La violencia en México se supera a sí misma. La Marina
encontró ayer los cadáveres de 72 personas en un rancho de las
inmediaciones de San Fernando, en el Estado de Tamaulipas, en la mayor
matanza atribuida al crimen organizado de la que se tiene noticia. Por
el aspecto de los cuerpos, las víctimas (58 hombres y 14 mujeres) han
sido ejecutadas en los últimos tres días.
El hallazgo se produjo cuando los militares se
enfrentaron a un grupo de sicarios. El personal de la Armada fue
alertado por un hombre que, bañado en sangre, se presentó en un puesto
de control en la carretera en busca de ayuda pues, dijo, había sido
herido de bala en un rancho próximo. Elementos de Infantería de Marina,
con apoyo aéreo, localizaron y persiguieron a los criminales, que huían
en varios vehículos. En el choque murieron un soldado y tres pistoleros.
Fue detenido un menor de edad.
En un comunicado oficial se detalla que los cuerpos
fueron encontrados en el mismo lugar donde se presume que ocurrió la
ejecución, por lo que se deduce que se trató de un «fusilamiento masivo»
con armas de grueso calibre. La mayoría de los cadáveres presentaban el
tiro de gracia en la nuca.
Un periodista de Radio Fórmula y un policía anónimo
mencionado por la agencia Ap sostienen que los ejecutados formaban parte
de un grupo de emigrantes irregulares que viajarían próximamente a
EE.UU., cuya frontera dista 150 kilómetros del rancho.
Autoridades mexicanas investigan el asesinato de 72 personas, al
parecer emigrantes indocumentados de El Salvador, Honduras, Ecuador y
Brasil, cuyos cadáveres fueron hallados en un rancho ubicado en el
noreste del país.
Los cuerpos aparecieron en la localidad de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, 58 eran hombres y 14 mujeres.
Según confirmó el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional y
vocero de la Estrategia de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, todavía
está sin confirmar la nacionalidad de los difuntos y los motivos de los
homicidios.
Los cadáveres fueron encontrados ayer durante un
operativo en que integrantes de la fuerza naval repelieron una agresión
de presuntos integrantes de la delincuencia organizada en San Fernando.
Una persona herida de origen ecuatoriano se presentó ante personal de
la Armada de México para solicitar su apoyo ante la agresión recibida, a
partir de ahí se supo del crimen.
Constituye "un suceso
sumamente grave, absolutamente indignante y que exige la condena unánime
de toda la sociedad y de todas las autoridades, que no admite titubeo
en nuestra condena del crimen", dijo Poiré.
Autoridades del Gobierno Federal trabajan en las averiguaciones y otros trámites pertinentes de acuerdo con sus competencias.
Conforme avancen las pesquisas se informará del caso, aseguró el
funcionario, quien inscribió el suceso en el contexto de los
enfrentamientos entre el cartel del Golfo y Los Zetas, que anteriormente
operaban de manera coordinada.
Por esa pugna interna, desde
finales del año pasado aumentó sustancialmente la violencia en el
noreste del país, admitió el representante gubernamental.
Algunas organizaciones criminales se dedican al secuestro y extorsión de
migrantes indocumentados de origen centro y suramericano.
Esto
sugiere que la delincuencia organizada está en una situación muy adversa
para abastecerse de recursos financieros y para reclutar personas
voluntariamente, señaló Poiré.
El subsecretario de Relaciones
Exteriores Salvador Beltrán del Río informó que aunque no existe certeza
de la nacionalidad de las 72 víctimas, se procedió a dar conocimiento
del incidente a embajadas y representaciones diplomáticas de los cuatro
países aludidos.
Ello tiene el propósito, precisó, de que
colaboren con la Procuraduría General de la República y otras instancias
competentes, tanto locales como federales, en la identificación de los
asesinados en San Fernando.
Están en marcha todas las
diligencias, subrayó el vocero de la Procuraduría General de la
República, Ricardo Nájera, una de ellas, ilustró, son las relacionadas
con criminalística de campo a fin de determinar cómo perdieron la vida
esas 72 personas.
Lo peor del horror es cuando se vuelve impredecible. Cuando, por ejemplo, una narcofosa ya no es una narcofosa.
Cuando uno tiene que abrir una nueva categoría ante el hallazgo, en la
noche del martes, de 72 cadáveres en Tamaulipas, en el noreste de
México. Una nueva categoría porque el hecho no se parece a los siete
cuerpos encontrados la semana pasada en una mina en Hidalgo, a una hora
de la capital mexicana; o a los 55 encontrados en mayo pasado en la
turística Taxco (Guerrero), a menos de 200 kilómetros de la metrópoli.
Al fin y al cabo, en México saber que de repente aparecen decenas de
muertos ya no es noticia. Pero que sean extranjeros cambia mucho las
cosas.
Horas después se supo que el sobreviviente, Luis Freddy Lala
Pomadilla, es de origen ecuatoriano. Y que los fallecidos no eran
narcos, sino emigrantes sudamericanos y centroamericanos que buscaban
llegar a Estados Unidos. El ecuatoriano contó que los delincuentes se
identificaron como miembros de la organización criminal de Los Zetas,
que trataron de extorsionarlos, y que al negarse fueron acribillados. A
él lo dieron por muerto, por lo que pudo huir del rancho donde habían
sometido al grupo, que ingresó a México por el sureño Estado de Chiapas.
En
realidad, lo que contó el sobreviviente no es nada nuevo. Según la
Comisión Nacional de Derechos Humanos, los grupos criminales
secuestraron a 9.758 migrantes tan solo de septiembre de 2008 a febrero
de 2009. La cifra extraoficial, es decir, incluyendo casos no
detectados, podría llegar a 20.000 para el mismo periodo.
"Lo que
queda claro es que en México hay una criminalización de los migrantes:
son un botín para la delincuencia organizada", explica a EL PAÍS Mario
Santiago, director de investigación de Fundación I(de)has. "Todos los
días hay secuestros de migrantes que pasan en los trenes que van al
norte, se les extorsiona, y a los que no pueden pagar por su liberación
se les mata. A las mujeres se les hace trabajar con los secuestradores o
se les prostituye. Y la cuota varía, desde 50 pesos [tres euros] hasta
miles de pesos, esto último sobre todo cuando tienen familiares en
Estados Unidos". Santiago explica que los narcos tienen casas de
seguridad en Chiapas, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, donde retienen a
los migrantes que secuestran. "Pero lo peor es que no hay persecución ni
investigación de muchos de estos casos", dice en entrevista telefónica
desde Tapachula, en la frontera con Guatemala.
Aunque el Gobierno
del presidente Felipe Calderón pidió esperar al trabajo de los peritos
para determinar la identidad de las víctimas, estos sí reconocieron que
se podría tratar de ciudadanos de Ecuador, Brasil, El Salvador y
Honduras. El portavoz Alejandro Poiré dijo que esta matanza ocurre en el
marco del enfrentamiento que en Tamaulipas se da entre el cartel del
Golfo y Los Zetas. El funcionario se aventuró a sugerir que algunas
organizaciones criminales están enfrentando una situación muy adversa
para abastecerse tanto de recursos económicos como de integrantes. "La
actuación del Estado los merma" en su capacidad, dijo Poiré. Por ello
estarían atacando a los migrantes.
fuentes :
http://www.abc.es/20100826/internacional/hallan-cadaveres-fusilados-narco-20100826.html
http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=215415&Itemid=1
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Hallados/72/cuerpos/inmigrantes/papeles/rancho/Mexico/elpepuint/20100826elpepiint_6/Tes
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