Las declaraciones de Libertad y Desarrollo y de
la Sofofa sobre el riesgo de rotular y fiscalizar la comida chatarra
despertaron una ola de críticas, pero el ministro de Salud asegurara que
la iniciativa es "absurda y completamente inaplicable" justo cuando se
discute en el Senado, abrió la puerta a las suspicacias sobre el lobby
de las empresas.
Esta tarde, la Sala del Senado votaría el proyecto que regula la
venta y prohíbe la publicidad para menores de los alimentos envasados,
pero el rechazo del Ejecutivo a apoyar tal iniciativa podría derivar en
que ésta sea retirada de la tablade esta sesión.
Ante esto, el presidente del Senado, Guido Girardi (PPD), y principal
promotor de la iniciativa, emplazó al Presidente Sebastián Piñera a
“que reponga el debate en el lugar correcto y reponga el apoyo del
Gobierno a este proyecto, porque la Primera Dama está liderando esto a
nivel del país”, a través la campaña “Elige Vivir Sano”.
Críticas que también elevó el senador Fulvio Rossi (PS), quien
insistió en que el Ejecutivo cedió ante el lobby del mundo empresarial
para detener este proyecto, aunque es el propio Gobierno el que realiza
un plan público para combatir la obesidad.
Fueron las declaraciones del director del Instituto Libertad y
Desarrollo, Luis Larraín, quien señaló que la fiscalización de la comida
chatarra generaría un mercado negro en los colegios, y del presidente
de la Sofofa, Andrés Concha, quien advirtió perjuicios en el mercado y
el empleo de tomarse estas medidas, las que dieron pie a estas críticas.
Pero luego vendrían las palabras del ministro de Salud, Jaime Mañalich,
quien descalificó el proyecto diciendo que es “absurdo y completamente
inaplicable”, lo que abrió derechamente las suspicacias sobre el lobby
de las empresas.
Idea con la que coinciden desde la Corporación Nacional de
Consumidores y Usuarios (Conadecus). Su presidente, Hernán Calderón,
planteó que el verdadero objetivo no es que las personas mantengan su
derecho para decidir lo que quieren consumir, sino que el negocio de la
venta de comida envasada no se vea afectada.
Según la institución, esta regulación es absolutamente necesaria para
terminar con los altos índices de obesidad que afectan a la población y
sobre todo a los niños, los que cada día más presentan problemas de
hipertensión y otras enfermedades asociadas a una alimentación
deficiente.
Para Calderón lo importante es poner los intereses de la comunidad
sobre los empresariales, que bajo la propaganda de no quitar los
derechos a las personas para elegir, intentan que su negocio, a costa de
todos los chilenos, mantenga su nivel de utilidades.
“Lógicamente que medidas de este tipo son vistas como una amenaza por
las empresas, en este momento se sienten atacadas por un proyecto de
ley que hará bajar sus utilidades. Esto es una mala práctica, ya que
nada ha cambiado en muchos años, y es imposible transar la carta blanca
de los empresarios por sobre la salud de los chilenos” indicó Calderón.
Respecto a la rotulación, los consumidores no saben lo que están
ingiriendo, incluso las madres alimentan a sus hijos con altos índices
de azúcar, sin saber el daño que provoca, porque no está correctamente
etiquetado el producto, agregó Calderón.
Según la doctora Cecilia Castillo, especialista en nutrición, el nulo
apoyo por parte del Gobierno a este proyecto incumpliría acuerdos
internacionales en la materia.
“Ha sido sorprendente ver cómo el ministerio transgrede acuerdos que
Chile ha firmado como Estado con la Organización Mundial de la Salud.
Nos llama profundamente la atención como se rompen acuerdos
internacionales por la salud infantil, lo que denota un lobby muy
importante para que no se aprueben estas medidas”, dijo.
Respecto a los alimentos que no son envasados y que no estarían
regulados, pero pueden ser tan o más dañinos que aquellos rotulados,
como una sopaipilla, que no será prohibida aunque puede tener altos
índices de sal y grasa. Para la doctora Castillo esta sería una
debilidad de la ley que se deberá normar a futuro, si es que es
aprobada.
Otro tema que llamó la atención es la afirmación de que el deporte se
vería afectado porque algunas disciplinas son auspiciados por
alimentos. Según Omar Pérez, secretario ejecutivo de Conadecus, ésta es
una débil excusa, como la que se usó con el tabaco anteriormente.
Pérez indicó que “los argumentos que tienen las empresas son los
mismos que suscribieron por la ley del tabaco, amenazando que
disminuirían los aportes de las empresas, aun cuando estas actividades
no son dependientes del aporte de grandes empresas, lo que significa una
evidente falta de ética el plantear un punto de vista de esa manera”.
Así como los rotulados no corresponden con la realidad, según la
institución de consumidores los datos entregados por la Sofofa que
indican que el consumo de productos envasados no afectaría mayormente a
la población ya que alcanza sólo un 30 por ciento, también serían
falsos.
Aplazan votación
Finalmente durante horas de la tarde del miércoles el Senado decidió
aplazar la votación de este proyecto, luego que el Ministerio de Salud
manifestara que los cambios propuestos en el texto legal son
“insuficientes” y que el empresariado rechazara tajantemente las
restricciones que impone el proyecto.
De acuerdo a las informaciones que se conocieron el principal foco de
conflicto en la discusión parlamentaria fue la propuesta de impedir la
venta de alimentos con altos índices de grasas, sal y azúcares dentro de
universidades y además el rotulado del suplemento a la leche materna.
De esta manera, la iniciativa pasa a ser discutida nuevamente en una
comisión mixta. Por lo mismo, el Ejecutivo pidió a la Cámara de
Diputados pronunciarse por la falta de consenso que se generó en torno a
la moción.
En la Sala estuvieron presentes los ministros de Salud, Jaime
Mañalich y de la Secretaría General de la Presidencia, Cristián
Larroulet.
Fuente, vìa ;
http://radio.uchile.cl/noticias/110338/
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