“¿Qué es la red social? ¿Qué son
las redes sociales sino el internacionalismo socialista? El sueño de mi
vida: poder estar conectado con todo el mundo y poder practicar un
internacionalismo socialista”.
Transcripción (fragmento) de la
intervención de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ex presidente de la Junta
de Extremadura, en la Entrega del Premio a la Trayectoria Personal que
le hicieran en el Senado en el acto conmemorativo del día mundial de
Internet el 17 de mayo de 2010.
En el año 1998 creamos la primera
Intranet de una región, la primera Intranet para toda la región: una red
cooperativa integral de voz y de datos. A continuación todos los
municipios de la región extremeña fueron dotados con banda ancha de dos
megas: 1.500 puntos de contacto donde cualquiera puede conectarse.
Y fuimos pioneros en poner un ordenador
en cada pupitre. Eso significaba 70.000 ordenadores conectados en red, y
entonces vimos como demonios podíamos nosotros pagar el coste que
significaba pagar copyright por una licencia que nos significaba una
fortuna y que estábamos lejos de eso. Y eso provocó el compromiso con el
Software Libre, que era -en definitiva- primero, un compromiso con la
democracia. Es decir, no concibo un administrador o un gobernante que
cuando alguien le ofrece una infraestructura barata o gratis, y la misma
infraestructura pagando, decida pagar en lugar de apostar por lo
gratis. Y nosotros teníamos dos caminos, software propietario o Software
Libre, y elegimos lo que tiene que hacer un gobernante democrático, que
es apostar por lo más barato por aquello que permite hacer posible tu
sueño sin tener que hacer un uso indebido de los fondos que tienen los
[usuarios].
El segundo lugar lo acaba de decir el
presentador: razones éticas. Nosotros vivimos en colectividad, en
comunidad. Y en comunidad se puede vivir o siendo un huraño, encerrado
en tu casa diciendo que lo que tienes es tuyo o compartiendo,
participando con el resto de los vecinos. Y nosotros pensamos que era
mejor compartir, por razones puramente éticas y de compromiso y haber
liberado nuestro código y permitir su copia y su estudio: hicimos Linex y
nuestro lema era -y sigue siendo- “sé libre, cópianos.”
En tercer lugar razones culturales.
Nosotros hemos vivido la realidad física y la realidad virtual. En la
realidad física, por ejemplo, te vendían un coche y cualquiera podía
levantar tu capot y meter la mano en el motor e intentar dar una
respuesta a los problemas que tenía ese coche, y las fábricas de coches
-por cierto- no se hundieron nunca como consecuencia de que cualquiera
podía meter la mano en el capot. Y entonces, no estábamos dispuestos que
con las nuevas tecnologías existieran los gurúes de siempre que dijeran
“eso no lo toque, cada vez que tengas un problema llámame, que yo soy
el propietario del sistema”. Y entonces decidimos -de igual forma que
con los coches- nosotros podíamos meter la mano en el sistema y permitir
que cada uno lo adaptara a sus necesidades, a las necesidades que
teníamos nosotros en la región.
Porque si eso se hiciera así, por
ejemplo, a lo mejor las medidas que se tomaron el miércoles pasado
podrían haberse tomado desde el punto de vista del software propietario y
del Software Libre. ¿Saben ustedes cuanto está pagando nuestro país por
las licencias de software propietario en las administraciones? Mil
quinientos millones de dólares. Bastaría una decisión administrativa
para cambiar de software propietario a Software Libre y podríamos haber
-a lo mejor- evitado que las pensiones se hubieran congelado el año que
viene, porque hubiéramos sacado el dinero de esta decisión que es una
decisión cultural, ética y al mismo tiempo política.
Pero no solamente tendría valor porque
las administraciones podrían seguir dando prácticamente todos los
servicios con Software Libre que con software propietario, pero ¡cuántas
empresas se podrían crear localmente para dar respuesta a eso si no
fuera propiedad de nadie! ¡Cuánta gente podría trabajar en esos sectores
a niveles locales, a niveles rurales, a niveles urbanos!
El cuarto lugar, por razones políticas e
ideológicas. Yo decidí ir al Software Libre por razones políticas.
Miren: yo tuve una denuncia de la Duquesa de Alba, porque quise quitarle
fincas para repartir tierras en Extremadura. Y después tuve una
denuncia de Bill Gates ante Bruselas, porque intenté
repartir el conocimiento entre la gente. Eran dos formas de reparto: el
primero no me gustaba mucho, el segundo es el sueño de cualquier
socialista. Porque cuando repartes tierras le quitas a uno para dársela a
otro, cuando repartes conocimiento no le quitas nada a nadie, el que lo
tiene lo tiene y lo sigue manteniendo a pesar de que se lo das a otro.
