En Chile la sociedad está horrorizada por la muerte, tras 25 días de agonía, del joven Daniel Zamudio, de 24 años, tras una horrible paliza propinada por jóvenes neonazis. El ataque fue realizado porque Daniel era homosexual.
Cuatro jóvenes, entre 20 y 26 años, están detenidos por el ataque ocurrido el 3 de marzo. Se trata de Patricio Ahumada (25), Raúl López (25), Fabián Mora (20) y Alejandro Angulo (26), quienes -de acuerdo con la investigación del fiscal Ernesto Vásquez- agredieron al joven con puñetazos, patadas, piedras e incluso le quemaron con cigarrillos. Además, marcaron esvásticas en su cuerpo.
Tres de los detenidos tenían antecedentes penales por ataques xenofóbicos y homofóbicos, además de condenas por robo con violencia y hurtos.
Fuentes ligadas al caso explican que los cuatro imputados serán acusados por el homicidio consumado del joven, por lo que podrían ser condenados a 40 años de cárcel sin remisión de pena.
Desde hace siete años está en curso en el congreso chileno una ley antidiscriminación que ahora se encuentra en su último trámite legislativo. La conmoción nacional que ha provocado el caso hace suponer la agilización urgente para la aprobación de esta norma. El gobierno se ha comprometido, a través de su ministro del interior, de hacer todo lo posible para el país se dote cuanto antes de una ley que sancione actos de discriminación.
Tras fallecer Daniel Zamudio, cientos de personas se agolparon en las afueras de la Posta Central, el hospital donde se encontraba ingresado el joven en Santiago de Chile, como símbolos de solidaridad con la familia y rechazar estos actos de violencia y discriminación. Además, silbaron la llegada del alcalde de Santiago, Pablo Salaquet, de la Unión Demócrata Independiente, UDI, partido cuestionado por su postura ultra conservadora.
Los manifestantes gritaron "UDI asesina" e "Iglesia asesina" a las puertas del hospital. Los dardos apuntan a esos dos sectores por favorecer la homofobia. Tanto la UDI como la jerarquía católica chilena se han caracterizado por condenar la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo. La mayoría de los senadores de la UDI se opusieron sistemáticamente durante siete años a la aprobación de la Ley Antidiscriminación. Las caras de los parlamentarios que votaron en contra de la Ley circulan hoy en las redes sociales como los responsables de no tener la ley a la que acudir en caso de delitos como el de Zamudio.
Mientras, el joven Daniel Zamudio, sin llegar a saberlo se convierte en símbolo de la dignidad, en víctima de la intolerancia, en apellido asociado al derecho de ser como lo dicta su naturaleza y su libre albedrio. Su tragedia debería servir para que la democracia persiga y castigue, con la ley en la mano, a aquellos que creyéndose superiores, se ceban en el odio al otro, en el que consideran distinto, cuando en realidad son ellos, los neonazis, los antisemitas, los anti musulmanes, los racistas, los dignos de repudio, los incapaces de sentir solidaridad y compasión por sus semejantes.
José Zepeda, de Radio Nederland, entrevistó justo antes del fallecimiento de Daniel a Óscar Rementería, portavoz del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile.
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Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org
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