A costa del trabajo –y la vida– de cientos de miles de mexicanos
más explotados que las propias minas –y que paradójicamente resultan ser
los mineros–, hay en nuestro país un tipo multimillonario
inmerso en la poderosa industria minera que genera ganancias cada vez
mayores y que actualmente se embolsa la familia Larrea. Me refiero a
Germán Larrea, dueño de la minera Grupo México (quien no se deja
fotografiar, pero del que tengo en mi poder una placa donde refleja en
su rostro toda la maldad de patrón abusivo) quien teje complicidades con los funcionarios de la Secretaría del Trabajo para que deje de ejercer lo de la
Previsión Social. Y para que las Juntas de Conciliación y Arbitraje
sean seudoinstituciones que le ayuden a que el derecho de huelga –ya
obsoleto en los dos sexenios derechistas del Partido Acción Nacional,
PAN– no funcione en las minas que tiene concesionadas.
Esos funcionarios (de instituciones públicas) también ayudan a
empresarios canadienses dueños de minas en nuestro país a explotar sin miramientos
a los trabajadores mexicanos. Por otro lado, en Canadá, empresarios
agrícolas y de servicios contratan a mexicanos a los que obligan a
laborar hasta 16 horas por día sin un mínimo de prestaciones. Esto es
porque les permiten entrar al país sin documentación para abusar de
ellos contratándolos como esclavos y con la implícita amenaza de
deportarlos. Así, sobreviven en un régimen de miedo en el que no los
dejan participar en sindicatos y están en constante riesgo de perder sus
empleos, por ejemplo, si exigen las horas extra que los patrones
canadienses incluyen en los horarios de doble jornada y de las que sólo
les pagan una (La Jornada 12 de abril de 2012). Esto según la
investigadora en la Universidad de Winsor, en Ontario, Tanya Basok,
entrevistada tras su participación en el seminario Migración:
México-Canadá, en la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, por
la reportera Laura Poy Solano.
Germán Larrea llegó al colmo de sus ambiciones e influencias en la
administración calderonista, ya que ha solicitado a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) que cancele de la Constitución y su Ley
Reglamentaria la subsistencia del derecho de huelga. El Grupo México que
es casi integrante de un duopolio (con los canadienses sobre todo) para
el saqueo minero, ha exigido a la Segunda Sala de ese máximo tribunal
que desampare a los mineros que desde 2007 resisten sus abusos en una
mina en Zacatecas. Los Larrea y socios que se enriquecen bestialmente
al amparo del doble sexenio panista, quieren de una vez por todas se
borre de las leyes el derecho de huelga duramente conquistado. Eso sí,
para repartirse el botín de las utilidades, Larrea, por medio de su
secretario de administración de Grupo México, ha convocado a una
asamblea de accionistas para este día, donde todas sus minas reportarán
las ganancias. Callarán el despiadado abuso contra los mineros e
insistirán en abolir el derecho de huelga para que el libre mercado calderonista funcione sin límites y así, canadienses de allá y de aquí con los Larrea, regresen a la época colonial cuando los gachupines explotaban minas y mineros por igual.
*Periodista
Autor: Álvaro Cepeda Neri *
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