Es el sueño de la izquierda, el sueño de la social-democracia. Esas
razones políticas son las que me llevaron a este tipo de compromiso con
el Software Libre.
Y por último, razones educativas. Yo
quería que los alumnos de mi región no fueran solamente usuarios de una
Internet incipiente, sino que fueran diseñadores y que pudieran
averiguar: qué les gusta, para qué sirve, cuál es su pasión, cual es su
vocación. Para no dar el caso de que sigan saliendo alumnos con un papel
firmado por un rector diciendo “Yo puedo trabajar en esto”. Y la
pregunta es “¿Usted quiere trabajar o usted quiere crear valor y riqueza
para su país?” Cuánta gente sale de las universidades y de los centros
de formación diciendo “No me gusta mucho lo que he hecho, pero era mi
salida profesional, era mi garantía.”
Esto es como si alguien estuviese desde
los quince años enamorado de Brad Pitt o de
Angelina Jolie y todo el día pensando “Si yo me pudiera casar
con uno de estos”, pero como creo que no puedo llegar me caso con la
vecina del quinto que es bastante poco agraciada, por cierto, y hasta, a
lo mejor, puedo seguir siendo un buen marido. Pero ¿qué pasión le va a
poner a la vida en ese tipo de relación? ¿Qué pasión le va a poner
alguien que es médico solamente porque tiene asegurado su futuro, pero
que le da miedo o no le gusta la sangre?
Así que quería intentar que la gente que
salga aprovechando las nuevas tecnologías pudiera tener su futuro, su
vocación, su pasión, su actitud decidida para poder crear riqueza para
nuestro país. En definitiva, señoras y señores, yo he intentado ser
progresista que es progresar al ritmo que avanza la sociedad: ni muy
atrás, ni muy adelante, progresar al mismo ritmo e intentar liderar ese
progreso. En definitiva estamos ante nuevas tecnologías que asustan, que
de vez en cuando provocan inquietud por parte de aquellos que,
precisamente, no las usan y ven todos los peligros del mundo. Pero si
fuéramos capaces de entender qué es lo que está pasando, qué es lo que
ocurre, y de igual forma que yo le explico a mi hija cuáles son los
riesgos que tienen determinadas zonas de Madrid, determinados
establecimientos, determinados antros, etcétera, etcétera, porque
conozco Madrid; podré explicarle cuáles son los riesgos que tienen las
nuevas tecnologías si conozco las nuevas tecnologías. Y, por ejemplo, yo
le digo a mi hija que no vaya por la calle enseñando fotos medio
desnuda al primer desconocido que se encuentre. Si fuéramos capaces de
entender qué significa Internet también educaríamos a nuestros hijos
para que no vayan repartiendo fotos por Twitter, por Facebook, etc, etc,
etc. Se trata de saber exactamente dónde estamos viviendo.
En definitiva yo he intentado hacer
socialismo en el siglo XXI. En el libro que escribí la palabra que más
se repite es “riesgo”: yo he arriesgado. En segundo lugar la propiedad
siempre ha sido una cosa sospechosa para la izquierda y no entiendo que
ahora la izquierda esté defendiendo con tanto ahínco la propiedad
intelectual. Porque nadie lo va a entender. Nunca ha habido tanta
creación cultural como hoy: nunca, a lo largo la historia de la
Humanidad. Lo que no es cierto que se vaya a acabar la creación si se
cambia de negocio y se quita al intermediario que existe entre el
creador y el usuario, porque el formato de plástico es para ellos. Yo ya
no necesito formato, es otra forma de vivir la vida y, por lo tanto, si
ven ustedes las estadísticas que se han publicado, es cierto que ha
bajado la venta de dispositivos en cuanto a la actuación de los
creadores, pero ha aumentado muchísimo la venta por conciertos en vivo
que, por cierto, así siempre se han ganado la vida los creadores sobre
todo los creadores del mundo de la canción. Hasta el siglo XVII vivían
siempre de ir por las plazas y tener el contacto con la gente.
Y, por último, las redes sociales que
tanta desconfianza generan: ¿Qué es la red social? ¿Qué son las redes
sociales sino el internacionalismo socialista? El sueño de mi vida:
poder estar conectado con todo el mundo y poder practicar un
internacionalismo socialista. Así que, señoras y señores, para todo esto
hace falta que la red sea neutral. La red no es de nadie, la red es un
bien mostrenco como el aire que está a disposición de todos, lo más que
podemos hacer es intentar que el aire sea puro y cuidarlo. De igual
forma hay que cuidar la red para que sea libre, de todos, por todos y
con todos.
(Transcripción: Laura Marotias
y Verónica Xhardez / www.solar.org.ar)
Ver videoTomado de, post visto en :
http://www.elciudadano.cl/2010/07/04/software-libre-%E2%80%9Cel-sueno-de-la-izquierda%E2%80%9D/
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