1.
Daniel Ortega fue reelecto Presidente de Nicaragua. Lo prefiero frente a
cualquier empresario como la Chamorro, Alemán o Bolaños. He aplaudido
que Ortega, junto a Chávez, Morales, Castro, incluso Correa, forme el
grupo antiyanqui más aguerrido del mundo y por ese papel han logrado
frenar muchas veces medidas criminales de EEUU contra los pueblos del
continente. Sin embargo a esos gobiernos, en cada uno de sus países, se
les ha acusado de “no hacer en casa lo que pregonan en la calle” y, por
ese hecho, les ha crecido una oposición interna. Obvio, la mayoría de
los gobernantes del mundo, entre ellos el de México, son papanatas, no
brillan, ni adentro ni afuera porque no protestan, no abren la boca,
tienen terror de hacerlo, a pesar de que son saqueados y mantenidos de
rodillas por EEUU. Por eso aquellos, a pesar
que
“descuiden” sus tareas internas (porque no pueden resolverse) por su
antiimperialismo los
aplaudo.
aplaudo.
2.
Hay muchos padres de familia que por sus limitaciones, egoísmo,
ignorancia, cuyo mundo termina en atender a su familia, en mantenerla lo
mejor posible, sin importarle las familias vecinas, lo que sucede en el
país o en el mundo. Incluso llegan a expresar con el mayor cinismo que
poco les importa lo que pase a su alrededor y que lo único que le
interesa es él y su familia. Algunos para guardar sus limitaciones
derechistas defienden con pasión la entidad donde nacieron y hasta el
país; pero no conciben que otros países sean iguales por tener los
mismos problemas y menos aceptarían la muerte de su nacionalismo o
chovinismo para convertirse en ciudadano del mundo. ¿Cómo entonces
podrán entender que no se puede arreglar su pequeño mundo: su calle, su
desempleo, su salario, su hospital y escuela si no se logra una
política general y al mismo tiempo global? Hoy nadie analiza el
contexto; sólo lo práctico y
concreto.
concreto.
3.
Se acusa a Ortega de que no le importa Nicaragua, país que ha sido
castigado por la misma naturaleza a través de terremotos, erupciones de
volcanes, en donde perdieron la vida muchos nicaragüenses, además de la
guerra civil que ha enfrentado por el derecho de ser libres. Que “desde
su asunción como presidente de Nicaragua, el 10 de enero de 2007, no se
ha producido cambio constitucional alguno, ni una sola reforma del
sistema político. Tampoco han existido demasiados cambios sociales y
económicos, aunque si una orientación diferente a las políticas
neoliberales anteriores, un acercamiento con Venezuela a través de la
integración al ALBA, y una posición más independiente y soberana en los
asuntos internacionales. Todas de desagrado para el gobierno de Estados
Unidos”. Se escucha una consigna de parte de la
oposición: Todos contra Ortega demandan ultra neoliberales hasta
izquierdistas y
ex revolucionarios.
ex revolucionarios.
4.
Se apunta que Ortega ha tenido serios conflictos con el poeta Ernesto
Cardenal; que el mismo escritor José Saramago, se solidarizó con
Cardenal reprochando a Ortega. Es evidente la decepción en las líneas
del escritor por las acciones del mandatario nicaragüense. También
denuncian lo que denominan persecución estatal contra las mujeres y de
haber abusado sexualmente de su hijastra. Ese tipo de acusaciones, más
otras domésticas como las de aquel funcionario Kahn del FMI y las
lanzadas contra Julian Assange, me parecen inventadas y nimias frente a
lo que representa enterrar el ALCA, luchar contra las bases militares
yanquis en Colombia, contra un golpe de Estado en Honduras y demás
políticas internacionales que dañan a miles de millones de seres
humanos. ¿Quién puede demostrar que con buenas políticas interna
s puede
progresar un país olvidando la confrontación internacional por los
mercados?
mercados?
5.
Otra cosa, muy otra, es demostrar si tras la lucha contra el
imperialismo hay negocios tramposos de esos gobiernos con los EEUU o con
sectores privados del gran capital. Pero también otra cosa es que los
medios de información al servicio de los EEUU inventen y denuncien algo
sólo con el fin de desprestigiar a esos gobernantes. Por eso cuando
Chávez y Castro, con esa enorme autoridad que tienen, trataron de
descalificar a las FARC; cuando Correa inició la privatización del agua
en Ecuador; en día que Morales por construir una carretera reprimió a
indígenas; la vez que Chávez entregó al gobierno fascista de Colombia a
un periodista exiliado; todos recibieron por esos actos –a tiempo- la
condena de la izquierda radical, entre ella la mía. Sin embargo no hay
elementos para dudar de esos gobernantes que se confro
ntan
abiertamente con el gobierno más asesino del mundo por frenar más
explotación y más
saqueos.
saqueos.
6.
¿Debe haber oposición en esos países antiimperialistas como Venezuela,
Cuba, Bolivia, Nicaragua? Obviamente, pero una oposición de izquierda
que exija y ayude a una mayor radicalización en beneficio de los
sectores más pobres; una fuerte oposición que luche contra la derecha
empresarial y proyanqui y contra los medios de información que buscan
regresar al sistema antiguo. Las oposiciones de izquierda y derecha
nunca deberán coincidir porque sus ideologías, sus objetivos y programas
son radicalmente diferentes. Lo que tiene que hacer la izquierda es
trabajar más para destruir a los amos de la explotación y del capital.
En México, dado que la izquierda es débil, la socialdemocracia –sin los
menores principios ideológicos, morales o éticos- se alía
indistintamente con la derecha panista o priístas, según
el
caso- y siempre se las llevan al baile. Pero le gusta, porque con esas
maniobras sigue manteniéndose en la
ubre.
ubre.
7.
¿Qué hacer entonces si no hay un fuerte movimiento socialista o
izquierdista en las calles? ¿Esperar que surja de la nada o trabajar
para crear los espacios para construirlo? La realidad es que tenemos que
realizar estudios muy serios acerca de lo que sucede en Nicaragua y los
otros países con el fin de entender cuáles son los caminos adecuados
para recorrer. De lo que estoy seguro es que si esto es lo que hay
debemos partir de eso para avanzar hacia la mayor transformación social.
Pienso que un nuevo gobierno del PAN o del PRI –de la persona que sea-
terminaría de entregar incuestionablemente el país (su petróleo,
electricidad, minería, medios de información, etcétera) a los grandes
empresarios privados nacionales y extranjeros. López Obrador, aunque se
parezca más a Lula, podría acercarse a posiciones m
ás
radical si la izquierda aprovecha crear espacios para organizarse y
presionar en las calles. No todo está perdido.
Pedro Echeverría V.
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