LOS IMPACTOS | LA PETROLERAS HA CONTAMINADO GRANDES ÁREAS Y REPRIMIDO AMUCHOS DE SUS EMPLEADOS
La década prodigiosa de Repsol
Durante 13 años, Repsol
se enriqueció
externalizando beneficios
y pasivos ambientales de
Argentina. Los impactos
ambientales y en la
salud de, entre otras, las
comunidades mapuche,
han sido muy graves.
YPF: un paso soberano aún lejos de la soberanía
Patriotismo depredador, por Florent Marcellesi
La historia negra de Repsol
Patriotismo depredador, por Florent Marcellesi
La historia negra de Repsol
Hernán Scandizzo y Marc Gavaldà / autores de ‘La Patagonia Petrolera’ (Buenos Aires/ Tarragona)
- Ilustración: Marín León Barreto
Rebosan los periódicos con abultadas
cifras de la inversión que
Repsol arriesgó en Argentina, pero
escasean los análisis sobre los
impactos sociales y ambientales
generados por una compañía que
vampirizó la economía argentina
con estrecha complicidad de sus
autoridades.
ANTECEDENTES. “YPF [Sociedad
del Estado] es la única empresa petrolera
del mundo que produce pérdidas”.
Bajo este argumento, durante
la primera presidencia de Carlos
Menem, comenzó el proceso de privatización
de una compañía que
destinaba sus beneficios a sostener
la renta nacional y a ampliar reservas
hidrocarburíferas. Además, en
1998 YPF SA concentraba el 44% de
las reservas probadas de petróleo y
el 33% de gas de Argentina, además
de la concesión de yacimientos en
EE UU, Venezuela, Perú, Guayana,
Ecuador e Indonesia.
EL DESEMBARCO. En abril de
1999, Repsol lanzó una OPA a YPF
en la bolsa de Nueva York por el
monto de 15.000 millones de dólares,
en un momento en que el barril
estaba a 15 dólares (hoy cuesta 120).
En la tasación la consultora Merrill
Lynch redujo deliberadamente un
30% su estimación de las reservas
explotables, con el objetivo de subestimar
el valor de la empresa antes
de la venta. En la transacción se
entregaron ilegalmente las acciones
que los trabajadores de YPF tenían
de la empresa, hecho que motivó un
juicio impulsado por los miles de familias
afectadas que esperan todavía
cobrar. En los primeros meses
Repsol-YPF, se dedicó a transferir
la propiedad de las áreas de Perú,
Ecuador y Venezuela a Repsol de
España, con perjuicio para Argentina,
porque las utilidades generadas
pasaron a transferirse a España
y no a Argentina, que fue la que invirtió
en los proyectos. También
vendió diferentes concesiones a empresas
como ENAP (Chile) y British
Petroleum, generando dinero en
metálico por el trabajo anterior realizado
por YPF.
DESEMPLEO Y REPRESIÓN.
Aunque Repsol presume de haber
aumentado la plantilla hasta más de
13.000 empleados, antes de la privatización
YPF contaba con 55.000
empleados. Sólo en General
Mosconi y Cutral Co-Plaza Huincul,
los despidos motivados por la privatización
iniciada en 1989 sumaron
más de diez mil. De hecho, el movimiento
piquetero nació en pueblos
petroleros desvalijados. Históricas
son las reprimendas que sufrieron
las familias que se apostaron en las
rutas para recuperar su trabajo. En
2000 y 2001, la intervención de
Gendarmería contra las protestas
en Mosconi y Tartagal, en Salta,
causó al menos cinco muertos. En
2001 se denunció que francotiradores
apostados en tanques de Refinor
–refinería cuyo 50% Repsol controlaba
a través de YPF– dispararon
contra los manifestantes. También
en la última década, desempleados
y trabajadores petroleros de poblaciones
de la provincia de Santa Cruz
sufrieron represión y encarcelamiento
en movilizaciones por reivindicaciones
salariales.
LA CONTAMINACIÓN. La guinda
del pastel argentino fue sin duda el
mega yacimiento de Loma de la
Lata, que en el momento de su adquisición
aportaba la mitad de la
producción de petróleo argentino y
el 60% de gas. En 2001, 17 años antes
de expirar la concesión, Repsol
consiguió una prórroga hasta el año
2027. Según fuentes de la Secretaría
de Energía de la Provincia de
Neuquén, “ésta fue una situación totalmente
irregular, a puerta cerrada,
evitando la obligatoria evaluación
económica y de reservas”.
En el interior de ese yacimiento,
las comunidades mapuche Paynemil
y Kaxipayiñ, acorraladas y contaminadas
por cientos de pozos, elevaron una denuncia
civil por 445 millones
de dólares, exigiendo la reparación
de la salud y la cultura. En
sus tejidos acumulan entre 17 y 30
metales pesados diferentes, fruto de
la condensación de gasolina en las
capas freáticas. Algo parecido ocurre
en la vecina localidad de Añelo,
cuyos pobladores denuncian la presencia
de hidrocarburos en el agua
de la red. En sus 13 años, Repsol-
YPF ha acumulado denuncias por
impactos ambientales en varias regiones de Argentina:
contaminación
de suelos y quema de residuos tóxicos
en la refinería de Luján de Cuyo,
(Mendoza), actividades en la Reserva Ramsar
De Llancanelo –en la misma
provincia–, vertidos en las terminales
exportadoras de Caleta
Olivia y Caleta Córdova –Santa Cruz
y Chubut–, o las 1.700 piscinas de
residuos en mal estado detectadas
en Santa Cruz. Una lista que
comienza a ampliarse al haber
perdido Repsol la protección
gubernamental y que sirve de argumento
para rebajar las exigencias
económicas de Antonio Brufau.
*H.S. y M.G., son autores de ‘La Patagonia
Petrolera’ (Bardo Ediciones, 2010).
"El gran deudor del pueblo argentino"
Entre las voces que se felicitan por la decisión del
Gobierno argentino, el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, afirma
que "Repsol pretende cobrar a Argentina y pasar por acreedor cuando es
el gran deudor del pueblo argentino". Esquivel dice también que quienes
no son seguras "son las transnacionales como Repsol que vienen a
explotar y a no invertir en desarrollo y la vida del pueblo".
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Vìa,fuente:
http://diagonalperiodico.net/La-decada-prodigiosa-de-Repsol.html
http://diagonalperiodico.net/La-decada-prodigiosa-de-Repsol.html
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