2. No tengo duda que la gran romería (para mí multimillonaria y ridícula) de los medios de información, organizada con todo poder de la televisión –que no puede decirse mexicana o extranjera, sino transnacional- domina la economía y la política en México. Con todo el cinismo del mundo han dedicado horas y horas en toda la cadena audiovisual que controlan con el objetivo de demostrar su fuerza real frente a otros empresarios, gobierno y partidos políticos. Y su fuerza económica, política e ideológica es real: en primer lugar porque Televisa y TV Azteca controlan una audiencia en México del 95 por ciento de la población así como han penetrado en muchos países de centro y sur de América. Pero no es sólo la pantalla televisiva, también producen miles de novelas, programas de entretenimiento, obtienen miles de millones de pesos en publicidad, poseen equipos de fútbol, son dueños de estadios, manejan revistas y, sobre todo, a cientos de los más altos políticos y sus partidos.
3. ¿Podrá algún político ganar la Presidencia de la República, ser
reconocido y asumirla, sin la bendición del gobierno de los EEUU y de la
poderosa empresa Televisa? Antes de los años setenta la TV no era muy
importante para la política; incluso en los setenta los últimos dos
gobiernos del “nacionalismo revolucionario” (Echeverría y López
Portillo) pudieron confrontarse con el monopolio televisivo; pero a
partir de 1982 el cambio fue radical: Toda la política comenzaría a
girar en torno a los medios de información, en particular de Televisa.
Desde entonces apareció la frase definitiva: “político que no aparece en
televisión no existe”, frase que bien podría completarse diciendo:
“sólo podrán aparecer en ella aquellos que paguen sus tarifas y no la
critiquen; de lo contrario la empresa tendrá la libertad para someterlos
a calumnias y escarnios para que sepan quien manda”. Es la práctica que
ha impuesto Televisa a todos los gobiernos y partidos y
la siguen con fidelidad.
4. Son tan poderosos los medios y tan gigantescas la riquezas que
acumulan, que cuando veo a Azcárraga, dueño de Televisa, y a Salinas
Pliego, propietario de TV Azteca, se me presenta de inmediato en la
mente a los jefes de las tradicionales mafias italianas que ordenan
robos y asesinatos. Cuando observo a los reptiles locutores Loret de
Mola, Sarmiento, López Dóriga, Alatorre, la Mixa, al payaso Trujillo,
así como a los componentes de ese programa televisivo más derechista, me
parece ver a sus capos que se encargan de reclutar gentes y de
liquidarlos cuando no les cumplen. Así, ¿qué puede esperarse de esa tan
anunciada “Iniciativa México”, “iniciativa privada” o “iniciativa
Mérida” sino la mismo cosa y el mismo objetivo? Junto con Carlos Slim,
los Azcárraga y Salinas son los hombres más ricos de México y del mundo
por los negocios que han hecho en el país, así como por su contribución a
generar más miseria e idiotización consumista.
5. La izquierda radical no puede estar, por propia naturaleza, contra
todo; nunca lo ha estado. Hemos apoyado a través de las décadas, de
manera resuelta, las luchas de los trabajadores por salarios, buenos
niveles de vida, el derecho a huelga, la repartición de tierras, el
derecho a la vivienda, sus batallas contra la explotación y la
represión; pero no podemos estar con “iniciativas” tramposas organizadas
por quienes siempre han explotado a los trabajadores y se han mantenido
en el poder usando la represión. Habría que preguntar: ¿por qué esos
millonetas empresarios, esos terroristas del poder que se embolsan miles
de millones de pesos o dólares de “utilidades”, nunca han resuelto el
acelerado crecimiento del desempleo y los miserables ingresos del 70 por
ciento de la población? ¿Por qué para no pagar impuestos organizan
tramposas compañas –como teletón y juguetón- para que la misma
población, vía beneficencia, le pague sus impuestos?
6. La alta jerarquía de la iglesia y sus cercanos –como pago por los
millones que recibe- insiste desde hace siglos en la consigna de “amaos
los unos a los otros” aconsejando de manera falaz, como si fuera una
verdad revelada, que “los ricos necesitan a los pobres y los pobres
necesitan a los ricos”. Presenta como verdad una mentira total con el
fin de adormecer la mente y la inteligencia de los obreros, campesinos,
indígenas y clases medias; con ello han querido destruir las luchas de
las clases oprimidas impidiendo el desarrollo de su conciencia clasista.
Sin embargo hoy nadie puede ocultar que cada año los señores Slim,
Azcárraga y Salinas, se llevan a la bolsa miles de millones de pesos,
así como los políticos cobran varios millones y los trabajadores apenas
20 mil pesos al año. Cualquier “circo, maroma y teatro” que organicen
los señores capitalistas sólo tienen el objetivo consolidar sus
riquezas, así como acrecentarlas para consolidar su poder.
7. “La lucha de esos magnates de medios información, televisivos y
empresariales contra la violencia” es una verdadera farsa. ¿Quiénes son
los que han llevado al país a la miseria, al desempleo, a la
desesperación y a la violencia sino son los empresarios, los gobiernos y
los medios de información al servicio del poder? Lo que realmente
buscan los grandes millonarios y su gobierno es acabar con la libertad
de los periodistas, reporteros, escritores, con un llamado “acuerdo de
la cobertura contra la violencia”. De manera lenta, pero segura, la
clase gobernante y empresarial está cerrando todas las puertas para que
las opiniones, las protestas, las luchas en las calles y los bloqueos
sean prohibidos pretextando “delincuencia organizada”, “terrorismo” y
“anarquismo”. Espero que todavía quede en el pueblo algo de dignidad
para rechazar esas leyes que se imponen desde el poder para reprimir las
luchas de la población descontenta. Parece la última
llamada.
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