El mandatario mostró particular interés en dar
señales tranquilizadoras a los grupos de la derecha partidaria de la
confrontación, con un mensaje poco solidario con las organizaciones
populares, por razones varias desconfiadas de los discursos, dado que a
dos años del Gobierno del Cambio, los cambios son sólo asistenciales y
superficiales.
Desde el triunfo electoral de
Lugo, en abril del 2008, la única innovación auténtica que se puede
constatar en la vida de los paraguayos, tiene un solo autor, y ese es el
propio pueblo que ha sido capaz, aunque modestamente, de interesarse en
ser actor en la actividad política, con una sensibilidad y
responsabilidad social que habían estado dormidas en las últimas siete
décadas.
La nueva conciencia cívica que se
palpa no es producto del estímulo gubernamental, sino que es obra
compartida entre el trabajo de las organizaciones populares y partidos y
movimientos progresistas, influidos por los procesos transformadores
regionales, con el sentimiento de hartazgo de la gente de vivir en un
país atrasado, mísero en la riqueza, sometido por la corrupción de las
roscas mafiosas que, en algo más de medio siglo, convirtieron el Estado
en un botín de guerra, sin haber guerra.
El
Gobierno de Lugo llegó con un programa de seis puntos, encabezado por el
rescate de la soberanía energética nacional, menoscabada por Brasil en
la explotación de la Represa binacional de Itaipú, de cuya producción se
lleva el 95 por ciento, pagando chauchas a Paraguay por el 45 % más que
le pertenece. Sólo 5 por ciento utiliza.
En
la renegociación del Tratado, es innegable que los representantes del
Estado han ganado algunos puntos, como el reconocimiento por el
Presidente Lula y algunos congresistas de los derechos de su socio menor
a recibir mejor pago por su energía y también el compromiso de hacerse
cargo de una importante extensión de tendidos eléctricos en territorio
paraguayo.
Insatisfacción popular justificada
Ello,
al igual que otras medias medidas tomadas por el Gobierno, están lejos
de satisfacer a un pueblo humillado por una dependencia incomprensible y
por promesas incumplidas desde la década del cuarenta por el Partido
Colorado, con la complicidad, por aceptación acomodaticia, del Partido
Liberal, que reflejó la quietud mayoritaria.
La
reforma agraria, que no ha merecido ninguna medida concreta hasta
ahora, fue el segundo punto en importancia del programa que llevó al
triunfo a la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), un conglomerado
heterogéneo formado con clarísima vocación electorera, al punto que
designó Vicepresidente a Federico Franco, la cabeza más visible de los
planes conspirativos contra Lugo que se ha podido comprobar.
La
gratuidad de la salud pública, aunque todavía no llega a toda la
población porque falta presupuesto, infraestructura y personal
calificado, es la medida más exitosa de estos dos años de la conducción
luguista, a lo que se debe sumar la asistencia a unas 100 mil familias,
de las casi 300 mil que están en la miseria y la regulación laboral de
varios miles de funcionarios públicos que carecían de reconocimiento
administrativo.
De hecho, a Lugo le queda sólo
dos años para concretar medidas de política social convincente, llevando
a la práctica un programa económico de país productor de bienes
materiales y de cultura, de investigación científica y de desarrollo
tecnológico.
Para alcanzar ese objetivo,
necesita liberarse del modelo economicista parido por el viejo y
acartonado monetarismo, sin sensibilidad social, que se permite, con
barata demagogia, livianas e irresponsables promesas de reducir la
miseria de aquí a las elecciones nacionales del 2013, sin explicitar
cómo y con qué recursos lo hará.
La conciencia
popular de que es posible avanzar con algo de decisión y audacia en el
proceso de cambios, ha estimulado una mayor agitación entre algunos
sectores de la ciudadanía, en particular las organizaciones campesinas y
algo los sindicatos, aunque estos registran gran atomización y, en
algunos, considerable corrupción.
