Jubilar es sinónimo de
regocijarse, de lanzar gritos de júbilo, de alguien que se siente
dichoso, pleno, casi feliz.
Sentirse feliz
porque ya no se tiene que trabajar, aclaran los investigadores en
etimología.
En la Argentina de 1949, cuando
gobernaba el peronismo, se dictó una nueva Constitución que incluía los
derechos del niño, de los trabajadores y la ancianidad.
Nuestros
viejos alcanzaban derechos con rango constitucional. El estado debía
garantizar que el significado de la palabra, aquello del regocijo, se
convirtiera en una realidad concreta y palpable en la vida cotidiana.
Hacia
el año 1958, los jubilados argentinos cobraron el 82 por ciento del
salario mínimo vital y móvil.
Era un derecho y
es una obligación de la representación jurídica del pueblo, del llamado
estado nacional.
Casi sesenta años después, las
cosas han cambiado en el sur del mundo.
La
Administración Nacional de Seguridad Social le prestó al tesoro nacional
nada menos que mil doscientos millones de pesos a través de la
colocación de títulos públicos. Esos fondos son los aportes de los
trabajadores a las llamadas administradoras de fondos de jubilación y
pensión y luego estatizadas.
Dineros de los
abuelos argentinos para saldar cuentas del gobierno.
Pero
el gobierno, ¿cuándo va a saldar las deudas con los abuelos, con los
trabajadores que deben regocijarse y no seguir sufriendo para empatarle
al fin de semana?
La pregunta, sin embargo, no
tiene sentido para el gobierno.
Lo dijo el
mismísimo ministro de Economía, Amado Boudou, el educado en el Centro de
Estudios Macroeconómicos, donde tuviera como profesores a los ex
ministros de la administración Menem, Roque Fernández y Pedro Pou.
Boudou
sostuvo casi al borde de la indignación que pensar en pagar el 82 por
ciento móvil a los jubilados "fue dejado de lado en todo el mundo" y que
ese porcentaje se corresponde con "otras épocas del país".
Agregó
que "sólo Luxemburgo tiene 82 por ciento en los haberes jubilatorios.
Fue dejado de lado en todo el mundo. Y más que una mejora para los
jubilados, parece un eslogan", sostuvo el ministro.
También
dijo que los que pretenden que los jubilados cobren ese porcentaje
histórico tienen un "accionar irresponsable, para la tribuna, e intenta
poner en jaque nuevamente al sistema previsional y la fortaleza
económica que Argentina va construyendo poco a poco".
La
consecuencia de esta decisión política del gobierno nacional es,
entonces, que cinco millones de jubilados ganen menos de novecientos
pesos mensuales y estén bordeando la indigencia.
Una
realidad que no tiene nada que ver ni con el origen etimológico de la
palabra, ni con la historia del propio peronismo ni tampoco con el
cacareado sesgo popular del gobierno.
fuente, vìa :http://www.argenpress.info/
Como dice el autor es totalmente una decisiòn polìtica. que Boudou mire el presente y el futuro y deje de lado el pasado ya que todos los gobiernos anteriores y este utilizaron los fondos de los jubilados para otros fines. Aprovecho para invitar a ingresar en http://www.sugerenciascaseras.com.ar y escribir comentarios sobre el tema
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