1. El presidente Felipe Calderón enlistó, según el
periódico El Universal del lunes, cinco acciones a desarrollar este año
lectivo para la mejora educativa: a) Impulso a los consejos escolares;
b) Regular las tienditas y alimentos en escuelas; c) Un programa de
fomento a la lectura; d) Un plan para apoyar en el conocimiento de
matemáticas y e) Aplicación de la ciencia en la vida cotidiana; pero
además de otorgar mil becas (mil becas para 32 millones de estudiantes)
desde primaria hasta sus estudios universitarios. ¿Será que le
inventaron las declaraciones o el reportero no se las tomó bien? Porque
nadie puede creer que un presidente y el secretario del ramo sean tan
imbéciles de reducir los grandes problemas –gravísimos- de la educación
en México a cinco tonterías que nada tienen que ver con los verdaderos
problemas. Sólo le faltó decir que van a reparar los mesabancos, comprar
más pizarrones y limpiar los baños.
7.
¿Para qué carajos queremos 200 días de clase o 10 horas diarias sin lo
que se enseña es pura ideología de la clase dominante, si lo que se
busca es preparar mano de obra barata, si lo que se crea son seres
dóciles y sumisos? Por encima de las formas lo que hay que cambiar de
raíz son los contenidos, así como enterrar los métodos autoritarios. Así
como el pueblo necesita una profunda revolución política y económica,
también el sistema educativo debe trasformarse de fondo. Por eso la
tarea de la CNTE, la organización independiente magisterial con 31 años
de lucha, tiene que ir al fondo en todos los aspectos. No se trata
simplemente de acabar con el charrismo sindical encabezado por la
cacique Esther Gordillo, sino de extirpar todas las bases ideológicas
que lo hacen posible. El terreno de la educación pública, gratuita,
laica, popular –que hasta los años setenta predominaba en un 95 por
ciento- debe ser recuperado con la combatividad del magisterio en lucha.
2.
Los problemas básicos son los que definen la estructura central del
sistema educativo y éstos no son otros que analizar y discutir: a)
¿Cuáles son los objetivos educativos, es decir, qué tipo de niños y
jóvenes se están formando en México? ¿Se prepara a los estudiantes para
ser mano de obra barata y sumisa para la producción o para dignificar
los derechos humanos haciendo seres pensantes, creadores y críticos?
¿Qué ha pasado con la educación nacional y cuáles son las causas por las
que junto a Turquía siempre ocupamos los últimos lugares? Por otro
lado, b) ¿Por qué no se invierte en educación el ocho o el 12 por ciento
del PIB –tal como lo hacen varias decenas de países- y por qué no se
distribuye de manera correcta ese presupuesto, incluso, por qué se
prefiere no gastarlo cuanto es evidentemente necesario hacerlo? ¿Por qué
la educación pública ha sido abandonada para impulsar la educación
privada con becas-crédito?
3. Podría aceptarse
que la pobre opinión pública con pocas ideas, incluso que muchos
humildes profesores que sólo saben repetir lo que oyen sigan pensando en
que los problemas educativos son superficiales: de faltismo de
profesores, de flojera de niños, de ignorancia de padres, de
comisionados sindicales, mal estado de las escuelas y venta de drogas o
de obesidad; esas son bobadas como las calderonistas. ¿Por qué se
silencia que por lo menos el 70 por ciento de los estudiantes acude a la
escuela con hambre, pensando en los problemas de su hogar y sus padres
desempleados, con obligaciones de trabajar para ayudar en la casa, con
falta de dinero para el transporte y, sobre todo viviendo en un ambiente
social que no lo anima a estudiar? ¿Por qué no se aplica un presupuesto
suficiente para cursos de actualización de profesores, para pago de
salarios justos a todos los profesores, evitando desigualdades tan
marcadas e injustas entre ellos?
4. Cuando el
gobierno de Salinas negoció en 1992 el ingreso del país a la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
–pensando en que con este paso México ingresaba al “primer mundo” y la
educación mexicana tomaría el camino hacia la productividad empresarial,
Salinas se comprometía a que las políticas del país en materia
educativa pasarían a depender de las que trazaba el Fondo Monetario y el
Banco Mundial. Así como desde 1946 dependíamos de la UNESCO sin haber
cumplido nunca con el ocho por ciento del PIB que exigía para educación,
46 años después dimos “el salto al primer mundo” sin tener las
condiciones para hacerlo. La revista Proceso publicó entonces: “Mientras
para 1994 en México se gastaban (o invertían) 8 mil 226 por un
acumulado de 18 años por alumno, en los países de la OCDE se gastaban 58
mil 716 dólares. Estos son los problemas a tratar y no otros como comer
o no papas fritas.
5. Las preguntas son, ¿Para
qué estamos preparando a los alumnos, qué tipo de seres humanos
queremos formar; qué planes, programas, materias, nos sirven para
prepararlos y si nuestros métodos –como profesores- han dejado de ser
autoritarios, impositivos, incluso despóticos, y si resultan los
adecuados para formar seres humanos libres, sin miedo a actuar y
expresarse, así como dispuestos a dar solidaridad con el pueblo que con
su trabajo hace posible la educación? No es un problema de que si el
profesor usa saco y corbata, si se corta el cabello o no canta el himno
nacional, esas son bobadas calderonistas. Lo importante es que nos demos
cuenta que estamos formando seres humanos que viven en sociedad y que
comprendan que juntos tenemos que luchar para que este planeta no se
desplome en mil pedazos por causas de la destrucción del medio ambiente,
por las guerras, por la explotación y por las enfermedades que hoy
crecen.
6. En los últimos años se ha hablado de
sexenios, décadas y de generaciones perdidas en México. Las
universidades están rechazando al 50 y 80 por ciento de los jóvenes que
presentan exámenes de admisión y el desempleo y subempleo sobrepasa al
25 por ciento de las personas en edad laboral. Se ha hablado, ya incluso
con voz de alarma, de los famosos ninis (ni trabajo ni estudio) que han
estado engrosando la emigración a los EEUU en busca de empleo, el
trabajo informal y la llamada delincuencia. Incluso el narcotráfico ha
engrosado sus filas con decenas de miles de jóvenes. ¿Qué hacen “las
inteligentes” autoridades educativas del país? Pues declarar que los
estudiantes no deben comer papitas para que no se pongan obesos, que
promoverán la lectura y las matemáticas y demás lindezas que sólo dan
muestra de ignorancia extrema. Desde la implantación del neoliberalismo
la educación camina hacia su desplome total.
fuente:
http://www.argenpress.info/2010/08/mexico-bobadas-mentales-de-calderon-y.html
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