Primero que nada, debo referirme
a lo que es crimen de guerra, el cargo que enfrenta este joven. Si en
verdad Omar Khadr hizo uso de armas de fuego o arrojó una granada contra
los soldados norteamericanos que irrumpieron entre los escombros de la
casa en donde se alojaba y que previamente había sido bombardeada por la
aviación norteamericana, conforme a lo que es la guerra y sus leyes, su
actitud correspondería a una legítima defensa contra los que son los
verdaderos agresores, los norteamericanos, los que han cometido crímenes
de guerra por invadir el territorio de Afganistán sin haber sido
atacados en su país por los afganos. De ninguna forma está comprobado la
intervención de los talibanes en los trágicos sucesos del 11 de
septiembre en New York y tampoco la participación de Osama bin Laden o
de Al-Kaeda. Segundo, son los norteamericanos los que han dado muerte a
miles de civiles en Afganistán Irak y otros lugares, entre cuyas
víctimas se cuentan por miles las mujeres, ancianos y niños pequeños.
También el asesinato de cientos de talibanes encerrados cruelmente como
sardinas en contenedores de hierro a todo sol y sin posibilidad de
respirar o de beber. Una gran mayoría de ellos perecieron por asfixia o
de sed. ¿Acaso eso no es un crimen execrable cometido por USA? Esos sí
que son crímenes de guerra que no tiene disculpa y sin embargo, ninguna
organización internacional los ha llevado a juicio y menos el Nuevo
Senado Romano que hasta aquí se ve como una organización dócil y fácil
de manejar por USA. Tampoco la Federación Rusa o la República Popular
China son capaces de vetar la acción y la política imperial de USA. Se
han terminado por someter a los designios imperiales en parte por no
entrar en una geopolítica confrontacional y en parte porque esos Estados
oprimen a minorías y etnias de religión musulmana. Tercero, Omar Khadr
nunca ha confesado haber hecho lo que los norteamericanos quieren
culparlo, aun cuando lo han tenido de pie durante días sin posibilidad
de dormir, una acción inhumana de quiénes se dicen creer en un dios que
condenaría lo que ellos hacen. ¿No hay en esto sólo una enorme dosis de
crueldad y cinismo? Tercero, los abogados que le ponen a disposición son
norteamericanos y no canadienses, como era de esperar, ya que este
joven vivía antes en Canadá y por último y lo más reprobable, es que
este joven fue sometido a torturas inhumanas y aún así, en ningún
momento ha confesado lo que el ejército norteamericano desea que
confiese. ¡Vamos, que farsa! Los verdaderos criminales convertidos en
víctimas.
También es digno de mencionar que son
muy pocos los países en donde un muchacho de 15 años es condenado como
si se tratase de un adulto. Si USA pretende hablar de derechos humanos,
esta prueba muestra la verdadera cara de la justicia de ese país. En
realidad produce asco la actitud de aquellos Estados que se han sometido
como animales domésticos a esa execrable política. Recordemos como los
gobernantes norteamericanos amparados en la impunidad cometieron y
siguen cometiendo crímenes contra los derechos humanos y de lesa
humanidad. Produce asco las palabras del anterior vicepresidente Cheney
sobre la miserable vivencia de esos prisioneros, de los cuales una
mayoría nunca estuvieron involucrados en acciones militares. Dijo: viven
bajo los trópicos, están bien alimentados y tienen todo lo que quieren.
Pero no dijo como son torturados física y psíquicamente. Todos los que
han estado en calidad de prisioneros en la cárcel de Guantánamo han
dicho que allí se tortura a diario y con algunos prisioneros se ensañan,
sobre todo con aquellos que eran de otros países o etnias no afganas.
Tenemos como ejemplo el caso del joven Murat Kurnaz (después de liberado
ha escrito un libro sobre la pesadilla que le tocó vivir en
Guantánamo). Este joven fue detenido en Pakistán por individuos llamados
“caza recompensas” y vendido al ejército norteamericano por 3.000
dólares. En una entrevista dijo lo siguiente: "Fui a estudiar en una
escuela coránica que tiene más de 80 millones de miembros. El principal
objetivo del centro, además de enseñar el Corán, es ayudar y formar
jóvenes marginados. En Bremen yo trabajaba en la seguridad de discotecas
y fiestas y veía muchos jóvenes involucrados en asuntos de droga. Eso
me sensibilizó y me dio ganas de hacer algo para ayudarles. Por eso me
fui a esta escuela. Lo curioso es que, pocos meses después de mi
detención en la base, las autoridades de EE UU descubrieron que yo era
inocente e informaron al gobierno alemán. Pero Alemania ocultó la
información y me dejó allí por cuatro años. A partir de aquí, los
estadounidenses decidieron seguir con las investigaciones e intentaron
obligarme a firmar un documento en que yo declaraba pertenecer a
Al-Kaeda. En otra parte agrega Kurnaz: He visto con mis propios ojos
gente fallecer a causa de las torturas. He visto verdugos que torturaban
a un niño de 9 años al que le acusaban de terrorista. Lo que quiero es
hacer una denuncia y un llamamiento al mundo".
Una
vez prisionero de los yanquis fue aislado de su familia y amistades y
se le negó el derecho a un abogado. En Kandahar se le torturó de la
manera más bestial mediante palizas, privación del sueño, electrochoques
y exposición a altas o muy bajas temperaturas y otras torturas que han
desarrollado esas mentes torcidas que se ocultan detrás de la CIA, la
organización terrorista norteamericana.
Tenemos
también, entre otras muchas, la declaración hecha por Binyam Mohamed
que estuvo preso 7 años en Guantánamo y finalmente liberado pudiendo
volver a Gran Bretaña: He pasado por una experiencia que nunca imaginé
que viviría ni en mi más horrenda pesadilla. Antes de mi horrorosa
experiencia, la “tortura” era para mí una palabra abstracta. Nunca podía
haber imaginado que yo sería su víctima. Todavía me cuesta creer que me
secuestraron, que me arrastraron de un país a otro, y que me hayan
torturado con medios medievales – todo orquestado por el gobierno de
EE.UU.
Una gran parte de los prisioneros en
Guantánamo son inocentes y el ex presidente Bush lo sabía perfectamente y
los mantenía allí por razones políticas. Así lo manifestó el coronel
norteamericano Lawrence Wilkerson, además que ya lo había manifestado
Colin Powell. En un documento que fue publicado en el periódico The
Times, Wilkerson, que fue la mano derecha de Powell, afirmó que el ex
vicepresidente Dick Cheney y el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld
sabían que la mayoría de los primeros 742 detenidos enviados a la base
estadounidense de Guantánamo (Cuba) en 2002 eran inocentes, pero
consideraban que era "políticamente imposible liberarlos". Además dijo:
"Hablé del tema de los detenidos de Guantánamo con el secretario Powell.
Me enteré de que creía que no sólo el vicepresidente Cheney y el
secretario Rumsfeld, sino también el presidente Bush, estaban implicados
en todo el proceso de toma de decisiones de Guantánamo".
Aunque
no existan pruebas o que se logre “confesiones” por medio de la
tortura, como la Inquisición lograba en su tiempo que los inculpados
confesasen después de ser terriblemente torturados, Omar Khadr puede ser
condenado sin ser culpable y para eso se requiere que se culpe a sí
mismo. Ha tardado 8 años sin que esa confesión se haya logrado, porque
sin ella, no existe prueba alguna de su culpabilidad, ya que no hay
testigos ni nada parecido para inculparlo.
fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/07/el-juicio-omar-khadr-una-farsa-de-la.html
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