es cierto: el hambre está por todas partes de nuestra nación ahora
mismo”, comentó Vicki Escarra, directora de Feeding America, al Washington Post.
“Ha
habido momentos en los que no he comido para que mis hijos tengan más
que comer. Soy adulta, lo puedo hacer. Puedo beber agua o comerme un
pedazo de pan. Pero uno no quiere que sus hijos lleguen a decir ‘mamá,
tengo hambre’ una hora después de que han comido”, dijo al Post Anita Emerson, madre soltera de 46 años. Estas historias se repiten a lo largo del país.
¿Y
cuál es la respuesta del gobierno? Proponer reducir la asistencia
alimentaria a los necesitados, promover más recortes al gasto social y
reducir impuestos a los ingresos de los millonarios.
Mark Bittman, crítico de gastronomía del New York Times, anunció
el lunes pasado que se sumaba a un ayuno de una semana con unas 4 mil
personas por todo el país, cuyo propósito es llamar la atención pública
sobre propuestas del Congreso de reducir severamente los programas de
asistencia para los pobres y para los que padecen hambre en este país.
“Estos recortes supuestamente para reducir el déficit –apenas serían una
ranura– causarán en verdad que más personas mueran de hambre, vayan a
la cama con hambre o vivan más miserablemente que ahora. Y la propuesta
de ley incrementará el gasto en defensa”, explicó. Esto, dijo, ante
varias ironías: en 2010, las ganancias empresariales crecieron a la tasa
más rápida desde 1950, mientras se estableció un récord en el número de
personas que dependen de la asistencia federal para comer. Agregó que
los 400 estadunidenses más ricos tienen más riqueza que la mitad de los
hogares del país combinados, mientras 45 por ciento de los
estadunidenses gastan un tercio de sus ingresos en alimento y aun así no
les alcanza, y uno de cada cuatro niños duerme con hambre en este país,
por lo menos por periodos.
Bittman afirma:
necesitamos juntarnos e insistir en que nuestros recursos colectivos sean utilizados para el bienestar colectivo, no para los mil, ni para el millón de estadunidenses más ricos, sino para la vasta mayoría de nosotros en Estados Unidos y, de hecho, para los ciudadanos del mundo que tienen dificultades para satisfacer sus necesidades. O para alimentar a sus hijos.
Pero, al parecer, el hambre no está entre las prioridades de las cúpulas políticas o económicas de este país. Aparentemente, la
inseguridad alimentariano es asunto que se considere de
seguridad nacional.
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