1. El embajador yanqui Carlos Pascual dijo –según publicó Wikileaks-
que el presidente Felipe Calderón es un ignorante, un tonto o un
incapaz, para enfrentar los problemas de narcotráfico, delincuencia
organizada e insurgencia terrorista en México; pero antes Hillary
Clinton, Janet Napolitano y muchos funcionarios más del gabinete de
Obama –como si fuera una burla- lo habían difundido dentro del gobierno
nacional. Partiendo de esa realidad, el gobierno de los EEUU ha buscado
cualquier oportunidad para implantar de manera abierta a su ejército en
México, aunque en los hechos más de 10 mil agentes de la CIA, FBI, DEA,
agentes aduanales, agentes de embajadas y consulados, etcétera, se
inmiscuyen como espías en todos los estados de la República. Pero EEUU,
como siempre, en busca de “una provocación” real o hecha por él mismo,
ha encontrado con el asesinato del su agente Zapata el pretexto.
2. La realidad es que los gobiernos yanquis –por su poderío militar y
económico, así como por su papel de policía mundial- se sienten con
todo el poder para clasificar a los demás gobiernos del mundo; por
ejemplo decir cuáles son los países “democráticos”, los “dictatoriales” y
los que aún están siendo “estudiados”. Durante un siglo apoyó a los
gobiernos golpistas y dictadores militares: los Somoza, Batista,
Strossner, Pinochet, Videla, etcétera pero, como eran “sus” dictadores
los catalogó como democráticos. Por el contrario el gobierno yanqui
construyó un “eje del mal” con los países críticos, con sus opositores,
para hacerles la guerra y colocó a Irak, Irán, Corea, Venezuela, Cuba,
Libia, Nicaragua, Bolivia y a todos aquellos países donde los yanquis
son desnudados como imperialistas. Hoy se publica que la yanqui Clinton
aplaude a los gobiernos de Chile, Colombia y Brasil, mientras se opone a
Venezuela, Nicaragua y Cuba.
3. ¿Pero el pueblo mexicano –manipulado ideológicamente durante más
de 50 años con un pensamiento pro-yanqui- tendrá la capacidad para
comprender lo que significa una invasión extranjera al territorio
mexicano? ¿Qué tal si nos salen con que es la oportunidad para que
México todo pase a formar parte del territorio yanqui y así cobrar en
dólares y de paso aprender a hablar inglés? En 1847, 1862, 1914-16, aún
hubo resistencia porque existía un pensamiento nacionalista en el
ejército, en los mexicanos, en una parte de sus gobiernos; pero a partir
del endeudamiento, del desempleo, la emigración, pero sobre todo de la
gran campaña que TV realiza aconsejando el “modo de vida yanqui”, no
estoy seguro que el pueblo mexicano resista. ¿Se imaginan a Televisa, TV
Azteca, Radiofórmula, apoyando la invasión yanqui porque los mexicanos
no fueron capaces de combatir el narcotráfico y, por el contrario,
deberíamos aplaudir a los yanquis que vienen a salvarnos?
4. ¿Qué harán los socialdemócratas, los priístas y los panistas en
caso de una invasión yanqui? Lo seguro es que la ignoren porque seguirán
en sus campañas políticas por el legislativo, las gubernaturas y la
Presidencia; aún más en vez de protestar, quizá negocien apoyo político
por parte de los invasores yanquis. Espero estar en un error, pero por
experiencia es lo que veo y siento. Aquello de que el pueblo mexicano
organice guerrillas, participe en grandes movilizaciones de repudio y
construya su propio ejército anti invasor, parece haber quedado en el
pasado nacionalista y en países africanos, asiáticos y latinoaméricanos
con alta conciencia de dignidad. ¿Qué podemos hacer contra una invasión
yanqui si toda la alta jerarquía del ejército, la marina y la aviación
fue entrenada e ideologizada por las fuerzas armadas yanquis? Ante esta
realidad no temo que nadie proteste ante una invasión; sino me llenaría
de coraje y vergüenza ver que sean recibidos los
invasores con aplausos.
5. El entreguismo de Calderón y de su gobierno hacia los yanquis es
total. Hoy decía un analista que Calderón acude en su visita a EEUU sin
programa, sin agenda, y sólo sujeto a lo que Obama le diga y le ordene.
Siempre acuden los presidentes con la cabeza gacha como esperando
recibir las órdenes de lamer las botas del presidente imperialista. Por
eso todos preguntan: ¿A qué va Calderón a los EEUU? ¿Lo mandaron llamar
para una regañiza, para que le pidan la renuncia, para anunciarle una
invasión o para entregarle más armas y dinero? Nadie sabe a qué va
porque no hay ninguna agenda. Pero lo que calma es que “somos amigos” de
los EEUU, así como lo es Colombia, Perú, Costa Rica, Chile y otros que
pertenecen al “eje del bien”. ¿Agentes yanquis armados en México para
complacer una solicitad de Calderón y de la secretaria Patricia
Espinosa? Eso espera el gobierno de Obama para intervenir abiertamente
en México. La bronca es que, aunque no haya una
resistencia abierta, es posible que se organice una cacería con altas
consecuencias.
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