Esa
desviación es simétrica con el comportamiento del cooperativismo que
reúne un millón de socios, en una población total de seis millones, y
ocupa un tercio del movimiento financiero nacional, pero que traduce
beneficios sociales muy por debajo de sus posibilidades.
Algo
parecido ocurre con el grueso de las organizaciones no gubernamentales
(ONG), alrededor de 900, varias financiadas por el Estado, habitadas por
alguna gente que, en los últimos veinte años, viajó desde una izquierda
activa hacia un progresismo de confortables oficinas, desde donde son
diestros en criticar pero pobres en propuestas.
Las
municipales serán un barómetro
La conformación
del Frente Guasú, alianza de veinte Partidos de izquierda y movimientos
sociales que disputarán en las elecciones municipales de noviembre, con
150 candidatos entre un total de 230, es un hecho histórico en Paraguay
que puede constituirse en un paso favorable para enfrentar al
revanchismo de la derecha en las nacionales del 2013.
El
problema más serio que amenaza al país es la indecisión de Lugo y su
equipo que, si no rectifican conductas a la brevedad, profundizando las
buenas medidas aplicadas o en marcha, lanzando otras que modifiquen
algunas de las estructuras más nocivas, la derecha puede rearmarse,
rejuntando sus codiciosas cabezas algo dispersas y retrotraer la
historia paraguaya por un tiempo inimaginable.
Factor
determinante resultará el parlamento y nada insinúa que, en el
ejercicio que comenzó este uno de julio, reduzca su hostilidad que
mantuvo este año y medio contra el Ejecutivo, al punto de acorralar a
Lugo, forzándolo a negociar un pacto con la derecha colorada que, en la
fase inmediata, salió beneficiada, pues en un par de semanas recuperó la
conducción de ambas cámaras, en un acuerdo que ha generado malestar
entre muchos aliados al mandatario.
Difícilmente
esa jugada afiance el equilibrio institucional que necesita Paraguay,
pero es lógico que el Jefe de Estado intente ganar un tiempo que le es
indispensable para intentar recuperar parte del apoyo ciudadano que está
perdiendo por la ineptitud de su equipo y por esa hija putativa de la
cobardía que es la vacilación.
El pueblo aspira
y reclama medidas concretas en la política económica nacional que en la
postura de varias organizaciones progresistas, debe comenzar por una
redefinición de la misma a corto plazo, fijando planes productivos
concretos con el máximo de participación ciudadana y con la
financiación, en primera instancia, con un porcentaje de los casi cuatro
mil millones de dólares de la reservas del Banco Central.
Integración
e independencia
Esa exigencia es rechazada por
el titular de Hacienda Dionisio Borda, partidario también de conseguir
inversiones para hacer despegar la economía, pero únicamente con los
organismos acreedores transnacionales, pese al cáncer del endeudamiento y
a la seguidilla de ejemplos desastrosos que, por esa vía, acumulan
varias naciones.
Aparte de la explotación
sistemáticamente de la necesidad de créditos, los países solicitantes
son sometidos con intereses leoninos y condicionamientos inaceptables
para la soberanía de cada pueblo, aliviado en primera instancia pero
salvajemente perjudicado a la larga, con el cobro de intereses sobre
intereses y la eternización de la deuda por intrincadas trampas
financieras y jurídicas.
China despega y el
mundo lo reconoce, pero lo está haciendo desarrollando el capitalismo,
cosa que parece gustar a Mujica, aunque sus nuevos dirigentes nunca han
abandonado el principio marxista de contar con sus propias fuerzas,
reiterado hasta el cansancio por el victorioso Mao Tse Toung, y su
sucesor Teng Hsiao-Ping.
Si ese camino sirve,
como lo muestran los resultados económicos aunque no tanto los sociales
y culturales, lo más juicioso sería que Paraguay le preste mejor
atención, porque su pequeñez geográfica y escaso desarrollo industrial,
tiene la oportunidad histórica de ampliarse con sus propias fuerzas, a
través de las alianzas de integración regional que están en marcha,
tales el MERCOSUR, UNASUR, ALBA, etc.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/paraguay-radiografia-claroscura.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario