Servindi, 1 de marzo, 2013.- Un video producido por el Instituto Bartolomé de las Casas, la Vicaría de la Solidaridad de Sicuani, el Municipio Provincial de Espinar y el proyecto CIRCA, muestra la problemática ambiental que habría sido producida por la empresa minera Xstrata Tintaya en la provincia de Espinar, Cusco.
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Fuente,vía:
http://servindi.org/actualidad/83404
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
Stéphane Hessel, fallecido ayer a los 95 años, en imagen de enero de 2012Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
París, 27 de febrero.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
Stéphane Hessel, fallecido ayer a los 95 años, en imagen de enero de 2012Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
París, 27 de febrero.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
Stéphane Hessel, fallecido ayer a los 95 años, en imagen de enero de 2012Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
París, 27 de febrero.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
Stéphane Hessel, escritor, diplomático y humanista francés, fue autor de ¡Indignaos!
Muere el inspirador del 15-M en España y Occupy en EU
Su vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dice el presidente Hollande
Stéphane Hessel, fallecido ayer a los 95 años, en imagen de enero de 2012Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
París, 27 de febrero.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
Stéphane Hessel, escritor, diplomático y humanista francés, fue autor de ¡Indignaos!
Muere el inspirador del 15-M en España y Occupy en EU
Su vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dice el presidente Hollande
Stéphane Hessel, fallecido ayer a los 95 años, en imagen de enero de 2012Foto Reuters
Afp, Dpa y The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
Jueves 28 de febrero de 2013, p. 26
París, 27 de febrero.
El escritor francés, diplomático y ex combatiente de la resistencia Stéphane Hessel, autor del libro Indignez-vous! (publicado como ¡Indígnense! en América Latina e ¡Indignaos! en España), que inspiró el movimiento 15-M, murió la noche de este martes a los 95 años, informaron hoy medios franceses.Políticos e intelectuales recordaron hoy a este pensador, humanista y luchador por la justicia social.
Era una gran figura, cuya excepcional vida estuvo consagrada a la defensa de la dignidad humana, dijo el presidente francés, François Hollande.
Hessel luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conformismo y el conservadurismo, y demostró que las injusticias son intolerables, añadió el mandatario. Desde Alemania, su país de origen, el jefe del opositor partido socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, declaró que con su muerte
la protesta europea y mundial pierde a su mayor portavoz contra la codicia y la falta de escrúpulos de los desenfrenados mercados financieros.
Nacido en Berlín y de origen judío, Hessel vivió la mayor parte de su vida en París. Allí se trasladó en 1924 con su familia, y en 1937 obtuvo la ciudadanía francesa. Durante su etapa de estudiante en Londres se adhirió al comité de la resistencia del general Charles de Gaulle y fue enlace entre los grupos de la resistencia y la central londinense en la Francia ocupada por los nazis.
Destacado testigo de su tiempo, como lo definió el ministro francés del Exterior, Laurent Fabius, Hessel fue detenido por la Gestapo en 1944 y trasladado al campo de exterminio nazi de Buchenwald, en Alemania, de donde tras varios intentos logró huir, y regresar a París. Tras la guerra, trabajó como diplomático, colaboró con Eleanor Roosevelt en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que aprobó la Organización de Naciones Unidas en 1948, y más tarde fue embajador de la ONU en Ginebra.
Durante la presidencia de François Mitterrand ejerció diversas funciones en el Ministerio del Exterior (1981-1995). En 2010 publicó su panfleto político Indignez-vous!, que tras un rotundo éxito en Francia fue traducido a numerosos idiomas y se convirtió en inspiración de movimientos como el madrileño 15-M y, a nivel internacional, de Occupy.
En español fue prologado por José Luis Sampedro. En él llama a los jóvenes a indignarse con el mundo actual y rebelarse pacíficamente contra los poderes del capitalismo. Después publicó un libro complementario titulado ¡Reacciona!, seguido de ¡Comprométanse!, con lo que completó su propuesta de fórmula para retomar las luchas sociales en la actualidad. También es autor de las memorias Mi baile con el siglo.
“¡Indígnense!, libro de 32 páginas publicado en 2010, vendió en todo el mundo millones de ejemplares, inspiró a los movimientos de los indignados occidentales y valió a Hessel el título de celebridad mundial.
En tiempos recientes, Hessel se sorprendía de haberse convertido, ya nonagenario, en el referente de los jóvenes contestatarios del siglo XXI.
En octubre de 2010, cuando Indigène, una pequeña editorial comprometida de Montpellier (sur de Francia) publicó una primera edición de 8 mil ejemplares con precio de venta de tres euros, nadie hubiera podido presagiar tal éxito.
Sus editores, Sylvie Crossman y Jean-Pierre Barou, escribieron entonces que la
base de la resistencia es la indignación.
Las razones para indignarse hoy pueden parecer menos claras que en tiempos del nazismo. Pero busca y encontrarás, agregaban.
Hessel denuncia en su texto el desnivel creciente entre los muy ricos y los muy pobres, el estado del planeta, la manera en que se trata a los indocumentados, a los inmigrantes, a los gitanos, la carrera por el
más todavía, la dictadura de los mercados financieros, y lamenta que se hallan saldado los derechos adquiridos desde la resistencia francesa (jubilaciones, seguridad social).
Podemos creer a Stéphane Hessel y seguirle los pasos cuando llama a una insurrección pacífica, afirmaban los editores.
El sociólogo Edgar Morin, con quien Hessel escribió el libro Le Chemin de l’espérance (El camino de la esperanza), consideró que el éxito de ¡Indígnense! se debe al
despertar público de un pueblo que era hasta ese momento muy pasivo.
Con su libro, Hessel
catalizó las expectativas de mucha gente frente a la angustia provocada por la crisis, agregó Morin.
Para su autor, el éxito de su libro
se explica por un momento histórico. Las sociedades están perdidas, se preguntan cómo hacer para salir adelante y buscan un sentido a la aventura humana.
Muchos estiman que el impactante título en imperativo tuvo que ver en el éxito de ¡Indígnense!, la editorial Indigène responde: no basta un verbo en imperativo, puntos de exclamación y declaraciones de Hessel en un pequeño libro vendido muy barato para dar en el blanco: hay tantas razones para indignarse en estos tiempos de crisis económica, política y ética.
En 2011, Hessel visitó Madrid por primera vez, donde el movimiento de los Indignandos estaba en su apogeo y él presentó la edición castellana de su libro ¡Comprométanse! En una crónica publicada en La Jornada el 2 de septiembre de dicho año, nuestro corresponsal Armando G. Tejeda sostuvo que Hessel señaló en la multitudinaria presentación:
Hay que tener valor ante las fuerzas económicas. El valor es necesario, porque aquéllas son muy listas y pueden enredarte.
El autor señaló que existe un claro engaño de que el mundo occidental vive en una democracia real cuando que en realidad en todos los continentes lo que existe es un
vasallaje de las fuerzas económicasdel que hay que desprenderse con indignación, reacción y compromiso.
Hessel subrayó entonces que urge
inventar una nueva democraciay que para ello debe existir una postura cívica de compromiso hacia las protestas pacíficas que no deben dejarse vencer por el
derrotismo y la resignación.
¡Indígnense! argumenta que los franceses debían estar tan furiosos con la situación como lo estuvo la resistencia francesa durante la ocupación nazi. Fue muy crítico de la forma en que Francia trata a los migrantes, y del trato que Israel da a los palestinos, apasionado de la protección al ambiente, de la libertad de expresión y del sistema de seguridad social francés. De ahí su llamado a una insurrección pacífica y sin violencia, señaló hoy el diario británico The Guardian.
Durante la crisis de la eurozona, uno de los nombres que se dio al movimiento de protesta contra los programas de austeridad y la corrupción en España fue los Indignados, tomado del libro de Hessel. Estas protestas, junto con los levantamientos de la primavera árabe, inspiraron insurrecciones en otros países y el movimiento Occupy Wall Street en Estados Unidos.
El movimiento mundial de protesta no se asemeja al movimiento comunista que declaró que el mundo había cambiado del todo su punto de vista, señaló Hessel hace un año en una entrevista, recordó The Guardian.
No se trata de una revolución ideológica, sino que su impulso proviene de un auténtico deseo de obtener lo que se necesita. Desde este óptica, la actual generación no exige que desaparezcan los gobiernos, sino que éstos cambien la forma de afrontar las necesidades de las personas.
El enorme mérito de las obras de Hessel, según analistas, fue innovar con el rescate del valor de la resistencia legítima que medios y gobiernos habían logrado reducir a un resabio obsoleto del antibelicismo, de la izquierda y de otros movimientos; a una simple manifestación de inconformidad con el estatus quo. Con sus escritos, Hessel recordó el significado de la palabra indignación, que no es un sinónimo de ira ni enojo, sino una reacción que tiene que ver con una dignidad vulnerada.
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