A 20 meses del golpe de Estado en Honduras, la
brutal represión siguió y sigue sin pausa y de prisa. Mientras los
demócratas occidentales bombardean al pueblo de Muamar Gadafi (para
apropiarse de sus reservas financieras internacionales y de los
yacimientos petrolíferos), en nombre de la liberación del pueblo libio,
en Honduras prohíjan un régimen de gobierno represor y asesino
insaciable.
Mientras el sistema neoliberal, por
sus estrepitosos fracasos, fue frenado en varios países de la región
latinoamericana, en Honduras, todos los bienes naturales y los servicios
sociales, progresivamente, están siendo transferidos a las empresas
privadas. Los derechos sociolaborales ya son historia. ¡El derecho a
tener derechos está en entredicho en la tierra de Morazán!
Hasta
los ángeles del cielo lloran de indignación ante la brutalidad del
régimen del “Humanismo Cristiano” (así se autodenomina el gobierno
actual) en Honduras. Aquí, está prohibido tener derechos. Está prohibido
pensar, informar, organizar y manifestarse. Si lo que creías que eran
tus derechos son conculcados. Te callas o te callan. Si el hambre
carcome el estómago de tus hijos, y la inseguridad te inunda. Te
aguantas o te matan. Si el analfabetismo y la desinformación mediática
te envenenan el alma. Tienes que agradecer por el veneno dosificado y
encomendarte a la providencia divina, porque nada viene sino es de Dios,
te dicen.
El gobierno del “Humanismo Cristiano”
impone la obediencia cadavérica como virtud, bajo el argumento de
voluntad divina. En pleno siglo XXI, este régimen, legitimado por las
altas jerarquías católicas y evangélicas concubinos, persiste en su
ilusión de instaurar la perversa cristiandad del siglo XIV. Perversidad
que ni al Papa, ni a los actuales señores cruzados les conmueve.
Desaparecidos,
muertos, heridos, huérfanos y exiliados siguen sumando día que pasa.
Pero el régimen del “Humanismo Cristiano” continúa implacable, cual si
fuera un hambriento Lobo rapaz. Demandando más vidas humanas de un
pueblo cuyo único “delito” fue y es soñar/demandar otra Honduras para
todas y todos.
A éste régimen represor del “Humanismo Cristiano”, instaurado en Honduras con el golpe de Estado, San Oscar Romero de Abya Ayala, les dice:
“Si
lo que pretenden es decapitar la organización del pueblo, y estorbar el
proceso que el pueblo quiere, no puede progresar otro proceso sin las
raíces en el pueblo. Ningún gobierno puede tener eficacia, mucho menos
cuando quiere implantarlo a fuerza de sangre y de dolor. Yo quisiera
hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y
en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los
cuarteles (...) Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus
mismos hermanos (…) Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe
prevalecer la ley de Dios que dice: ‘No matar’.
De
nada sirven las reformas si van teñidas de tanta sangre. En nombre de
Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben
hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les
ordeno en nombre de Dios: Cese la represión”. (Homilía dominical, 23 de
marzo de 1980, www.servicioskoinonia.org/romero)
El
régimen represor del “Humanismo Cristiano” de Honduras y sus promotores
internacionales y eclesiales tienen que escuchar este llamado ético. La
historia de los pueblos vecinos, en los últimos años, nos enseña que la
represión, lejos de amedrentar, enerva la indignación popular,
obligando incluso a los “mancos” y “ciegos” a salir al encuentro de sus
verdugos.
Vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/honduras-cuando-humanismo-cristiano-reprime-san-romero-abya-ayala-habl
http://www.kaosenlared.net/noticia/honduras-cuando-humanismo-cristiano-reprime-san-romero-abya-ayala-habl
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