Unos 200 kilómetros recorrieron los campesinos e
indígenas de Guatemala, desde Alta Verapaz hasta la capital del país,
para reclamarle al presidente Otto Pérez Molina que impulse políticas
tendientes a mejorar la situación de los sectores más desprotegidos del
campo.
Participaron en todo el recorrido, que duró
ocho días, unos mil representantes de organizaciones populares de
diferentes puntos del país. En la capital esperan mantener reuniones con
integrantes del Poder Ejecutivo, legisladores de todos los partidos y
representantes del Poder Judicial.La última noche la pasaron en una ruta de acceso a esa ciudad, y esperaban que unas 10 mil personas los acompañaran en un mitín en la Plaza de la Constitución, en el Centro Histórico de la ciudad.
Durante toda la movilización pusieron sobre la mesa una serie de demandas concretas, entre ellas el rechazo a la minería metálica, las represas hidroeléctricas y los desalojos violentos en el campo guatemalteco.
“No aceptamos migajas del gobierno, nosotros exigimos resolución inmediata a la histórica conflictividad agraria”, manifestaron las organizaciones convocantes, entre ellas el Comité de Unidad Campesina (CUC).
Según afirman en ese documento, divulgado en las últimas horas, la conflictividad en el medio rural guatemalteco se puede resolver “con voluntad política”, y con la postergada aprobación de la iniciativa de Ley de Desarrollo Rural Integral, que está plasmada en un proyecto de ley elaborado por las organizaciones sociales más representativas.
Allí reclaman para pedir el fin de los desalojos; el respeto a la decisión de los pueblos originarios que en sendas consultas comunitarias rechazaron la explotación minera, las hidroeléctricas y otros megaproyectos.
“Nuestra lucha es legítima y no queremos fertilizantes o proyectos paliativos, exigimos la solución a nuestras demandas. ¡Porque cuando los de abajo nos movilizamos…los de arriba tiemblan!”, concluyen los grupos guatemaltecos.
Foto: CUC
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